murro ceresENTREVISTA

El problema del dólar, la negociación con China a desatar, la renta esencial y más

En entrevista con El País, el director ejecutivo de Ceres, Ignacio Munyo, se refirió a varios aspectos de la economía uruguaya.El pesimismo sobre la economía uruguaya que ahora se volvió optimismo, la atracción de inversiones, el problema del dólar bajo y la competitividad, la necesidad de repensar la negociación de un TLC con China, los problemas de empleo y la necesidad de una renta esencial. De esos y otros aspectos habló el director ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), Ignacio Munyo en entrevista con El País.

-En el desayuno de Ceres mencionó que hace un tiempo atrás era pesimista sobre la economía uruguaya para 2023, pero ahora es un poco más optimista, ¿por qué?

-Va de la mano de lo que está pasando a nivel internacional, fundamentalmente por la respuesta que está teniendo la inflación en Estados Unidos y en Europa. Más adelantado en Estados Unidos porque empezó antes el proceso de ajuste monetario para frenar las presiones inflacionarias que habían agarrado mucha fuerza en el último año y medio. Que ya tengamos cinco registros de inflación menor al mes anterior en Estados Unidos y que en Europa se haya dado la primera caída después de 17 meses contribuye, porque existió en algún momento del año la duda de si las tasas de interés iban a seguir subiendo y se podía dar una suba mayor de la esperada, y eso generaría un encarecimiento más significativo que el que estamos viendo del financiamiento y una complejidad mayor para las inversiones tanto financieras como reales que puedan venir al Uruguay. Eso no se dio y es lo más importante para cambiar de perspectiva neutra a optimista para el año que viene. Hay una variable que uno maneja que es el costo de oportunidad, la rentabilidad que tiene el inversor fuera que se compara con lo que tiene adentro. Adentro sabemos los problemas que hay, sabemos lo caro que está el Uruguay, sabemos que hay muchos costos para producir que hay que seguir trabajando y apretando el acelerador para que se reduzcan, sabemos que a lo largo del segundo semestre de este año se ha vivido una baja del dólar que ha tenido consecuencias también para para la inversión porque los proyectos de inversión que se calculan en dólares están resentidos y eso juega en contra. Tener esta perspectiva diferente para el año que viene, me hace cerrar el año con un contexto externo más amigable que el que pensaba. También se está viendo que los precios de los alimentos, que cayeron fuerte a mitad de año casi un 20%, dejaron de caer por lo menos y se han recuperado levemente. Ojalá sea un piso de la caída, también es una buena noticia.

-Mencionaba la posibilidad de atraer inversiones y el año próximo ya no va a estar el efecto de la segunda planta de UPM. ¿Hay posibilidad de sustituir esa inversión?

-La gran inversión de la planta de US$ 3.000 millones, la mayor en la historia del país, hoy no hay una sustitución, se tienen que hacer muchas para ir acumulando para llegar a sostener un nivel de inversión que permita un piso de crecimiento para los próximos años. Van llegando algunas, hay muchas anunciadas, los registros de la Comap hablan de que hay muchos proyectos. Se tienen que concretar todos esos y los tiempos para que se vayan concretando son importantes. Ahí también entra lo que son proyectos de infraestructura pública, que en los últimos tiempos se han acelerado algunos procesos, pero que en materia de la construcción va a haber que remar mucho para poder tener un nivel de actividad como estamos teniendo en este momento, todavía en la última etapa de la obra de UPM y con el Ferrocarril Central todavía en proceso.

-El dólar es un factor relevante a la hora de invertir en Uruguay. ¿Por qué el dólar en Uruguay está ahora tan desacoplado de lo que pasa a nivel global? Algunos responsabilizan al Banco Central con su política monetaria contractiva.

-Hay muchos factores que juegan al mismo tiempo. Ni que hablar que el hecho que caiga el dólar en un sistema de tipo de cambio flexible como el que tiene Uruguay, más allá de las intervenciones, quiere decir que están ingresando muchos dólares o por lo menos ingresan a la economía más dólares de lo que quieren tener los agentes. Hay un exceso de dólares que viene por las exportaciones, por el lado de las emisiones de gobierno, por el lado de la región, de Argentina, también por lo que hablamos antes de que, al haber un cambio de perspectivas globales de valor del dólar, el peso se fortalece. En el momento que más dólares entraron a la economía uruguaya, fue cuando el dólar se fortaleció con mayor tasa de interés, fundamentalmente en el tercer trimestre del año. Ahora que el dólar empieza a debilitarse nuevamente con las porque las subas de tasas van a ser menores, ese efecto se mete ahora a hacer caer el dólar también en Uruguay. Hay una especie de anticipación a un menor aumento de tasa de interés que también juega. La suba de las tasas de interés en pesos, que por más que es muy difícil de medir cuánto genuinamente contribuye a que baje el valor del dólar, es un factor que en los mercados financieros juega porque es inevitable. Los cambios portafolio existen e influyen, entonces eso está pasando.

