Ministerio de Ambiente se apresta a modernizar la vetusta normativa ambiental sobre agua
Las distintas playas del Uruguay pasarán a catalogarse según su nivel de enterococos y no de coliformes.El Ministerio de Ambiente se encamina a modificar el modo de habilitación de las playas. La calidad de las aguas de las playas ya no se evaluará según mediciones de coliformes fecales, sino de enterococos. En las playas de agua dulce también se usará como indicador la presencia de la bacteria Esterichia coli.
“La actualización de los criterios tiene por objetivo establecer valores guía o de referencia que indiquen condiciones seguras del agua de recreación en playas del Uruguay, para el disfrute de nuestra población”, dijo a El Observador Alejandro Nario, director de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Ambiente.
Las autoridades del Ministerio de Ambiente han convocado para procesar esta actualización de la normativa al Grupo de Estudio Técnico Ambiental para Agua (Gesta Agua), que funciona en el marco de la Comisión Técnica Asesora de la Protección del Medio Ambiente (Cotama).
Gesta Agua está integrado por científicos de distintos centros académicos y organismos estatales, además de representantes de organizaciones sociales. En total, más de 40 personas convocadas por el Ministerio de Ambiente. El Grupo tiene sobre sus hombros la misión de “modificar el Decreto 253/79 para logar contar con un instrumento moderno, fortalecido y eficaz para prevenir la contaminación de las aguas y promover el uso sostenible del recurso hídrico”.
El Decreto 253 regula desde 1979 las habilitaciones para playas, cursos y superficies de agua, según criterios desde hace décadas considerados obsoletos.
Nario señaló que “en este momento estamos trabajando con las Intendencias para revisar el estado de situación de cada departamento para luego en el grupo de Cotama terminar de elaborar la propuesta técnica definitiva”.
En cuanto a los indicadores para la habilitación de las playas, el decreto 253 solo exige determinados umbrales de coliformes fecales, pero en la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 2003 recomienda medir no ese indicador, sino los enterococos, por ser un indicador más preciso de la contaminación fecal. Ese es el criterio que usan países como Estados Unidos, Canadá y los que integran la Unión Europea.
Nario dijo que Uruguay se apresta a cambiar para ir en ese sentido: “Como indicadores estamos considerando medir los enterococos fecales para las aguas marinas, salobres y dulces; la bacteria Escherichia coli para agua dulce y tomar en cuenta las floraciones de cianobacterias para todas”, señaló.
El jerarca ambiental agregó que seguramente se terminará adoptando la calificación de aguas para baño que recomienda la OMS en su guía para aguas recreacionales de 2021.
Según el organismo sanitario internacional, las aguas recreativas no tienen riesgos de aumentar el contagio de enfermedades cuando el 95% de las muestras analizadas no supera las 40 unidades formadoras de colonias (ufc) de enterococos cada 100 mililitros (ml).
Si el 95% de las muestras tiene entre 41 y 200 ufc/100ml de enterococos hay hasta 5% de mayores probabilidades de contraer una enfermedad gastrointestinal al bañarse.
Ninguna playa montevideana consiguió en la temporada 2023-2024 ubicarse en esas dos categorías. Las de mejores mediciones cayeron en la siguiente categoría, en la cual el 95% de las muestras tiene hasta 500 ufc/ 100 ml de enterococos. Eso según la OMS representa “una elevación sustancial de la probabilidad de un efecto de salud adverso” y un riesgo de entre 5% y 10% de contraer una enfermedad gastrointestinal.
Nario dijo que se está pensando en implementar un sistema de semáforos, donde cada playa tenga un indicador claro para que la población sepa cuál es el nivel de contaminación fecal que tiene, en función de los niveles de enterococos presentes y de acuerdo a los parámetros de la OMS.
Actualizar la normativa
Según el decreto 253 hoy vigente, las playas son habilitadas según su nivel de coliformes termotolerantes, un indicador menos específico y preciso que los enterococos para detectar la potencial contaminación fecal.
Para peor, una resolución del Ministerio de Ambiente de 2005 fue tomada como una licencia –de dudosa legalidad- para permitir el doble de coliformes de los que en realidad autoriza el decreto 253. En base a esa resolución, las playas dejaron de habilitarse según el parámetro fijado para “aguas destinadas a recreación de contacto directo con el cuerpo humano” y pasaron a serlo según el de la categoría “aguas destinadas a la conservación de peces en general y otros elementos de la fauna y flora”, el doble de permisivo.
