Un río dañado
Los niveles de fósforo, fosfato y nitrógeno, que estimulan la reproducción de cianobacterias, ya están “muy comprometidos” en el río Negro, dice el Mvotma
Es cierto que el río Negro está contaminado. Pero UPM no tiene nada que ver”. Esta fue la respuesta que el presidente Tabaré Vázquez le dio a un hombre que, el 18 de febrero en el primer Consejo de Ministros del año, cuestionó el impacto ambiental que tendrá la instalación de la segunda planta de celulosa de la empresa finlandesa en Uruguay. Si se confirma la inversión, la pastera empezará a funcionar en Pueblo Centenario, Durazno, a orillas del río que divide al país en dos.
Más allá de las declaraciones del presidente, la comunidad científica uruguaya viene advirtiendo sobre el impacto ambiental que tendrá la planta y cómo facilitará la reproducción de cianobacterias. “Hay falacias, hay gente que es cínica y dice que cualquier actividad humana contamina, pero comparar cualquier actividad humana con UPM 2 es tapar el sol con el dedo”, manifestó el biólogo Guillermo Chalar, quien desde 1987 estudia la eutrofización en el río Negro, aunque reconoció que la empresa finlandesa es de las firmas más estudiadas y controladas.
El Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma) controla desde 2009 la calidad del agua de la cuenca, a través de tomas trimestrales en 15 puntos de monitoreo, lo que permite medir 31 variables. Este análisis indica que, de este a oeste, el agua presenta niveles “muy comprometidos” o “comprometidos” de fósforo, nitrógeno y fosfato.
La conductividad del agua está “comprometida” en cinco de las 15 estaciones y la cantidad de amonio en una de ellas. El nivel de coliformes termotolerantes aparece “muy comprometido” en uno de los puntos de muestreo. Por lo demás, los niveles de nitrato, amonio, clorofila, coliformes termotolerantes, oxígeno disuelto y el pH fueron categorizados por la secretaría de Estado entre buenos y aceptables en las 15 estaciones.
“El río Negro se caracteriza por tener una calidad de agua buena a regular, donde el principal problema está determinado por las condiciones de eutrofización debido a los altos niveles de nutrientes que contiene”, concluye el Informe de Calidad Ambiental al que accedió El Observador. La eutrofización es la acumulación de nutrientes que causan la proliferación de ciertas algas como las cianobacterias, que este verano llegaron a las playas de todos los departamentos de la costa este del país.
Las fuentes de este fenómeno son “difusas”, pero las cuencas que tienen usos agrícolas están más contaminadas, explicó Chalar. “Cualquiera que tenga más de 45 años sabe que nunca hubo esa cantidad de algas verdes en las playas, y eso está avalado por datos científicos”, aseguró.
La floración de cianobacterias es cíclica y se produce en los embalses todos los veranos, cuando se conjugan tres condiciones fundamentales: altas temperaturas, luz solar abundante y concentración de nitrógeno y fósforo.
Si bien evitar que se reproduzcan es “prácticamente imposible”, hay quienes entienden que la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) no está haciendo un esfuerzo para que la situación no se agrave. Uno de ellos es Daniel Panario, profesor Grado 5 de la Facultad de Ciencias, quien sostuvo que la institución avala que “se tiren fertilizantes al boleo en suelos que ya están muy degradados, en vez de obligar a los productores de soja a enterrarlos y prohibir esta práctica, lo que implica que el fósforo llegue inmediatamente al suelo”.
El director nacional de Aguas, Daniel Grief, expresó que evitar la llegada de los nutrientes que están causando una reproducción desmedida de cianobacterias en los embalses “no es un proceso que se consiga de un día para el otro”. Agregó que ello implica cambios culturales y en las prácticas agrícolas, e inversiones en plantas de tratamiento más exigentes. A su entender, la creación de la Comisión de la Cuenca del Río Negro, que sesionó por primera vez en diciembre de 2018, es un paso importante en este sentido.
La sociedad civil y los usuarios pueden opinar, asesorar y colaborar con los representantes del gobierno que forman parte del ámbito tripartito, pero sus proposiciones no son de carácter resolutivo. “El mecanismo de trabajo es por consenso en la identificación de los problemas y un diagnóstico, y cómo generamos acciones para cumplir con los objetivos”, sintetizó Grief.