-¿Qué se puede hacer entonces?

-Primero asumir que eso es un problema, ¿no? Esto es lo primero que hay que tener claro, porque esto complica y está complicando al Uruguay productivo y a las inversiones. Lo segundo es saber que no tiene una solución inmediata, ni mágica, ni que hay que esperar que se solucione por una decisión del gobierno. Siempre se puede hacer un anuncio contundente, sorprender a los mercados y generar un pico de una suba del dólar, pero eso puede ser un impacto de muy corto plazo que se deshace rápidamente. Y a su vez tengamos claro algo, la economía uruguaya está indexada, los salarios están indexados y si uno da una señal que va a aumentar el valor del dólar, eso se va a traducir inevitablemente en una suba de precios y con esto de la mano viene una suba de salarios como ya lo vimos. Eso también es parte de los mecanismos que hay que tener claros a la hora de querer soluciones simples a problemas complejos. Hay que evitar pretender que con una solución simple se pueda lograr una solución a un problema complejo como es esto del encarecimiento que tiene el Uruguay, que es la contracara de que los uruguayos tienen un ingreso en dólares más grande. Esto es recurrente, en 2012 con el gobierno de (José) Mujica se hablaba del atraso cambiario, en 2017 recuerdo tener las mismas conversaciones con exportadores. Hoy estamos discutiendo lo mismo y las soluciones son las mismas que no se han hecho en todo este tiempo: generar condiciones para que el Uruguay sea más competitivo cuando el país se vuelve más caro. Mejora parte del nivel de vida de la población, con salarios más altos en dólares, para que eso se pueda sostener y no destruir la producción nacional tienen que acoplarse los costos internos desde todo punto de vista. Para empezar, los costos de sacar la producción al exterior, lograr mejoras de ingreso a mercados. ¿Qué mejora de ingreso a mercados hemos logrado desde 2012? Pasó una década y no tenemos un nuevo mercado abierto con condiciones preferenciales, sí hemos tenido un cambio de discurso, de intención, pero que lamentablemente lleva tiempo y no se ha podido todavía concretar en generar una ganancia genuina de competitividad. Es caro sacar la producción del Uruguay por el puerto, por la infraestructura que tenemos. Todo eso es lo que hace que Uruguay no sea competitivo, el dólar es el atajo, o sea que suba el dólar lo que hace es esconder todas las ineficiencias que están presentes y que hay que solucionarlas para genuinamente avanzar en competitividad.

-El Banco Central tiene la última reunión del Comité de Política Monetaria el viernes, según su guía subiría la tasa de interés en 50 puntos básicos, con la desaceleración de la inflación y este dólar bajo, ¿debería hacer una pausa en vez de volver a aumentar la tasa?

-Creo que, en este momento, lo más conveniente sería hacer una pausa y esperar. Pausar y esperar a ver cómo reacciona la inflación ante esa señal. En los últimos meses ha logrado escapar de la cercanía del 10%. Hay un cierto margen, por lo tanto, probaría frenar un poco (el ajuste monetario) para ver cómo responde el resto de las variables, porque en el fondo esto no es una ciencia exacta, eso hay que tenerlo claro. Esto no es un aprieto un botón y automáticamente…, no, hay un mecanismo de transmisión que va a lo largo y ancho de la economía y termina generando el impacto que uno quiere, que es bajar la inflación. Se puso como objetivo estricto que la inflación llegue a niveles bajos para la historia reciente del Uruguay a lo largo de este gobierno. Ese es el objetivo y como sabemos en Uruguay, es un objetivo complejo porque compite contra el objetivo de una mayor competitividad en el corto plazo, asumiendo que no se hacen los deberes, que son difíciles de hacer. Entonces, creo que más allá de las señales que uno quiera dar de un enorme compromiso con el control de la inflación, a veces también hay que dar señales para el sector productivo que está en una situación muy complicada.

