En la cumbre COP 30, el agro tiene mucho que decir.
La agricultura es la única actividad que, al tiempo que produce, puede capturar carbono en el suelo y así contribuir a la reducción de emisiones totales de gases de efecto invernadero.Se está realizando en la ciudad de Belém (Pará, Brasil) el mayor foro ambiental del mundo, la COP 30, que reúne a más de 50.000 personas de unos 200 países e integrantes de diversos gobiernos, varias organizaciones e instituciones de diferente naturaleza.
En ese amplio abanico de participantes, uno de ellos es el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) que busca colocar en el centro del debate la voz del sector agropecuario de las Américas.
La oportunidad no puede ser desechada ni ignorada, en especial cuando la cumbre ambiental vuelve a América después de una década.
Ante los desafíos climáticos, el agro debe ser visto como una solución y no como un problema. Para eso, se debe exponer y explicar con claridad toda evidencia científica y los resultados concretos es ese esfuerzo por revertir la crisis climática y la pérdida de biodiversidad, además de que es un sector clave para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional del mundo, generar divisas y crear empleos y arraigo en las zonas rurales.
Durante dos semanas, hasta el 21 de noviembre, el pabellón albergará eventos de alto nivel con el protagonismo del sector privado, funcionarios de Agricultura de gobiernos del continente, miembros de comunidades rurales, académicos, y representantes de organismos internacionales.
Será la cuarta vez consecutiva que el pabellón del IICA y sus socios estará presente en la conferencia.
IICA ya participó con su propio pabellón en la COP 27 (Egipto 2022), en la COP 28 (Emiratos Árabes Unidos 2023) y en la COP 29 (Azerbaiyán 2024).
El objetivo de IICA es demostrar al mundo que la agricultura en el continente realiza un aporte crucial a la seguridad alimentaria global y es capaz de combinar productividad, sostenibilidad y resiliencia, a través de la transformación del conocimiento técnico y la cooperación en acciones concretas contra la crisis climática.
La agricultura es la única actividad que, al tiempo que produce, puede capturar carbono en el suelo y así contribuir a la reducción de emisiones totales de gases de efecto invernadero.
