la economía que se vieneEncuesta El País: ¿Cuál es la economía que se viene?

Proyectan PIB estancado, estabilidad del empleo y alza del dólar para 2023.La mirada está puesta en el próximo año, en el que se proyecta enfriamiento económico (pasado el efecto rebote de la pospandemia) a 2,72% en promedio (respuestas entre 2% y 3,54%) y una inflación fuera de la meta de 4%-6% del gobierno, en 7,2% (con respuestas entre 6,5% y 8%).

El déficit fiscal estaría controlado en 2,66% del PIB (con respuestas entre 2% y 3,1% del PIB), desempleo bastante estabilizado en 7,82% (con respuestas entre 7,2% y 8,1%) y un tipo de cambio de $ 42,20 al cierre de 2023 (con respuestas entre $ 40 y $ 43,50). Esto se desprende de la Encuesta de Expectativas 2023 de El País.

La variación del PIB proyectada (entre 2% y 3,54%) significa que Uruguay volvería al nivel histórico del indicador, que ha sido en el orden del 2%, o quizás se supere levemente.

Según el más reciente informe de Cuentas Nacionales del Banco Central (BCU), en el tercer trimestre de este año, la economía nacional se mantuvo estancada en términos desestacionalizados (es decir, frente al trimestre anterior). En la compara
ción interanual (frente al mismo período del año pasado), el PIB registró un crecimiento de 3,7%. Sin embargo, según Aldo Lema, esa expansión se explica por el bajo registro en un país todavía afectado por la pandemia. Y ahora, vuelve a ser cuesta arriba romper las barreras para el crecimiento real.

En la encuesta de expectativas 2022 de El País, los principales desafíos eran: retomar el crecimiento de la economía y reducir el déficit fiscal. Ahora, el reto del crecimiento para 2023 se ha profundizado por el contexto internacional con la guerra en Ucrania, la caída de los precios internacionales, entre otros factores externos, al que se suma el desafío doméstico de la evolución del empleo y de los salarios reales.

El peso de los factores externos es la mayor preocupación de los analistas. Pablo Moya lo sintetiza: “El principal reto será que la continuidad de shocks de precios del exterior impedirán un mayor descenso de la inflación doméstica, además de un tipo de cambio que se recuperaría lentamente”. Tampoco pueden descartarse nuevos shocks de precios internacionales de la energía.

Pero el desafío de reducir el déficit fiscal que marcaba la tónica en las proyecciones de 2022 en su momento, se ha logrado en buena medida, y los analistas consideran que el gobierno seguirá en esa línea. No obstante, Javier de Haedo, de la Universidad Católica (UCU), advirtió: “En 2023 habrá mayores demandas internas de la propia coalición de gobierno de ‘aflojar la cincha’. Los socios van a pedir recursos para esto y lo otro. Hasta ahora el gobierno, a través del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), se ha mantenido firme y confío en que seguirá así, pero a la hora de tener que levantar la mano en el Parlamento pueden pedir a cambio que se flexibilicen cosas”.

Agustín Iturralde, del CED, coincidió en que “en el plano puramente fiscal, el desafío será preservar la buena trayectoria en un año electoral. Es clave que la regla fiscal que se autoimpuso el gobierno, sea respetada”.

De frente con las reformas
Hay insistencia por parte de los expertos en la importancia de encarar las “grandes reformas macro” en tres frentes: seguridad social, transformación educativa y mejor inserción internacional.

Agustín Iturralde, del CED, puso foco en esos frentes como condiciones fundamentales para el buen futuro del país. “El gobierno tiene el principal desafío de concretar algunas de esas grandes reformas”, reafirmó.

Cantisani, de CPA Ferrere, fue por la misma línea al plantear que el déficit fiscal se mantendrá relativamente estable durante 2023, aunque el inicio de la recuperación salarial comenzará a presionar al alza, contrario a lo que sucedió en los últimos años. “De todos modos, concretar una reforma del sistema previsional será clave para despejar incertidumbre fiscal hacia adelante”, apuntó.

Alicia Corcoll, de Exante, piensa que “2023 estará marcado por la necesidad de un rebalanceo en los distintos objetivos de la política económica en nuestro país, ya que si la política monetaria se mantiene excesivamente dura para privilegiar un descenso más pronunciado de la inflación, ello podría resultar demasiado costoso en términos de actividad económica”.

Harguindeguy también compartió que, ante un año con incertidumbres, “pensar en una agenda de desarrollo es fundamental”.

Cabe agregar que el riesgo país (spread soberano) de Uruguay cerró 2022 con los mínimos de su historia y de América Lainta, por lo que será un desafío mantener esos niveles.

Alejandro Cavallo, de Equipos Consultores, mostró un panorama más sombrío: “El riesgo es que la economía se estanque. Esto tiene implicancias negativas, como ser que la actividad sea insuficiente para la creación de empleos. El punto, además, es que esto posiblemente no sea una situación particular de 2023, sino la tónica de crecimiento para los próximos años”.

