bandera ElObservadorEl sendero de Uruguay se bifurca

La suba del dólar y la posibilidad del libre comercio con el Pacífico generan un momento decisivo para la oportunidad uruguaya
Al único país que era notoriamente más caro que Uruguay le han saltado los tapones y ha ingresado en una etapa altamente imprevisible. ¿A cuánto estará el dólar a fin de año en Argentina? ¿Y en Brasil? Proyectar eso hoy es como proyectar la quiniela. Si la asistencia del FMI a Argentina se demora y la corrida bancaria no cesa, agarrate Catalina, que vamos a galopar.

Por Eduardo Blasina
Y si la política centrífuga de Brasil lleva a que las elecciones sean una disputa entre el PT y la derecha extrema y el débil crecimiento actual se interrumpe por desconfianza de los agentes económicos, ni te digo. Un buen tormentón para el pequeño velero Charrúa que navega sus 15 años de crecimiento cargado de mochilas.

 

Pero tampoco puede descartarse que Macri maneje con pericia la situación y el FMI ponga el dinero que se necesite para calmar a los mercados. La Argentina logre la madurez democrática de que un presidente no peronista llegue al final de su mandato y su línea estratégica de ordenar la economía, bajar el déficit fiscal gradualmente y promover al motor exportador de resultado. Aunque los kirchneristas a ambos lados del Plata festejan las actuales zozobras y las eventuales chamboneadas del manejo de su política monetaria, no hay que darle por colapsado al gobierno de Macri ni mucho menos.

De cual escenario predomine dependerá el precio futuro del dólar. Si la inestabilidad impera, la divisa estadounidense con un poco mejor tasa será muy atractiva. Más que un Lebac al 40% o una Letra de Regulación Monetaria uruguaya al 9%.

Es claro que para el gobierno argentino todo se ha vuelto mucho más cuesta arriba de lo que ya era. Han quemado US$ 8.000 millones de reservas para frenar una suba del dólar que ha sucedido de todos modos. Han subido las tasas de interés a 40% lo que hace inviable cualquier negocio genuino. Más vale colocar el dinero en Lebacs. Y pedir un crédito en este momento sería más que temerario. El riesgo de que Argentina caiga en estanflación; es decir estancamiento con inflación, es grande. Pero una de las consecuencias de tanta inestabilidad puede ser que el dólar se vaya y el país vecino se "abarate", lo que nos puede dejar definitivamente como los más caros de la región. Porque respecto a Brasil ya estamos bien caros.

Pero un dato es claro: el FMI dice que el dólar tiene que subir más, y Argentina no parece en condiciones de criticar las opiniones de su probable futuro financiador. Cuando se piden US$ 30.000 millones de un saque y con urgencia no es de buen gusto cuestionar sugerencias.

Más allá de los errores que pueda haber cometido la conducción económica argentina y de lo difícil que es siempre para un gobierno no peronista llevar adelante la gestión, la suba del dólar parece tener causas que exceden los avatares argentinos. Además de las inestabilidades de Brasil, el dato que aceleró estos procesos es que las tasas de EEUU finalmente sí suben. Se acabó la plata barata inundando especulativamente al río de la Plata.

La lógica ascendente de las tasas ha fortalecido al dólar en una escala mundial. Se ha terminado la era de tasas casi cero y dólares baratos.

En Uruguay los dólares van a escasear más de lo previsto. Por un lado la factura petrolera viene engordando y el petróleo a US$ 100 no está tan lejos. Donde la perpetua guerra de Medio Oriente lleve a que Irán e Israel confronten directamente, las tres cifras para el barril acechan. Y con Irán bloqueado, cuánto dinero significa eso para las arcas de Arabia Saudí y la industria petrolera estadounidense? Un ataque a Irán que inflame todo es un excelente negocio para muchos.

Se terminó la era del petróleo barato. Tenemos que ser más eléctricos que nunca. Basta de subsidiar a los motores de combustión.

Y tras esta semana de lluvia, estamos ante la peor cosecha agrícola uruguaya en décadas, y lo mismo en Argentina. Se termina parcialmente la era de los granos sobrantes. En agricultura la oferta se puede restablecer muy rápidamente. Pero por los próximos 12 meses los granos no serán tan abundantes.

