ute upm chinaObra de UTE adjudicada a estatal china genera alerta en empresarios de la construcción

Compañías uruguayas plantearon dudas sobre la participación de una empresa del Estado chino en la construcción de línea de alta tensión entre Tacuarembó y Salto .UTE y la empresa estatal China Machinery Engineering Corporation (CMEC) firmaron el lunes 31 de mayo el contrato de suministro y construcción de las obras e instalaciones para la ejecución del cierre del anillo de trasmisión del norte, una línea de 500 kV que unirá Tacuarembó con Salto. 

Se trata de una inversión clave para el sistema de interconexión nacional.

El proyecto –que quedará operativo en 2025– se desarrolla a través de un fideicomiso financiero constituido por UTE, con República Afisa como entidad fiduciaria, y tiene un costo de U$S 191 millones. La adjudicación se realizó a fines del año pasado tras una licitación internacional. A esa instancia fueron invitadas nueve empresas y el proceso culminó con CMEC como la ganadora, tras ofrecer el menor precio, según informó a El Observador la presidenta de UTE, Silvia Emaldi.

En la Cámara de la Construcción del Uruguay (CCU) la adjudicación de la millonaria obra de UTE a manos de una empresa del gobierno chino no cayó bien y así se lo hicieron saber a autoridades del Poder Ejecutivo, según informó esta semana el programa Así Nos Va de radio Carve.

Fuentes de ese sector de la industria trasmitieron a El Observador que existe temor respecto a que esta adjudicación abra la puerta al ingreso de otras empresas estatales chinas. Además, en la gremial de la construcción existen dudas sobre cómo se realizará la obra, tomando en cuenta la oferta presentada.

El consejo de CCU se reunió días atrás y tras considerar el tema acordó enviar una carta dirigida al ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, al titular de Trabajo, Pablo Mieres, y a Emaldi.

En la misiva, los empresarios recordaron que ya durante el anterior período de gobierno habían cuestionado que para este llamado se exigiera una calificación investment grade a las constructoras.  Según se indicó, esto impidió directamente la competencia de las empresas uruguayas y para participar debieron asociarse con otras empresas del exterior que contaban con esa calificación. Un empresario de la construcción explicó a El Observador que ese requisito ya encarecía la oferta para las firmas locales.

El informante aclaró que la CCU no se opone a que vengan empresas del exterior a realizar obras de infraestructura, pero advirtieron que no es lo mismo competir con una empresa privada china que una estatal porque puede ofrecer “precios predatorios” que dificultan la competencia.

Además, otro componente que genera suspicacia para el sector es la relevancia que tiene China para Uruguay como destino para productos como la carne vacuna, celulosa, lana y lácteos, o del propio aporte que realizó la potencia asiática con vacunas para el control de la pandemia.

Por otro lado, uno de los aspectos que llamó la atención de las empresas uruguayas de la construcción que integran la CCU, fue el monto de aportes que declaró la estatal china por la Ley 14.411 de aportes sociales a la construcción.

El cálculo que hacen en la cámara es que con ese monto pagan la mitad de la mano de obra necesaria para realizar la línea de alta transmisión.  Una de las fuentes recordó que hay casos de empresas asiáticas que han realizado obras en América Latina que traen su propio personal, algo que en Uruguay “no es sencillo de instrumentar”.

Las fuentes también recordaron el episodio de la coreana Hyundai que tuvo a cargo la construcción de la central de ciclo combinado de Punta del Tigre. A modo de ejemplo, recordaron que en un principio la firma coreana tenía planeado hasta traer cocineros desde Nepal, aunque luego terminó por desistir.

Además, la CCU cuestionó en su carta a UTE por no realizar un proceso de preselección de ofertas y analizar todos sus antecedentes. También se le pidió al gobierno que cumpla con los mismos controles que le pide a las constructoras uruguayas, y rechazaron que se pongan certificaciones que impidan la competencia directa de las firmas locales en este tipo de obras.  Las fuentes indicaron que la “preocupación” por el avance de firmas estatales de China no solo preocupa en Uruguay sino también en otros países de América Latina.

Consultada sobre el tema, Emaldi explicó a El Observador que la obra se realiza a través de un fideicomiso, por lo tanto el llamado se hizo dentro del marco privado. Y respecto a la exigencia de que las empresas constructoras tengan grado inversor, Emaldi indicó que ese fue uno de los requerimiento que colocó BID Invest (brazo del sector privado del Banco Interamericano de Desarrollo) que es el banco financiador.

La empresa CMEC había participado en 2018 del llamado internacional para el proyecto de construcción del Ferrocarril Central en un consorcio con SDHS, pero quedó por el camino al no cumplir con todos los requisitos. En esa instancia compitió con la española Acciona Construcción y el consorcio Vía Central, integrado por capitales uruguayos (Saceem, Berkes), españoles y franceses, que finalmente se quedó con la adjudicación de la obra.

Los detalles de la nueva obra en el norte del país
El cierre del anillo norte estaba en los planes de las autoridades ya en el quinquenio pasado, pero diferencias respecto a cómo debía ser la modalidad de financiamiento la demoraron.
Esta  línea de alta tensión se compone de dos tramos: una que irá desde Tacuarembó y bajará hasta Chamberlain próximo a Paso de los Toros; y otro tramo entre Chamberlain y Salto Grande. Su trazado cubrirá una distancia de  aproximadamente 350 km.  Los dos tramos se conectarán a través de la estación a ser construida en esa localidad de Tacuarembó.
Asimismo, en la subestación de Chamberlain se conectarán líneas que permitirán el enlace con la nueva planta de UPM, la que además de producir celulosa, generará energía renovable  e inyectará parte de lo generado al Sistema Eléctrico Nacional a partir del 2025. Adicionalmente se incluyen en el proyecto dos líneas menores de 150 kV que conectarán la estación Chamberlain con las líneas existentes entre Rincón del Bonete y el Parque Eólico Palmatir.
¿Qué importancia tiene? Una red de trasmisión puede ser radial o anillada. En una red radial, la energía eléctrica tiene un solo camino para llegar a destino. En un anillo hay al menos dos caminos por los cuales transita la energía, por lo cual si hay una falla en una vía, queda la otra y el usuario no sufre interrupción.

Uruguay contaba en 2010 con cuatro sistemas de redes eléctricas radiales desplegadas en la zona norte y este. Eso hacía que cuando se interrumpía la red en cualquiera de esas largas líneas que alimentaban esas zonas, grandes áreas quedaban sin energía eléctrica. Eso era incompatible con el desarrollo de la generación renovable y con la instalación de nuevas industrias de gran porte.
A mediados de la década pasada se construyó la línea San Carlos- Melo en 500 kV, que dotó de mayor seguridad a esa región. Y en 2019 se inauguró el primer tramo del añillo entre Melo y Tacuarembó en 500 kV. Ahora con el cierre del anillo, se podrá alimentar la red nacional por un lado u otro, además de tener conexión con Brasil y Argentina.

El tiempo de ejecución proyectado es de 42 meses de trabajo y se prevé que la obra esté operativa en enero de 2025.

Diario EL OBSERVADOR -Montevideo - URUGUAY - 19 Junio 2021