-Yendo a la negociación internacional, planteó en el desayuno de Ceres que es un momento para que el gobierno transmita al Mercosur que no va a seguir adelante con la negociación con China y que a cambio le habiliten a Uruguay ingresar al Acuerdo Transpacífico (Cpttp) y han salido voces críticas. Una es la de Ignacio Bartesaghi, el director del del Instituto de Negocios Internacionales de la Universidad Católica, que dice que no avanzar en un acuerdo con China sería “ir en contra de los intereses nacionales”, ¿qué responde?

-Lo que sugerimos es que Uruguay en la próxima reunión de presidentes ponga a disposición, tal vez como moneda de cambio o gesto para generar una buena relación con el nuevo Mercosur, la negociación del TLC con China. Tampoco pensamos que es una buena idea que Uruguay sea punta de lanza con China y después el Mercosur hace un TLC con China. Brasil fue claro, en las pocas declaraciones que dio Lula dijo: “nosotros queremos mejorar el ingreso de los productos brasileños, pero no nos interesa un TLC con China”. Probablemente lo dijo escuchando que esto puede afectar entre otras cosas el acuerdo del Mercosur con la Unión Europea. Recordemos que Lula, el nuevo gobierno, va con el cometido importante a nivel internacional de reinsertar a Brasil en las mesas de negociación multilateral que (el actual presidente, Jair) Bolsonaro lo había sacado. Es un Lula que es amigo de Europa, un Lula amigo de Estados Unidos, un Lula que va a tener que ver qué hace con los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), es un Lula que quiere volver a poner a Brasil en el concierto global. Entonces, si el nudo del TLC de Uruguay con China se puede desatar (no siguiendo adelante con el acuerdo) y eso ayuda a generar un mejor Mercosur, y la flexibilización del Mercosur es factible en algo concreto como el Transpacífico, bienvenido sea. Estamos convencidos que el camino es la apertura comercial, para seguir avanzando y generar las reformas que el país tiene que tener para poder competir. Es, como dijimos varias veces, la madre de todas las reformas. Ante los comentarios surgidos, por ejemplo, de la Cámara de Comercio Uruguay-China y algunas personas vinculadas con los gobiernos y la influencia de China, lo que podemos decir es que están haciendo su trabajo, o sea, están queriendo defender un interés particular, que es el comercio con China. Nosotros, al hablar en esto, no estamos defendiendo ningún interés particular, sino que pensamos solo en el interés general del Uruguay. También es importante que Ceres cumple con su misión. Al decir este tipo de comentarios y poner sobre la mesa este análisis, invita al debate, a que se discutan estos temas porque son demasiado profundos e importantes para que pasen desapercibidos, por lo tanto, todo eso es parte de nuestro trabajo.

-Pero, ¿usted está en contra de incrementar el acercamiento a China?

-Hace cinco años cuando apareció sobre la mesa el TLC con China por parte del gobierno de (Tabaré) Vázquez fuimos los primeros en decir que era muy positivo para el Uruguay. Hicimos los números. Me acuerdo que en el momento se decía se iban a perder 50.000 puestos de trabajo por competencia de productos chinos en Uruguay. Hicimos números y dijimos que esos 50.000 empleos se iban a perder de todas formas, y se perdieron de todas formas en los cinco años posteriores, no por el TLC con China, sino por la tecnología. Desde el punto de vista puramente comercial, el TLC es bueno para el país. Cuando este gobierno anunció la intención de negociar un TLC con China hicimos los números y mantuvimos la opinión. El tema es que de un año a esta parte ha cambiado mucho el contexto global y regional asociado con los costos y beneficios del acuerdo. No estamos en contra de que se comercie con quienes ya se comercia mucho, como con China que es nuestro principal destino de productos de bienes y eso es una trayectoria a lo largo de muchos años que nadie está discutiendo ni cuestionando. Nosotros en este momento ponemos sobre la mesa una reflexión profunda sobre un TLC que es un acuerdo, no sólo económico, sino político con China, que implica agregarle condimentos y que esos condimentos cambian de acuerdo a la coyuntura y se complicaron. Desde el punto de vista global, la posición de China es muy distinta hoy que la que era hace un año. La posición de Europa y Estados Unidos con China es muy distinta de la que era un año atrás. El liderazgo en China cambió. Xi Jinping se ha vuelto un líder más autoritario por definición del Partido Comunista chino y vitalicio. Se dieron cambios institucionales fuertes en China, con el líder más ideológico desde Mao, sólo que se le suma un pragmatismo y tecnología que no existía en el momento de Mao. Hay que entender quién es China y cómo va cambiando y si realmente nosotros queremos hacer un acuerdo político, más allá de venderle productos como lo que ya hacemos.

