barcaza paraguayArgentina dejó de navegar el Alto Paraná
En tanto, Paraguay se convirtió en el mayor constructor de barcazas de América del Sur. Ya suman 13 sus astilleros en funcionamiento que ya llevan botadas 4.000 unidades.

POSADAS. Buques argentinos dejaron de navegar el Alto Paraná mientras convoyes paraguayos bajan con todo tipo de productos rumbo a Rosario -donde la nación vecina dispone de una zona franca-, a otros puertos argentinos como Zárate o Campana y también hacia Nueva Palmira (Uruguay). Allí las cargas son reembarcadas para proseguir viajes al exterior.

Pese a las ventajas económicas que ofrece el transporte fluvial, Misiones hoy no cuenta con instalaciones portuarias en condiciones de operar. Desde la colonización jesuita, la principal vía de comunicación fue  a través de los grandes ríos que forman parte de la Cuenca del Plata.

Incomprensible
A comienzos del siglo pasado se abrieron los primeros caminos terrestres y en 1911 llegó el ferrocarril que atravesaba territorio mesopotámico, para unir a Posadas con Buenos Aires. Los trenes hoy tampoco circulan, sin explicación oficial alguna. En consecuencia los fletes aquí cuestan el doble o el triple debido a que la producción local conformada por madera, celulosa, papeles, yerba mate, tabaco, té, almidón de mandioca, cítricos,  etcétera, solo llega a centros de consumo nacionales o sale rumbo al exterior, en camiones que transitan rutas cada día mas congestionadas.

Los accidentes viales en el NEA son moneda corriente. A su vez, los misioneros pagan todo más caro, debido a la incidencia de los fletes en constante aumento.

Como paradoja,  la única esclusa de navegación que dispone la Argentina se encuentra en la represa Yacyretá, bajo control de Prefectura Naval. Por allí suben y bajan embarcaciones extranjeras, algunas también de banderas uruguayas y hasta de Bolivia, país que dispone de una estrecha costa sobre el río Paraguay cerca del Pantanal, donde se embarca la rica producción de la provincia del Oriente, cuya capital es Santa Cruz de la Sierra.

Hasta la década de 1960 Misiones contaba con siete puertos disponibles. Los viajes hacia Cataratas del Iguazú se hacían en naves construidas en astilleros nacionales adaptados a las condiciones geográficas. Eran muy placenteros por la naturaleza del entorno, aunque tardaban más tiempo en llegar a destino.

Muchas compañías se paralizaron al dejar de ser rentables. En su mayoría no pudieron hacer frente a exigencias de gremios marítimos y a costos de mantenimiento.

A partir del llenado del embalse de Yacyreta, el puerto de esta ciudad (otrora de mucho movimiento) quedó anegado. La Entidad Binacional (EBY) erigió un puerto nuevo alternativo a 10 kilómetros aguas abajo, en el paraje denominado Nemesio Parma. Desde 1997 en que comenzaron las obras, se aguarda su habilitación. Empero, la EBY lo proyectó con apenas 14 pies de calado;  cuando se inaugure resultará inoperable.
Los demás puertos misioneros sobre el Alto Paraná a lo largo de 300 kilómetros,  desde Posadas a Iguazú, tampoco fueron recuperados.

Los navieros paraguayos
El Paraguay se ha convertido en el mayor constructor de barcazas de América del Sur. En efecto: en trece astilleros emplazados tanto en Asunción como en demás puntos del litoral, ya se llevan botadas 4.000 unidades.

Se trata de empresas integradas por capitales paraguayos como CIE por ejemplo, consorcio entre los cuales figura de titular el ex presidente Juan Carlos Wasmosy. O la japonesa Tshmesis, que ya invirtió 60 millones de dólares, además de otros capitales venidos del exterior aprovechando la fuerte demanda en regional en el sector. Los trece astilleros brindan empleo directo a 20.000 personas, alternativa de crecimiento en el epicentro del Mercosur.

La firma Chaco vendió recientemente a la pastera findanlesa Botnia en Fray Bentos, Uruguay, una barcaza de 5.000 toneladas, capacidad equivalente a alrededor de 150 camiones cargados hasta el tope.

Lamentablemente, la Argentina aún no se ha incorporado a esta actividad altamente rentable, teniendo las ventajas de disponer de hidrovías aptas para bajar costos de transporte y obviamente, crecer en su economía.
Por César Sánchez Bonifato

MISIONES 4 - ARGENTINA - 01 febrero 2016