luschiDesafíos económicos

Mientras el sector busca superar la sequía y retomar la dinámica productiva, emergen desafíos relevantes en el marco económico, tanto a nivel local como regional y mundial. Las perspectivas de los agronegocios siguen siendo positivas, pero no exentas de riesgosLas exportaciones de bienes del Uruguay vienen mostrando un desempeño históricamente bueno, aunque las cifras medidas en dólares reflejan una caída respecto al año anterior, tendencia que se viene dando ya desde hace unos 6 meses.

En marzo las exportaciones, incluyendo ventas de zona francas, cayeron 4% interanual, cerrando el primer trimestre con una baja del 3%. El impacto de la sequía comienza a exhibirse en los registros y lo hará de manera mucho más notoria en los próximos meses cuando se vea con claridad el derrumbe de la producción sojera. La zafra de invierno hace un aporte positivo por el lado de la colza, pero el trigo ha sumado menos ventas (cuadro).

Pero sin dudas lo más significativo en la cifras del primer trimestre es el desempeño del sector cárnico, cuyas exportaciones caen en la comparación interanual, por la consabida reducción de las compras de China. Las ventas al gigante asiático se están recuperando en las últimas semanas, pero están lejos de alcanzar los niveles de principios del año pasado. Es de esperar que -en la medida que van transcurriendo los meses- esa brecha interanual se achique e incluso puede esperarse que en el segundo semestre haya un comportamiento positivo. Sería esto clave para compensar al menos parcialmente el impacto de la sequía en las exportaciones para este año. Aún con la caída interanual, el sector cárnico -por ahora - sigue siendo el principal rubro exportador.

A su vez, se espera en pocas semanas la puesta en marcha de UPM 2, que sumará -cuando esté funcionando a pleno- un estimado de U$S 1.000 millones anuales en las exportaciones del Uruguay. Para este año es esperable un impacto apreciable hacia el segundo semestre. La celulosa ha mantenido un precio muy firme a nivel internacional y esto apuntala la posición del sector forestal en las ventas al exterior. Cuando arranque UPM seguramente la celulosa pasará a ser el principal producto de exportación.

En cuanto a los destinos, más allá de la intención del gobierno de abrir más mercados, China sigue siendo clave para las colocaciones de Uruguay, seguida de Brasil. De hecho en el primer trimestre Brasil es el principal mercado, si se suman a la cuenta las exportaciones de energía eléctrica. En parte esto es consecuencia del retroceso en las ventas de carne a China, pero también refleja la importancia de nuestro vecino como socio comercial. Brasil compra principalmente malta de cebada, lácteos, plásticos y otros productos.

La posición política de Uruguay respecto a sus principales destinos de exportación es siempre relevante en la medida que somos una economía pequeña en un mundo en el que se están dando movimientos geopolíticos relevantes. El conflicto entre Rusia y occidente por Ucrania, tuvo sus impactos de corto plazo a nivel de mercados y precios, pero mayor aún es el impacto de largo plazo, en las estrategias y alianzas de los países. Las recientes noticias acerca de la salida de grandes grupos multinacionales del sector granelero de Rusia son una muestra de que empieza a procesarse un nuevo escenario para los negocios globales, tal vez bastante más ríspido. Obviamente, las sanciones de occidente a Rusia fueron un fuerte impulsor, en un proceso que es difícil vislumbrar dónde puede terminar. Parece claro -al mismo tiempo- que se está facilitando un acercamiento entre China y Rusia que no se hubiera dado si no se hubiera desatado este conflicto y sus posteriores sanciones. Para países como Brasil jugar en esta nueva cancha de manera inteligente es clave, lo mismo para Uruguay, en su justa medida y proporción.