-Mencionaba en el desayuno que el principal socio comercial hoy es Estados Unidos.

-En materia de bienes y servicios, cuando uno hace la torta completa, en 2022 por primera vez Estados Unidos supera a China. Las exportaciones de servicios de software y de servicios profesionales han crecido mucho y pueden seguir creciendo hacia Estados Unidos, de hecho, la única restricción la ponemos nosotros porque no tenemos mano de obra para poder aceptar más proyectos. Entonces tenemos que cuidar también ese destino porque gran parte de lo que Uruguay está vendiendo en servicios es muy sensible hacia señales políticas que se puedan dar, porque algunos de ellos están en régimen especiales. Por ejemplo, las retenciones que se le hace a los servicios en Estados Unidos, Uruguay tiene un régimen como si tuviera un TLC. Todo eso hay que cuidarlo porque vale mucho, y Uruguay tiene mucho más para avanzar, por lo que hay que estar recalculando las medidas que uno quiere tomar en materia de inserción internacional.

-El año va a tener la creación de 50.000 puesto de trabajo en promedio, pero ya desde el segundo semestre se ha visto un estancamiento en el mercado laboral y de hecho en la presentación de Ceres se mencionaba el caso particular de la industria donde han caído las horas trabajadas 11%, pero la producción industrial con respecto a la pre-pandemia creció 5%. ¿Por qué se da eso?

-Es una ganancia de productividad de la mano de obra, muy muy muy pronunciada y que tiene obviamente atrás la incorporación de tecnología, de automatización. Lo estamos viendo y hablando hace mucho tiempo, pero no quiere decir que no esté pasando. Va a ser cada vez más profundo y continuo y creo que no va a haber más remedio que mirarlo a la cara al tema.

-¿Y cómo se mira a la cara este problema?

-Primero, reconociendo lo que está presente por más que veamos coyunturalmente algunos datos buenos en el mercado, que festejemos algún dato del mes, tenemos que ser conscientes que subyacentemente hay una vulnerabilidad laboral muy grande, entonces hicimos unos números que presentamos el otro día y encontramos que hay 400.000 personas en Uruguay ya sean empleados o desocupados que las tareas que realizan o realizaban son de una sofisticación tan baja o son tan rutinarias, que están con una altísima exposición a ser eliminadas a la brevedad, en cuanto se tome la decisión porque a veces esto no se hace automático porque hay inercia, o porque las condiciones de algún tipo de subsidio que se pueda recibir en algún sector lo permite. Pero, una empresa que tiene que competir o una empresa nueva no va a poder generar los puestos de trabajo para lo cual esas personas están hoy trabajando, entonces le llamamos vulnerabilidad laboral, son 400.000 personas y pensamos que esto va a ser un problema, van a ir cayendo de a poco y hay que ir atendiéndolas.

-¿Cómo se puede atenderlas?