Chalar, quien participa de la Comisión de la Cuenca del Santa Lucía como delegado de la Facultad de Ciencias, consideró que las comisiones son “una pérdida de tiempo” y que solo se convocan “para cumplir”. El año pasado, la comisión de cuenca que integra se juntó una sola vez y las autoridades no avanzaron sobre los planteos hechos, aseguró.
UPM 2 y las cianobacterias
El punto de partida de quienes afirman que la segunda pastera va a contaminar es que tendrá el doble de tamaño que la primera, y que el río Negro tiene un caudal de agua 10 veces menor que el río Uruguay. “UPM 1 tiene permitido volcar al agua la misma cantidad de fósforo que una ciudad sin saneamiento con una población de 20 mil habitantes”, aseguró Chalar.
Si el doble de esos aportes se volcaran al río Negro, no habrá certezas sobre la posibilidad de dilución del río.
Panario catalogó de “absolutamente ridículas” las exigencias ambientales impuestas a UPM y explicó que en otros países existen plantas de tratamiento terciario capaces de retener esa cantidad de fósforo. Además, recordó que la empresa fue multada en 2018 por verter una cantidad excesiva de este elemento al río Uruguay.
De acuerdo a los reportes medioambientales registrados en el sitio web de la empresa, una de las mayores dificultades que afronta es el control de la temperatura de los efluentes. Esto supone una amenaza, porque el metabolismo de los microorganismos aumenta conforme lo hace la temperatura del agua. La temperatura óptima para la floración de cianobacterias es de 28°C, y eso solo ocurre en verano, explicó Chalar. “En invierno las cianobacterias no son un problema: los embalses funcionan y el agua está corriendo, hay bajas temperaturas y pocas fuentes de luz”, agregó.
El biólogo expresó que los científicos uruguayos tienen “poco peso como masa crítica”, pero que sus planteos “tienen una coherencia muy grande” y no se contradicen. En el caso de UPM 2 son categóricos: si la planta de celulosa es instalada, los factores que van a primar en la floración de cianobacterias “no van a ser los naturales” sino que serán “los humanos”.
El director de Aguas explicó que el Comité Intergubernamental Coordinador de los Países de la Cuenca del Plata accedió en 2018 a los fondos del Global Enviromental Fund (GEF), con los que podrán “implementar acciones” para controlar las cianobacterias, que son un problema de toda la región.
A qué se comprometió UPM
Uno de los motivos por los que fue convocada la Comisión de Cuenca del río Negro es la Iniciativa del Río Negro. Este fue uno de los compromisos que suscribieron el gobierno y la empresa UPM al firmar el contrato de inversión para la segunda pastera. En este acuerdo, la compañía se “compromete a compensar ambientalmente” al país y a proveer “apoyo técnico y financiero” para mejorar la calidad de las aguas del río Negro, “así como disminuir y evitar las principales causas de la contaminación de las aguas en su cuenca”.
Para cumplir con este objetivo, UPM prevé aportar US$ 1,5 millones por un período de 20 años y contribuir con el saneamiento de las localidades de Paso de los Toros y Pueblo Centenario.
Grief entiende que la participación de la empresa en el monitoreo de la calidad del agua le va a dar “mucha más solidez al Estado para tratar un tema de importancia clave”.
En el Consejo de Ministros abierto en Pueblo Centenario, el presidente Vázquez se comprometió a cerrar UPM 2 si se prueba que contamina. También recalcó que se tendrán las máximas exigencias medioambientales. Y recordó que cuando estaba en discusión la instalación de UPM 1, se decía que iban a nacer “niños con dos cabezas”, pero que “la incidencia de cáncer en la región sigue siendo la misma”.
El Mvotma le asignó la “categoría C” al proyecto, de acuerdo al decreto 349 de 2005. Estos son aquellos “cuya ejecución pueda producir impactos ambientales negativos significativos, se encuentren o no previstas medidas de prevención o mitigación”.
El director de Aguas, por su parte, manifestó que “toda actividad genera algo de impacto” y que lo importante es saber si ese daño “es considerable y si tenés capacidad para asumirlo y minimizarlo”. Incluso planteó que la empresa va a “descontar” más contaminación de la que va a generar. l