La nueva desertificación a la vera de Ruta 5 y el manejo de los arenales del Yí, dos puntos de impacto en el ambiente de Durazno
Hace muchas décadas atrás el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, seguramente con otra denominación oficial, plantó árboles a la vera de Ruta Nacional Nº 5, desde Montevideo al norte.El propósito involucraba la seguridad en el tránsito, a partir de buscar evitar el encandilamiento con el sol del amanecer, además de permitir un espacio de sombra para los circulantes por esta arteria nacional.
Aquellos árboles, de diferentes especies entre la zona metropolitana y los departamentos de Canelones, Florida, Durazno cumplieron su función durante décadas.
Para el duraznense que comenzaba su trayecto hacia el sur, las hileras se sucedían a mano izquierda en mayor proporción que del lado derecho.
Pero todo parece terminar, también para estas especies.
La construcción de la doble vía de Ruta 5 entre Canelones y Durazno, capitales departamentales, también ha involucrado a estos árboles más allá que el ensanche no les afecte en lo más mínimo.
El talado comenzó en el departamento de Durazno y se viene prolongando por Florida y Canelones, a diestra y siniestra.
Empresas a cargo de la tarea cumplen con el talado al ras, luego llega el momento de reducir los grandes troncos y sus ramas para posteriormente cargarlos y derivarlos a un destino final.
La imagen de desertificación es notoria en el departamento de Durazno y paulatinamente en el vecino Florida.
“Se busca reducir la contaminación visual”, explicó un obrero involucrado en la tarea a este medio. Del mismo modo, argumentó, reducir riesgos puesto que se trata de árboles plantados hace ya muchos años.
Los arenales
Otro aspecto ambiental que preocupa a los vecinos de la ciudad y la región se vincula con los arenales del río Yí, un tema que recientemente fue centro de debate y ríspido diálogo entre el intendente Carmelo Vidalín y un visitante asiduo de las playas en la zona de El Sauzal. Actores políticos también se han mostrado preocupados por el aspecto desolador que presenta la costa en algunos puntos, entre esos el curul Pablo Revello.
“El Dr. Achkar desde la Facultad de Ciencias vino invitado por mí para conocer la dinámica del río Yí y sus arenales, y tener su opinión técnica respecto al manejo, contemplando las necesidades de extracción y de trabajo pero también de conservación del ambiente”, señaló Revello a El Acontecer.
La llegada del científico y especialista fue resultado de la invitación del edil, a partir de allí se sucedieron acciones con epicentro el 8 de diciembre. “Estuvo acá, recorrimos toda la zona y fue recibido por la Comisión de Medio Ambiente de la Junta Departamental de Durazno y ahí estuvo explicando y dando su opinión sobre la situación del río y sus arenales. Brindó sugerencias del manejo de los mismos. También se comprometió a seguir en contacto y asesorando, quizás de forma más minuciosa al respecto, y nos anunció que algún estudiante de la Licenciatura –alumno de él- iba a tomar el tema de los arenales del río Yí como tema de tesis final. Por tanto, habrá una investigación metódica a la cual la Junta y el gobierno departamental podrá acceder en su momento”, complementó Revello.
A esperar estudios
Marcel Achkar presenta una reseña académica envidiable. Es Doctor en Sciences Agronomiques por el INP-ENSAT de Toulouse (Francia), Magister en Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias de la UdelaR, Licenciado en Geografía, fue profesor agregado en régimen de dedicación total del Laboratorio de Desarrollo Sustentable y Gestión Ambiental del Territorio, Geografía, Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales en la Facultad de Ciencias, además de haber sido investigador en Evaluación de Recursos Naturales y Geografía Rural.
Esta visita, estos aportes, sus conclusiones a partir del studio y análisis, se tornan imprescindibles en momentos que los vecinos dan cuenta que la arena que recientemente se presentó en la zona de playas del río Yí fue extraída de la zona del Puente Nuevo, concretamente desde la entrada de Continuación Eusebio Píriz. “En la zona quedó un pozo en su momento, lo habían cerrado con escombros y alambrado pero se reabrió para esto”, señalaron asiduos concurrentes a la zona.
Se trata de un capítulo más en el manejo de los arenales, su impacto ambiental y el deterioro progresivo que muestra el entorno, lo que también involucra el monte nativo ribereño del Yí.