En lo local, faltarán los dólares de la soja y habrá que destinar más dólares a comprar petróleo.
Capturar los dólares genuinos de la exportación se hace cada vez más imperioso.

Ante esta perspectiva, es bastante urgente virar las fuentes de recaudación. Hay que recaudar por el impuesto a la renta que generen exportaciones exitosas. Se está terminando posiblemente la época de la recaudación impositiva sustentada principalmente por el consumo. Y eso es una buena noticia porque en todo caso, ese camino de crecimiento consumista es insustentable. Más vale cambiar pronto y suave que tarde y en crisis.

Es el momento de valorizar al máximo las exportaciones en dos sentidos. Uno concreto, el dólar no debe volver a quedar debajo de los $ 30 en el interbancario. Eso restablece algo del equilibrio perdido en el tipo de cambio y da una señal a los empresarios vinculados a la exportación una ventaja directa al mejorarles el precio de venta. Y de seguridad para invertir. Si se pudo defender a $ 28, se debe poder defender ahora a $ 30. Para la psiquis humana $ 30 es un número mucho mayor que $ 28,5. La diferencia no es tanta en la realidad pero como señal para la inversión sería importante.

En segundo lugar pero más importante, revalorizar a las exportaciones en un sentido más conceptual: la estrategia de Uruguay ahora tiene que tener como principal objetivo excluyente captar dólares genuinos del mundo a través de sus exportaciones, su venta de servicios al mundo, y un turismo que siga creciendo a pesar de que vengan menos argentinos. De paso capaz zafamos de que venga Alfredo Casero.

Es factible que el gobierno no deba hacer nada y el dólar se quede naturalmente por encima de los $ 30. Pero tener ese mínimo como medida tácita de soporte al sector exportador, pondría a traccionar de inmediato a la ganadería y a la agricultura de invierno que en una semana empieza su siembra.

Dada la situación en Irán correspondería convocar a la mesa de trabajo con Un solo Uruguay e informar que el precio del gasoil no bajará, pero tampoco subirá. Es tremendamente descortés no contestar una propuesta constructiva como el gasoil y es razonable postergar una medida de ese tipo hasta que los tambores de guerra se acallen.

Basta con que el precio del gasoil se mantenga en los actuales niveles y se efectivice una apuesta bancaria a la agricultura para que las exportaciones de origen agropecuario puedan dar un salto en 2019. Sería una excelente señal romper el estancamiento de las exportaciones de los últimos años.
Con un dólar corregido a un piso firme en $ 30, un gasoil que resista estable a pesar de los avatares de la eterna guerra de Medio Oriente, solo faltaría una decisión más para configurar un escenario cualtitativamente diferente. Y esa señal es la apertura a Chile. Porque es una apertura que no va a cambiar gran cosa. Pero si no se concreta, querrá decir que es impensable la búsqueda de acuerdos con economías mayores. Y porque la solución a nuestros problemas está en llegar exitosamente a Asia. Si cuando queremos poner un pie en las playas del Pacífico, el Partido Comunista, la lista 711 de Sendic y el grupo chavista Casa Grande, más las ignotas "bases" van a tener poder de veto, la señal será tremenda.

La corrida de Argentina abre una cierta oportunidad de corregir el desfasaje de costos que ha generado el tipo de cambio real más bajo desde que hay registros. Las refinanciaciones del Banco República y de los privados pueden permitir sortear la peor cosecha agrícola que se recuerde. Hay que correr la línea de defensa del mínimo del dólar dos pesos. Y animarnos a jugar el mundial de la exportación de bienes y servicios. Si no nos animamos con Chile, la perspectiva de futuro del país se empequeñece espectacularmente. La decisión respecto a Chile dimensionará el tamaño de nuestros sueños. Si queremos conquistar Asia con trabajo uruguayo o queremos quedarnos caros, encerrados y pequeños.

El sendero se bifurca, podemos ser competitivos y abiertos, o dejar las barreras y los costos altos.

Diario EL OBSERVADOR - Montevideo - URUGUAY - 12 mayo 2018Diario EL OBSERVADOR -  Montevideo - URUGUAY -  12 mayo 2018