En 2020, la Institución Nacional de Derechos Humanos estableció que Ambiente estaba aplicando “estándares menos exigentes para la protección de la salud y el ambiente que los establecidos en la reglamentación pertinente para aguas de uso recreativo (Decreto 253/79)”. Pero el dictamen fue desoído por todos los organismos involucrados –Ministerio de Ambiente, de Salud Pública e intendencias- y no tuvo ningún efecto práctico.
Mediciones secretas
En enero, El Observador informó que en la temporada 2023-2024 las playas de Pocitos, Buceo y Santa Catalina habían superado el máximo de enterococos que es seguro para la salud, según datos de la propia Intendencia de Montevideo.
La Intendencia de Montevideo venía midiendo el nivel de enterococos desde 2007, pero los resultados no se comunicaban a la población hasta que se publicó el informe de El Observador.
El anuncio de Nario de comenzar a considerar las mediciones de enterococos tiene un amplio respaldo entre los científicos. De hecho, esa es una de las principales recomendaciones de un documento presentado en Gesta Agua por un grupo de expertos en el tema.
El informe se titula “Actualización de Indicadores de riesgo microbiológico para la salud humana” y fue elaborado por un equipo coordinado por doctora Cecilia Alonso, del Centro Universitario Regional Este (CURE).
Participaron también otros académicos de la Universidad de la República, el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos y la Intendencia de Montevideo.
El documento señala que los avances en el conocimiento científico y la evolución de la normativa internacional, hacen necesario actualizar los indicadores y las metodologías de detección de contaminación fecal en las playas.
Los enterococos son “indicadores eficaces del riesgo sanitario, tanto en ambientes marinos como en aguas dulces”, se señala. Y se agrega que “los estándares basados en enterococos son más sensibles, por lo que tienden a generar más incumplimientos en la calidad del agua y alertas sanitarias en comparación con los estándares basados en coliformes totales o fecales”.
El documento recomienda no eliminar las mediciones de coliformes fecales, sino mantenerlas como un indicador “complementario”, pero con umbrales más actualizados y exigentes que el decreto 253 en su versión actual, ya que desde 1979 ha tenido algunos cambios.
Los científicos también proponen medir el nivel de contaminación de la arena, ya que ella también puede ser un “reservorio” de microorganismos de origen fecal. También implementar un monitoreo ambiental de genes de resistencia a antibióticos, tanto en las playas como en otros cursos y superficies de agua.
Otro punto planteado es el aumento en la frecuencia e intensidad de las floraciones de algas, incluyendo cianobacterias, un fenómeno que afecta la biodiversidad, la productividad pesquera y la salud pública.
Entre 2003 y 2020 la extensión espacial de las floraciones algales en zonas costeras aumentó un 13,2%, y su frecuencia un 59,2%. La causa del fenómeno, se señala, se encuentra en el aumento de los vertidos de nitrógeno y fósforo provenientes de actividades humanas y el calentamiento global.
Una vez más
Desde el año 2000, varias veces se había intentado reformar el decreto 253, pero el proceso nunca concluyó con éxito.
Tanto es así, a los participantes de las actuales reuniones de Gesta Agua se les repartieron las recomendaciones –nunca implementadas- emanadas de las reuniones de 2014.
Nario se mostró optimista de que esta vez sí se llegará a buen puerto. De hecho, una de las primeras medidas que tomaron las actuales autoridades del Ministerio de Ambiente fue convocar al Gesta Agua. Desde 2004, la especial protección de los recursos acuáticos tiene rango constitucional en Uruguay.
El grupo ya celebró cinco reuniones presenciales (también hay actividades virtuales) y todavía tiene pendientes tres más, todas en julio. Además de la calidad del agua de las playas, muchos otros temas están sobre la mesa: aguas subterráneas, contaminación por fuentes difusas, vertidos pluviales, usos del agua potable, estándares de vertidos, presencia de microplásticos, indicadores de efectos biológicos (medidas que se realizan en seres vivos para evaluar el impacto de los contaminantes).
“Se viene trabajando muy bien con los académicos. Están reuniones están siendo también un proceso de actualización para todos los que estamos involucrados. Y esto puede ser un gran ejemplo de participación de la academia en la construcción de una política pública”, agregó el jerarca.
Guillermo Goyenola, uno de los científicos que integra Gesta Agua, manifestó: “Se ha madurado mucho; hay que aprovechar el momento para dar un salto de calidad”.