Así es SuBastian, el poderoso vehículo que buceará el fondo marino uruguayo
Con cámaras, sensores y brazos robóticos, puede operar a 4.500 metros de profundidad sin tripulación.Este viernes 22 de agosto comienza la expedición científica “Uruguay SUB 200. Viaje a lo desconocido”, una misión liderada por científicos uruguayos para investigar el fondo del mar en aguas nacionales.
Durante casi un mes, el equipo navegará a bordo del buque Falkor, operado por el Schmidt Ocean Institute, una organización sin fines de lucro dedicada a la investigación oceánica. Para explorar zonas que hasta ahora permanecen fuera del alcance humano, se utilizará un robot submarino especializado: el ROV SuBastian.
Este vehículo operado remotamente será el encargado de sumergirse hasta 4.500 metros de profundidad, en condiciones de oscuridad total y bajo una presión extrema. A diferencia de los submarinos tripulados, el ROV no lleva personas a bordo y es controlado desde la superficie a través de un cable que transmite energía e información. Esta característica permite realizar misiones más largas y seguras, con la posibilidad de observar, grabar y recolectar datos directamente desde el lecho marino.
Cómo opera un robot bajo el océano
Para navegar en las profundidades del océano, donde no hay luz ni señal de GPS, el robot cuenta con un conjunto de sensores que le permiten conocer su posición y orientación en todo momento. Estos sensores detectan cómo se mueve, si gira, sube o baja, y le permiten mantenerse estable incluso en aguas con corrientes. Además, utiliza un sistema acústico que envía y recibe señales de sonido para ubicar con precisión su posición en relación al barco que lo opera.
El movimiento del robot se logra mediante cinco propulsores, que le permiten desplazarse en cualquier dirección, como si estuviera volando bajo el agua. Esto le da gran maniobrabilidad para recorrer zonas rocosas, cañones submarinos o áreas delicadas sin dañarlas. Gracias a este diseño, puede acercarse a formaciones geológicas, corales o especies marinas con mucho cuidado y precisión.
Para observar el entorno, SuBastian está equipado con múltiples cámaras de alta definición. Algunas están ubicadas al frente, otras en los laterales, e incluso hay una que apunta hacia arriba para monitorear el cable que lo conecta con el barco. Estas cámaras transmiten en tiempo real lo que el robot está viendo, permitiendo que los científicos a bordo sigan cada paso de la misión y tomen decisiones sobre qué zonas explorar o qué muestras recolectar.
Además de imágenes, el robot recopila datos sobre el ambiente marino. Mide la temperatura, la salinidad del agua y los niveles de oxígeno, entre otros parámetros importantes. Esta información permite a los investigadores entender cómo funcionan los ecosistemas submarinos, qué especies habitan allí y cómo cambian las condiciones en distintas profundidades.
Cuando se requiere tomar muestras físicas, SuBastian utiliza un brazo robótico que puede manipular herramientas como tubos para sedimentos, frascos para agua o cajas aisladas para animales vivos. También puede usar redes, cucharas o cuchillas, según lo que se necesite recolectar. Todo el material obtenido se guarda cuidadosamente para ser analizado una vez que el robot vuelve a la superficie.
Un diseño adaptado a cada misión científica
Una de las principales ventajas del ROV SuBastian es su diseño modular, que permite adaptarlo según las necesidades de cada expedición. Los científicos pueden agregar cámaras especiales, sensores nuevos o herramientas específicas dependiendo de los objetivos del viaje. Para eso, el robot cuenta con distintos tipos de conexiones, entradas de energía y sistemas hidráulicos que pueden activarse desde el barco.
Durante cada inmersión, el robot es manejado por un equipo de entre tres y cuatro personas. Un piloto controla los movimientos generales, mientras que otro operador asiste con la manipulación del brazo robótico y la navegación precisa. Al mismo tiempo, los científicos siguen la transmisión en directo desde una sala de control con múltiples pantallas, donde anotan observaciones y definen las próximas acciones.
Antes y después de cada buceo, el equipo técnico realiza revisiones completas del sistema para asegurar que todo funcione correctamente. Aunque las inmersiones suelen durar unas ocho horas, no hay un límite estricto: el vehículo puede permanecer bajo el agua tanto como lo permitan las condiciones técnicas y climáticas.
El regreso del robot a la superficie se hace con sus propios propulsores. Una vez cerca del barco, se lo eleva cuidadosamente mediante una grúa instalada en la parte trasera del Falkor (too). A diferencia de otros vehículos submarinos, SuBastian no necesita soltar peso ni dejar restos en el fondo del mar para volver a subir.
Todas las inmersiones realizadas por SuBastian se transmiten en vivo y quedan disponibles en internet, a través del sitio web y el canal de YouTube del Schmidt Ocean Institute. Esta política de acceso abierto permite que cualquier persona pueda seguir las exploraciones y conocer los descubrimientos realizados en tiempo real.