Arazatí PARLAMENTO

“Superhéroes de Netflix” y "el sueño del pibe": gobierno defendió el proyecto Neptuno ante “fuego amigo” de Cabildo Abierto

Blancos y colorados destacaron la solución para el abastecimiento de agua; los cabildantes hicieron “preguntas de examen”, señalaron que el proyecto era el “sueño del pibe” de los empresarios y pidieron “no apurarse”.El ministro de Ambiente, Adrián Peña, y las autoridades de OSE comparecieron este miércoles en régimen de comisión general en la Cámara de Diputados para informar acerca de los avances del Proyecto Neptuno, una iniciativa privada para construir una toma de agua y una planta potabilizadora sobre el Río de la Plata, en la zona de Arazatí en el departamento de San José.

En la sesión, Peña informó que aún no había un “proyecto definitivo” aunque adelantó que el gobierno había tomado la decisión política de que la operación esté a cargo de OSE, algo que había sido solicitado por los trabajadores y la oposición. “Hay una probabilidad alta” de que el Ejecutivo otorgue al privado la construcción y el mantenimiento, explicó el jerarca.

La convocatoria fue realizada por la diputada del Frente Amplio por Río Negro, Sylvia Ibarguren, quien dijo que no se oponía al proyecto pero consideró que las respuestas dejaron “más dudas e incertidumbres” ya que Neptuno no garantizaba el abastecimiento de agua potable hasta 2045 –la fecha planteada– y que la planta no iba a poder funcionar todos los días del año por los altos niveles de salinidad que registra el Río de la Plata.

La oposición centró sus consultas en la decisión de priorizar la propuesta de Saceem, Berkes, Ciemsa y Fast por sobre la represa en Casupá en Florida. “Este proyecto es mucho más caro que las iniciativas que estaban a estudio y no resuelve el tema de abastecimiento de agua para el área metropolitana”, dijo Ibarguren en conferencia de prensa.

El gobierno se defendió señalando que los cálculos que tenía el Frente Amplio acerca de Casupá eran erróneos, y que se estaba planteando una "falsa oposición" sobre los proyectos. El diputado colorado Walter Cervini transmitió que OSE quiere avanzar con la represa una vez que concrete el Proyecto Neptuno.

La discusión registró varios momentos de tensión entre oficialismo y oposición, con acusaciones cruzadas acerca de las razones por las que el gobierno priorizaba la obra en Arazatí y críticas por no hacer obras antes.

El diputado del FA de Florida, Carlos Rodríguez, contó que en Casupá había un “rumor” de que la represa no se iba a hacer y que el gobierno se había decantado por “el proyecto de los privados” por “otros intereses”, lo que motivó un rechazo del subsecretario Gerardo Amarilla, del legislador del PN de ese departamento, Álvaro Rodríguez, y de Alfonso Lereté.

Ibarguren también criticó que el gobierno opte por entregarle la obra a un privado, algo que hacía que el proyecto se encareciera en US$ 500 millones, según dijo. Desde el oficialismo señalaron los privados asumen el riesgo y que, por el endeudamiento y la situación económica, la empresa pública no tiene fondos como para afrontar tamaña obra.

El FA también señaló que la gestión de los privados violaba el artículo 47 de la Constitución, lo que fue rechazado por el gobierno.

Por último, la coalición de izquierda manifestó su preocupación por los “problemas de salinidad” detectados en el Río de la Plata y el oficialismo contestó que pensaban construir una reserva de agua dulce para corregir esta situación.

Fuego amigo
Si bien esperaban las críticas por parte de la oposición, las autoridades también tuvieron que afrontar otro foco de cuestionamientos, esta vez por parte de diputados de Cabildo Abierto.

Los legisladores Rafael Menéndez, Eduardo Lust y Álvaro Perrone se mostraron críticos con diversos aspectos del proyecto aunque también pusieron el foco en las razones de fondo apuntando hacia las dificultades de acceso al agua de algunos sectores de la población, la cantidad que se desperdicia y lo atractivo de un negocio de este tipo para las empresas privadas.

Lust señaló que Cabildo Abierto no tenía una “posición” frente al tema debido a que les faltaba información por lo que dejó planteadas una serie de “preguntas de examen”.

En su discurso, el legislador dijo que los promotores de la obra parecían “superhéroes de una serie de Netflix” porque iban a utilizar una fuente “infinita” de agua –el Río de la Plata– y que no creía que se hubieran “iluminado con una varita” sino que estaban tomando la idea de OSE.

En una línea similar se expresó Rafael Menéndez, quien señaló que el proyecto “amerita un estudio sumamente profundo”. “Hablamos de una producción que va a consumir un cliente y pagar al contado. Es el sueño del pibe de cualquier empresa y es un excelente negocio para el Estado. ¿Por qué se lo voy a dar a un particular si puedo generar ingresos para el Estado y distribuir las ganancias para las obras que se necesitan? Para esto, dinero en el mundo abunda”, señaló.

A su vez, el diputado Álvaro Perrone, agregó que el problema de fondo es el acceso universal al agua potable, algo que Uruguay no lo garantiza hoy. “No se está prestando atención a esto y no se está haciendo nada para las zonas rurales”, zanjó.

Desde el Partido Ecologista Radical Intransigente (PERI), César Vega, opinó que el gobierno se estaba “apurando” y teorizó acerca de las razones: “se nos terminan las obras de UPM y tenemos que dar trabajo pero acá se puede estar cometiendo un error gigantesco”, dijo.

El legislador señaló que los uruguayos no tenían “respeto por el agua” pero que debían “cuidarla”. “Tomémonos un tiempo, ministro. No nos apuremos, lo que podemos hacer es empezar a arreglar el tiradero de agua que hay”, subrayó.

El modelo de negocios
En la sesión, Peña anunció que la construcción y mantenimiento del proyecto Neptuno quedará en manos de la empresa privada a la que le sea adjudicada la obra, mientras que OSE se encargará de la gestión.

Esta posibilidad había sido explicada por la asesora de Ambiente, Magdalena Perutti, meses atrás en el Parlamento. Durante la sesión, la contadora había dicho en esta alternativa el que hace la infraestructura, el que contrata la obra y el que toma el financiamiento ya no es parte del Estado en el "sentido amplio". “Ya no es la OSE, ni su vehículo, ni la CND, sino que quien licitó este contrato es el que hace la obra y toma el financiamiento”.

“En este escenario el financiamiento está en la cabeza de la empresa privada que decidió invertir en este proyecto. Aquí se hace como una suerte de contrato de arrendamiento con la OSE, que paga al privado por el uso de una infraestructura, que al final del período del contrato vuelve a OSE”, dijo.

La contadora puso como ejemplo las líneas de alta tensión que utilizó la UTE cuando las empresas privadas fueron las adjudicatarias de esos contratos. “La línea que va desde Melo hasta Tacuarembó siguió este camino. En ese caso, una empresa privada licitó un contrato de leasing, construyó la obra, tomó la deuda y luego arrendó a la UTE el uso de esa línea de alta tensión que, al final del período del contrato, retorna al activo de la empresa pública”, expresó

Diario EL OBSERVADOR -Montevideo - URUGUAY - 20 Octubre 2022