Minamata se acercaMinamata se acerca: el progresivo camino de Uruguay hacia el abandono del uso del mercurio en la producción

Actualmente solo una empresa lo utiliza para hacer cloro y soda cáustica

En 1956, en la bahía de Minamata en Japón, dos hermanas –de 2 y 5 años– fueron diagnosticadas con efectos terribles, intratables y estigmatizantes del envenenamiento por mercurio. Fue un antes y un después. Su historia se contó muchas veces en los decenios siguientes hasta convertirse en símbolo de otros miles que padecieron lo que ahora se conoce como la “enfermedad de Minamata”.

Setenta años después, el primer día de 2026, comenzará a regir un convenio que lleva ese mismo nombre. Fue acordado por 147 países en 2013 en Ginebra –tras más de diez años de discusiones– y se transformó en el primer acuerdo ambiental mundial negociado en el siglo XXI.

Es un tratado mundial que pretende proteger la salud humana y el ambiente de los efectos adversos de este químico cuyos desechos son nocivos principalmente para el desarrollo de bebés y niños.

El convenio tuvo a Uruguay como protagonista en la redacción y también fue de los primeros en aprobarlo en su Parlamento –en 2014– aunque el país ahora se encuentra en una encrucijada: a poco tiempo de la entrada en vigor analiza pedir una prórroga ya que aún mantiene una empresa produciendo con mercurio.

Se trata de Efice, una de las principales proveedoras de OSE, que mantiene el uso del químico en su producción de cloro gas y soda cáustica, y ya comunicó al Poder Ejecutivo que necesita una prórroga de un año para reconvertirse.

Argumentó –como viene haciendo desde hace años– diversos problemas tanto logísticos como económicos para cumplir con los plazos, algo que irritó a su competidora Alliance (que produce cloro sin mercurio) y lamenta que el gobierno acepte “cambiar las reglas” de juego.

Efice es la única empresa que queda utilizando mercurio, ya que desde la puesta en marcha de la ley hubo un progresivo abandono tanto de la importación como de la producción.

Cambio sostenido
En particular, el cambio se dio con la publicación de un decreto en 2019 –en el final de la segunda administración de Tabaré Vázquez– que estuvo enfocado en la “gestión ambiental adecuada” de lámparas y otros residuos con mercurio.

En ese documento se estableció que a partir de 2020 no podían importarse, fabricarse, armarse o ensamblarse más artículos que tuvieran mercurio.

Entre los productos que salieron de circulación estuvieron: termómetros clínicos, baterías, lámparas, interruptores y algunos objetos farmacéuticos. También las amalgamas dentales, que dejaron de usarse ya que la técnica dejó de enseñarse en la Facultad de Odontología y se promovió un desincentivo con campañas públicas.

Un informe de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina (Rap-Al) de 2018 estimaba que la contribución de emisiones totales de mercurio provenientes de los productos era entre un máximo de 3.616 kilos por año y un mínimo de 2.201 kilos por año. Estimaba que el 36% eran productos con uso intencional de mercurio (termómetros, lámparas, etc.) ; 31% procesos industriales (producción de cloro y soda) y 19% amalgamas dentales.

El decreto señala que los fabricantes e importadores tenían que “adherir o contar con un plan de captación post-consumo de los artículos alcanzados en este reglamento y de sus residuos” y que las sanciones por incumplimiento podían ir desde las 10 hasta las 10 mil UR ($18,3 millones actualmente).

En febrero de 2020, a su vez, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) decretó la prohibición de importación, exportación, fabricación, venta, uso, tenencia y comercialización de “productos veterinarios y materias primas” que contuvieran mercurio en su formulación. El decreto exceptuó el compuesto “Timerosal exclusivamente cuando sea utilizado como conservante de productos biológicos (vacunas)”.

Por último, la minería también utilizaba mercurio en su proceso de extracción. En este caso, fue utilizado por varias décadas en la extracción de oro en Minas de Corrales.

El último reporte
A fines de 2023, el Ministerio de Ambiente emitió su último reporte a Minamata acerca de los avances del país. El documento, al que accedió El Observador, señala que “aún está pendiente el cambio de tecnología de la planta cloro-álcali en el territorio”.

También menciona que la cartera estaba trabajando “estrechamente con la planta cloro-álcali para encontrar una solución viable a la situación antes del plazo establecido en 2025”.

A su vez, dice que la Cámara de Industrias tiene un relleno sanitario que “gestiona productos con mercurio al final de su vida útil, principalmente lámparas” y que “el sistema de recolección es la parte más costosa y que más tiempo consume del proceso”.

Diario EL OBSERVADOR -Montevideo - URUGUAY - 23 Octubre 2025