Seca e importaciones

Mes a mes hacemos un análisis de las exportaciones por la preponderancia que tienen los agronegocios en las ventas al exterior del Uruguay. Pero no hay que perder de vista que las relaciones de un país con el exterior van y vienen: Uruguay también hace millonarias importaciones de bienes de consumo, intermedios y bienes de capital. Hay que diferenciar cada capítulo, pero en el total Uruguay mantiene un saldo comercial de bienes positivo, aunque bajó en 2022, según cifras del Banco Central (gráfica). Si una economía crece, habitualmente aumenta sus exportaciones y un crecimiento sostenido, de largo plazo, va de la mano -en general- con un saldo comercial relativamente equilibrado. El denominado “crecimiento exportador” requiere también importar.

Pero este año será particular, porque las importaciones aumentarán por la sequía. Ya se está viendo eso en el ámbito de la energía y -en cuanto a productos- se estima que este año se acumularán unas 800,000 toneladas de maíz importado, para cubrir las necesidades de alimentación ante la caída de la producción local. Para abaratar esa importación, el gobierno decidió eliminar la tasa consular para el maíz, lo que reduce el precio en torno a 9-10 U$S/ton. No sucedió lo mismo con los productos oleaginosos.

Pero eso no es todo: si bien los grandes rubros agroexportadores son carnes, lácteos, granos y forestación, en la canasta básica alimentaria del Uruguay -como en otros países-, tienen gran relevancia los productos de granja, como frutas y hortalizas. En este plano es sabido -aunque poco asumido-, que el comercio tiene sus particularidades y limitaciones. Por un lado la perecibilidad de muchos de estos productos hace que la exportación tenga importantes desafíos logísticos; más allá del producto en sí, importan los plazos de embarque, las condiciones sanitarias, el mantenimiento de la cadena de frío, etc.. Bien saben esto los exportadores de citrus, que acumulan vasta experiencia en esta área.

Y cuando hablamos de importaciones, el sector granjero tiene una cierta protección, puesto que para importar se necesita acceder a los certificados sanitarios (conocidos como AFIDIS), que -si bien se encuadran en requisitos para la protección vegetal- tienden a tener cierta discrecionalidad en su autorización. Este asunto es hoy relevante porque el aumento de los precios de muchos productos granjeros ha sido impactante y frena el descenso de la inflación, que habría sido bastante mayor si no fuera por estos productos.

En efecto, la inflación anual a marzo bajó a 7,3%, pero las frutas y verduras subieron 12% en un mes, y sus precios se ubican 26% por encima del promedio de los últimos 15 años en términos reales, según cálculos de CPA Ferrere. El MGAP ha planteado la necesidad de importar de una manera más abierta. En el caso de la papa, convocó a los propios productores paperos a hacer la importación una suerte de medida salomónica para que sean los propios proveedores locales los que administran además la importación.

Se verá si esto generará un impacto efectivo en los precios al consumo de productos de granja. No es un tema menor porque si bien la inflación está bajando en Uruguay (principalmente por la baja del dólar y por el descenso en el precio de los combustibles) la inflación del rubro alimentos se mantiene por encima de la inflación promedio: 10,9% frente a un 7,3% del índice general. Esto afecta de forma negativa particularmente a los hogares de menores ingresos, que destinan una mayor proporción de su ingreso a alimentos. Si comparamos los precios actuales con los niveles pre pandemia, los alimentos subieron 11% por encima del IPC promedio.

Respecto a los asuntos comerciales que afectan a la granja, se reitera una discusión que se había dado hace pocas semanas en el sector avícola, que también se puso en alerta ante la importación de carne aviar desde Brasil. Arbitrar entre bajarles los precios a los consumidores en momentos de alta inflación y por otro lado atender la estructura social de la granja y sus puestos de trabajo, es un dilema permanente a nivel político. Lo que no hay que perder de vista es que abriendo los mercados -si hay una apertura recíproca y justa- la población accede a mercaderías a menores precios, mejora la eficiencia de producción y la asignación de recursos. Y a largo plazo se pueden sumar más sectores competitivos a la exportación. Las frutas y verduras no tienen porqué ser una excepción.

Diario EL PAIS -Montevideo - URUGUAY -09 Abril 2023