No todos los encuestados compartieron esa visión al manejar otros escenarios de futuro más despejados, siempre que se emprendan reformas en el país.

IMPACTO DE UPM.

Varios analistas pusieron espontáneamente sobre la mesa el impacto de UPM. Lema planteó: “El 2023 se proyecta como un año bisagra para la economía uruguaya, pero la gran duda es si se consolida la transición hacia un ciclo definitivamente adverso, o tendremos un aterrizaje suave antes de un nuevo despegue. En términos generales, el año parece perfilado hacia un crecimiento económico que estará favorecido por la puesta en marcha de la planta de UPM II y dañado por los efectos de la sequía”.

Ramón Pampin, de PwC, afirmó: “Fue un acierto mitigar la salida del efecto de UPM IIcon estímulos a la inversión de vivienda promovida y de grandes proyectos. Está la interrogante para 2023 sobre la demanda externa de productos uruguayos ante un mundo con fuerte freno económico. Y otra interrogante es la recuperación del salario real. Para ello serán importantes adecuadas pautas salariales para las negociaciones que se inauguren en 2023”.

Todo indica que, si bien la actividad tendrá impulso por el funcionamiento de la segunda planta de UPM, ésto se vería compensado por el fin de su construcción, por lo que el “efecto UPM” sería relativamente neutro en 2023. Así lo señaló Guiliano Cantisani, de CPA Ferrere, quien agregó que “en este marco de menor actividad, crece la preocupación por el empleo, que se ha mantenido relativamente estancado durante el 2022”.

Marcelo Sibille, de KPMG, apuntó: “Es factible que se produzca una baja de la inversión tras la finalización de la obras UPM II”.

Según Sofía Harguindeguy, de Grant Thornton, las inversiones asociadas al proyecto de UPM que finalicen serán parcialmente compensadas por construcción residencial y obras viales.

“La mayor esperanza para 2023 está cifrada en el consumo, en la medida que se consolide la baja en la tasa de inflación y mejoren los ingresos de los hogares,
concluyó Sibille.

Inflación, empleo y contexto externo
“Desde comienzos de 2021 el proceso inflacionario estuvo muy influenciado por el boom exportador. Es la contracara de los hechos económicos de una economía abierta al mundo (como Uruguay). Ahora el mundo se complica, y esa presión cede. No obstante, los precios comenzarán a tener la presión de los servicios no transables intensivos en mano de obra. Se trata del equilibrio de siempre de una inflación estructural que en Uruguay no baja de 6,5%”, dijo Pampin.

Sobre el empleo, Pampin proyectó que no habrá grandes modificaciones en la demanda de trabajo por parte de las empresas en 2023 (tal vez un pequeño aumento), y sí crecerá a mayor ritmo relativo la oferta de mano de obra por parte de las personas.

Lema, por su parte, agregó a ese panorama que prevé cierta desaceleración inflacionaria adicional que “consolidará la recuperación de los salarios reales, en un contexto de escaso crecimiento del empleo y estabilidad del desempleo”.

CONTEXTO

Todos los analistas consultados hicieron hincapié en el gran impacto del contexto mundial en los indicadores domésticos, directo o indirecto, en especial en la inflación, el empleo y desempleo en 2023. “Dentro de las potenciales sorpresas negativas, desde el entorno extrarregional, podríamos ver una inflación más rebelde en Estados Unidos de la reflejada en las expectativas, o una recaída del crecimiento de China por recrudecimiento de la política de cero covid, o el peor escenario de que se dieran ambas cosas juntas. En lo regional, no es esperable grandes sorpresas negativas desde Brasil, pero Argentina podría empeorar aún más y acelerarse un desenlace problemático en la lenta agonía económica que vive hasta las elecciones”, afirmó Lema.

Pero el economista también se jugó la otra cara de la moneda: “Podría haber una reaceleración del crecimiento mundial, liderado por China y favorecido por el rebote de Europa, en un contexto de crecimiento moderado de Estados Unidos. Además, si se consolida la incipiente moderación inflacionaria, la Fed podría empezar a bajar la tasa de interés hacia el último cuatrimestre del año, luego de pivotear en torno a 5% en los próximos meses. En ese contexto, cabría esperar cierta estabilidad global del dólar y hasta algún rebote de algunos precios de commodities”.

De estos dos panoramas, otros analistas coincidieron más con el escenario internacional complicado para el próximo año, como Sibille, que redondeó: “Percibimos un riesgo desde el flanco de la demanda externa. La economía china sigue teniendo fragilidades que van más allá del lockdown implementado este año. La persistencia de la guerra en Ucrania seguirá golpeando sobre la economía europea, mientras que EE.UU. aunque a menor ritmo, seguirá incrementando la tasa de interés. Otro riesgo es que la caída de precios internacionales, sumado a la apreciación del peso, comience a ejercer presión sobre las exportaciones”.

Diario EL PAIS -Montevideo - URUGUAY - 26 Diciembre 2022