Aratiri junio 2012chicoLos radicales contra Aratirí y su aliado inesperado en la oposición

Megaminería. Presidenciables llevaron a los ambientalistas un discurso a su medida
No damos manija, pero aquí tienen nuestro compromiso”. Así terminó anoche su exposición el candidato del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, en el debate sobre megaminería organizado por el grupo de ambientalistas contra la instalación de Aratirí, Uruguay Libre. Su compromiso es contra el proyecto de la empresa de origen indio Zamin Ferrous, por motivos similares a los que pregonan los radicales que rechazan la firma del emprendimiento. En términos generales, se expresó igual el colorado Pedro Bordaberry. También los candidatos César Vega (Partido Ecologista Radical Independiente), Rafael Fernández (Partido de los Trabajadores) y Gonzalo Abella (Unidad Popular). Faltó a la cita el oficialista Tabaré Vázquez (Frente Amplio).

Lo que pudo haber sido un debate de opiniones, una polémica o un cruce destemplado (producto de las enormes diferencias ideológicas del grueso del público con los expositores), terminó siendo un acto donde los que impulsan la causa contra Aratirí se llevaron a casa el compromiso de aliados inesperados. Militantes ecologistas, de izquierda no frenteamplista y que hablan contra el imperialismo, por ejemplo, terminaron aplaudiendo a Bordaberry y a Lacalle Pou, muchas veces vistos como representantes de partidos políticos responsables de lo que no quieren para el país. A personas con kilómetros de distancia en el pensamiento político las terminó uniendo el rechazo a Aratirí.

El único que desentonó en ese discurso armónico para los oídos de los ambientalistas fue Pablo Mieres. Pero el candidato independiente aclaró que había ido “a dar la cara”, a pesar de llevar un discurso “diferente” a los demás. A su juicio, la megaminería en Uruguay puede tener cabida como cualquier otra actividad productiva, siempre y cuando sea “responsable” y “sostenible”. El público respetó a Mieres, pero de la platea del Paraninfo de la Universidad de la República (que estaba repleto) surgieron abucheos y alguno le gritó “vendido”. Los planteos fueron, de todos modos, muy distintos. Aunque hubo aplausos para todos.

Lacalle Pou, que fue el primero en hablar porque ganó el sorteo, dijo de entrada que el país no puede “negociar” el “derecho ambiental”, y en la cara de muchos de los presentes se comenzó a dibujar una sonrisa. El postulante blanco les recordó a los presentes que había sido él quien, por primera vez, llevó a tres ministros al Parlamento para interpelarlos. Y fue por el tema Aratirí. Recordó haber visitado lugares en el mundo con malas experiencias de cierre de minas, e incluso se metió con el proyecto concreto de la minera de origen indio. Dijo que Aratirí no es una empresa minera y se quejó porque proponga “solo” extracción y no producción del hierro a la vez. En todo momento, Lacalle Pou fue consciente de a quién le estaba hablando. En un pasaje de su exposición, planteó que los presentes eran “militantes de la causa”. Por eso, al final, aseguró que no había ido a “dar manija”, pero sí a llevar su “compromiso” contra la instalación de la megaminería.

Bordaberry, en cambio, repitió más de una vez que tenía la mente abierta para que lo convencieran. Pero en ningún momento dudó en oponerse al proyecto de Aratirí, con lo que también cosechó aplausos y aprobación. Al principio de su discurso, que fue apoyado por una presentación PowerPoint, repasó las experiencias mineras en Uruguay, como para decir que el tema no era nuevo en el país. Fue allí que apuró sus conclusiones, porque, dijo, veía “algunas caras” de los presentes con gestos adustos de desaprobación. “Hay una minería ambientalmente amigable, pero la que tiene problemas es la metalífera a cielo abierto”, dijo, y más de uno en la platea suspiró. También criticó al gobierno por querer firmar un contrato con Aratirí antes de terminar el período. El candidato colorado abonó la tesis ambientalista, y aseguró que “el aire en Valentines (Treinta y Tres) va a ser mediocre o muy malo”, si se lleva adelante el proyecto minero.

Abella, de Unidad Popular, repartió adjetivos contra la empresa india y la actividad minera a cielo abierto. Dijo que el proyecto de Aratirí era un “saqueo voraz de las transnacionales” que quieren “destruir a los pueblos”. También aseguró que si la minera se instala, la gente de la zona no podrá colgar a secar la ropa porque la “lluvia ácida” se la va a agujerear.

Vega, del PERI, llevó un proyecto alternativo al de Aratirí pero con una plantación de ajos orgánicos (ver recuadro). Eso le dio pie a Fernández, del Partido de los Trabajadores, para decir que el pueblo uruguayo debería “clavarle una estaca” en el pecho, cual vampiro, al proyecto “podrido, corrupto y saqueador” de Aratirí. l

Lo dijo
“Cuando tiendan la ropa, se les va a llenar de agujeros por la lluvia ácida”
Gonzalo Abella
Candidato de Unidad Popular

 “Ni el más favorable a la minería dice que no hay daños emergentes de esa actividad”
Luis Lacalle Pou
Candidato del Partido Nacional


Diario EL OBSERVADOR -  Montevideo -  URUGUAY - 30 julio 2014