Boya petrolera de José Ignacio sigue sin repararse y ANCAP pierde US$ 500.000 por día
Hace más de un mes que la boya petrolera de José Ignacio (Maldonado) está fuera de servicio por una fuga registrada durante el trasvase de un buque. Técnicos extranjeros trabajan en la reparación, pero todavía no hay luz verde para reanudar la operativa, según informó radio Carve
La reparación de la boya petrolera, clave para la operativa de ANCAP, continúa sin resolverse a más de seis semanas de detectada la falla. El incidente ocurrió el pasado 3 de agosto, cuando se constató una fuga de crudo en medio de una maniobra de descarga.
En aquel momento, la empresa estatal estimó que la pérdida rondaba entre 10 y 40 litros, aunque otras fuentes elevaron la cifra a entre 50 y 70 litros. La fuga se localizó en el PLEM (Pipeline End Manifold), un caño tricapa ubicado a más de 20 metros de profundidad, que debió ser intervenido por una empresa chilena especializada en este tipo de sistemas.
Desde entonces, equipos técnicos han trabajado en el lugar, pero los avances dependen en gran medida de las condiciones meteorológicas. Según fuentes consultadas, los últimos días permitieron avanzar en las tareas submarinas, aunque el mal tiempo previsto obligará a interrumpirlas hasta la próxima semana.
Una vez culminadas las reparaciones, restan pruebas críticas. Se debe comprobar que los caños resistan la presión de bombeo sin nuevas fugas. Solo entonces la Armada Nacional, a través de Prefectura, autorizará la reanudación de las operaciones.
Mientras tanto, ANCAP se ve obligada a recurrir a combustibles refinados y a mantener vacíos los tanques de almacenamiento de José Ignacio. Se estima que la pérdida asciende a unos 500.000 dólares por día desde que se paralizó la descarga.
El episodio volvió a poner sobre la mesa la necesidad de actualizar la infraestructura de la petrolera estatal. En declaraciones recientes, su presidenta, Cecilia San Román, había advertido que el envejecimiento de algunas instalaciones aumenta los riesgos de incidentes y genera costos millonarios en caso de fallas.
ANCAP también aclaró que, si bien parte del crudo detectado en las playas de Maldonado correspondió a la fuga de la boya, otras trazas halladas en la misma fecha provenían de trasvases irregulares entre buques o limpiezas de tanques en alta mar, prácticas prohibidas pero habituales en la región.