Es algo que venimos procesando hace mucho tiempo el tema de la renta esencial. No una renta básica ni universal porque es imposible que sea para toda la población, y tampoco es básica porque tiene una contrapartida. Sí es un apoyo importante a las personas en esta situación de vulnerabilidad laboral, que han perdido su empleo y que están en transición y para eso necesitan un tiempo para recapacitarse y prepararse. Son programas de capacitación, sí, pero aparte del problema de capacitación se le agrega un subsidio para poder tener un sustento mínimo de vida durante este proceso que duraría por lo menos un año. La persona va a tener que capacitarse porque es la condición para recibir el pago. Por lo menos va a tener un colchón mínimo de subsistencia en el proceso, que es un reconocimiento que el Uruguay le tiene que hacer a un problema que está presente, que trasciende gobiernos, que en gran parte es consecuencia del problema educativo de larga data que hay en el país. Este programa en parte se tiene que alimentar de muchos de los recursos que ya están siendo utilizados en programas primos hermanos de este, como, por ejemplo, los jornales solidarios, varios programas que tiene el Mides. Pero, hay que reestructurarlo darle un poco más de financiamiento a definir. Hay que entender que esto se necesita y que es fundamental para que se pueda avanzar en apertura comercial, en competitividad, insertarse en el mundo, pero no olvidarse que en el camino hay mucha gente que va a tener que hacer un esfuerzo extra para poder subirse. Le va a hacer casi imposible si no tiene una un apoyo grande por parte del Estado o por lo menos una señal fuerte de compromiso al respecto. Es lo que pensamos cuando estamos analizando este tema de la renta esencial. Esto no es terminar Secundaria, esto es posibilitar a personas con poca educación formal que puedan capacitarse en habilidades blandas, en habilidades que son valuadas y son demandadas por el mercado. También tenemos problemas en la punta de la pirámide, problemas de escasez, porque ahí estamos hablando de capacidades técnicas de alta sofisticación que son las demandadas por las inversiones que están llegando al país, que son muchas y que no alcanza para cubrir la industria de punta como, por ejemplo, las TICs, la industria audiovisual, las ciencias de la vida, y las energías renovables. Son cuatro sectores muy dinámicos de inversión extranjera que quieren venir al país porque ven seguridad jurídica, ven gobiernos que pueden trascender los plazos y pueden darle una tranquilidad en una región que no lo tiene, pero que se encuentran con que faltan muchas personas. Ahí donde creemos que es clave la inmigración. Tenemos una política que este gobierno lo puso sobre la mesa, se ha comprometido con objetivos concretos de llegar a 20.000 residencias al año, se están dando 15.000 aproximadamente, y es aprovechar lo que tenemos: un país que es atractivo para determinado grupo de población que tiene juventud, ganas de trabajar y capacidad para hacerlo.

-¿Y qué hay para hacer en este caso?

-Hay un frente para mejorar las actuales políticas que están bien enfocadas, pero hay que acelerarlas y profundizarlas en base a experiencias que funcionan en el mundo. Solo digo tres lugares con experiencias muy positivas en el manejo de inmigrantes: Portugal con un programa muy exitoso de atracción de inmigrantes, Cataluña con oficinas especializadas de atracción de inmigrantes con atención personal y en Finlandia. Hay muchos más, pero digo tres que los vimos, los analizamos y que han tenido éxito en atraer gente de otras nacionalidades a vivir. Uruguay tiene todas las condiciones, pero hay que generar lo que falta para que eso se concrete. En las dos puntas tenemos problemas y hay que atender las dos, o sea la alta sofisticación y la baja calificación.

SABER MÁS
La agenda pendiente de discusión que “lamentablemente” no se da
-Ceres en un momento había realizado, junto a otros referentes, un documento sobre reforma de empresas públicas. De hecho, señalaban que algunas de esas ideas se incluyeron en la ley de urgente consideración, pero ¿cree que se han implementado como se debería o estamos todavía muy lejos?

-Nos metimos mucho en el pasado en lo que es el gobierno corporativo de las empresas públicas, en cómo reestructurar la forma en que se gobiernan y la relación que hay entre el directorio y la gerencia y las responsabilidades y la profesionalidad. Más allá del concepto, creo que Uruguay en su enorme mayoría cree en que hay empresas públicas que tienen un rol para jugar en la sociedad y en el país y tienen políticas sociales que cumplir. Pero, más allá de eso, la forma en cómo se ejecuta se puede mejorar y la evidencia muestra que cuando se mejoran los incentivos en el gobierno corporativo se obtienen mejores resultados de gestión en todos los ámbitos. Muchas veces la forma como se procesa un subsidio, si es un subsidio encubierto o si es un subsidio explícito donde se sabe lo que se está haciendo y cómo se financia y quién lo financia se termina generando mejores resultados. Ahí hay mucho para mejorar. Hay muchos subsidios que se procesan a través de las empresas públicas que no todos están inyectándose de la forma más eficiente posible para la economía. No estoy discutiendo si debe existir o no, creo que la amplia mayoría deben seguir existiendo, solo que la forma de ese subsidio no es la más eficiente para que la economía logre un mayor nivel de crecimiento y de producción. Ese es el punto y ahí creo que hay una agenda pendiente de discusión que lamentablemente no se está dando y no se ha dado en estos años.

Diario EL PAIS -Montevideo - URUGUAY - 27 Diciembre 2022