geopolitica inversoresGeopolítica: los mercados pasan a un segundo plano, los inversores no tienen por qué hacerlo

Jay Sivapalan, experto en renta fjia, analiza el impacto de los cambios geopolíticos en las dinámicas económicas globales y enfatiza la necesidad de que los inversores se reorganicen en línea con las prioridades estratégicas de los gobiernos.Los asuntos geopolíticos están teniendo actualmente una gran influencia en los resultados económicos y de mercado.

Se están produciendo cambios tectónicos globales en las áreas de comercio, defensa, energía, tecnología y en la búsqueda de resiliencia nacional. En consecuencia, los pilares fundamentales que impulsaron el crecimiento económico global sincronizado están bajo amenaza: los motores de crecimiento económico, como el “dividendo de la paz” del que disfrutamos en los últimos 80 años y los acuerdos de libre comercio que valoramos durante décadas, ya no están intactos.

Aunque en la comunidad inversora nos gustaría pensar que los mercados están en el centro de las acciones de los gobiernos, la dura realidad es que no lo están. El mecanismo de retroalimentación del mercado sigue siendo importante para que los gobiernos alcancen sus objetivos económicos y geopolíticos. Sin embargo, las prioridades de orden superior para los gobiernos son cada vez más evidentes.

Durante gran parte de las últimas cuatro o cinco décadas, los inversores pudieron basarse en algunos principios simples para invertir dentro de economías capitalistas de libre mercado. La asignación de recursos escasos se guiaba casi exclusivamente por el mayor retorno sobre el capital disponible, la información proveniente de los precios de mercado y la libre competencia sustentada en la ventaja comparativa. El papel del gobierno se centraba principalmente en la provisión de bienes y servicios públicos, redes de seguridad, y en mantener controles y equilibrios mediante la regulación. Era un entorno donde las decisiones del sector privado impulsaban los mercados, mientras los gobiernos desempeñaban un rol de apoyo. Los mercados estaban al frente de esas decisiones del sector privado (y parte del público).

De cara al futuro, vemos la posibilidad de que los roles del gobierno y el sector privado se inviertan. Los gobiernos, con prioridades estratégicas, están tomando decisiones críticas sobre el uso del capital, la mano de obra, la tecnología y otros recursos escasos, determinando así el crecimiento o la caída de ciertos sectores. La prioridad superior ahora es lograr objetivos nacionalistas. Si bien el sector privado seguirá siendo esencial para que los gobiernos alcancen sus metas estratégicas, las decisiones de mayor nivel probablemente ya no estén impulsadas por señales de precios del libre mercado en sí mismas.

En adelante, el papel del sector privado —aunque distinto y ya no al mando— sigue siendo fundamental para que los gobiernos alcancen sus objetivos. La razón principal es que la propiedad intelectual, el capital de inversión, la mano de obra calificada y la trayectoria de ejecución residen en el sector privado. Los gobiernos también necesitan al sector privado para llevar a cabo sus metas. Por lo tanto, los factores clave de éxito para la participación del sector privado serán:

Certeza en la ejecución (no necesariamente en el precio)
Historial comprobado de cumplimiento
Alineación con los planes a largo plazo de los gobiernos, y
Intereses nacionales al frente de todas las decisiones.
Pensar diferente
El entorno geopolítico de las próximas décadas será muy distinto al del pasado.

El ejemplo clásico es la búsqueda de la ventaja comparativa en el comercio. Los países se especializaban en producir y exportar bienes y servicios con menores costos relativos, lo que permitía una mayor producción y consumo total que si actuaran de forma aislada. Este principio está en el corazón de la globalización y el comercio mundial.

En un entorno controlado, un “óptimo restringido”, el marco que entrega los beneficios de la ventaja comparativa aún puede mantenerse, pero la complejidad aumenta. Factores como la regulación, la disponibilidad de recursos, los elementos tecnológicos y los objetivos sociales y políticos siempre han actuado como restricciones. Las políticas nacionalistas y proteccionistas en aumento pueden añadir más distorsiones y fricciones a decisiones que, de otro modo, serían racionales desde el punto de vista económico, lo que ha agudizado el enfoque de los gobiernos y sus responsables de políticas.

Para los inversores, las implicaciones son que la economía y los mercados ya no están en el centro de la reflexión de los responsables de políticas. Más bien, los mercados son una herramienta a través de la cual las economías y sus respectivos gobiernos buscan cumplir sus prioridades estratégicas. Las políticas proteccionistas, por ejemplo, pueden significar que no haya certeza de que un socio comercial mantenga la disposición o capacidad para suministrar bienes y servicios según lo requerido. En lugar de buscar el resultado económico más eficiente, podrían prevalecer las políticas gubernamentales de orden superior. Es decir, los gobiernos podrían dejar de perseguir la opción más barata, para optar por aquella con mayor certeza de ejecución.

El resultado es que surgirán ganadores y perdedores, y la brecha entre ellos probablemente se ampliará. Los gobiernos serán mucho más influyentes en determinar quiénes son esos ganadores y perdedores, a nivel de país, industria y empresa.

Implicancias de inversión
Para los inversores, el manual del éxito ha cambiado. Identificar las prioridades estratégicas de los gobiernos y a los operadores número uno, dos y tres con trayectoria comprobada en esas áreas es un buen comienzo. Determinar qué industrias podrían recibir subsidios y beneficios fiscales también puede resultar ventajoso. Como guía, los inversores deberían evaluar sus inversiones con foco en:

Seguir las prioridades estratégicas del gobierno
Seguir las regulaciones, y
Seguir el dinero.
Este cambio de enfoque —de partir del sector privado a comenzar con las prioridades estratégicas de los gobiernos— puede modificar la manera en que las industrias y las empresas triunfen o fracasen, pero no impide invertir con éxito ni obtener buenos retornos sobre el capital invertido en una amplia gama de clases de activos.

¡Habrá ganadores y perdedores!

Las empresas con potencial de beneficiarse de prioridades estratégicas como las siguientes merecen atención:

Nuevo enfoque en defensa, incluyendo ciberseguridad, construcción naval y suministros de defensa.
Transición energética, incorporando energías renovables, transmisión y distribución.
Inteligencia artificial y tecnología que promuevan cambios fundamentales en productividad, como centros de datos y plataformas tecnológicas basadas en IA.
Asignación de capital hacia una población envejecida, abarcando vivienda social (viviendas para mayores), fideicomisos inmobiliarios (REITs), farmacéuticas y atención sanitaria.
Crecimiento poblacional junto con infraestructura esencial (aérea, marítima, ferroviaria).
Resiliencia de las cadenas de suministro, incluyendo transporte y logística.
El camino a seguir
Claramente, los inversores necesitan pensar y asignar de manera diferente a como lo han hecho en el pasado, y deberán trabajar sus carteras con más esfuerzo y cuidado para alcanzar sus objetivos. Perseguir metas de rentabilidad similares a las obtenidas previamente, pero de forma más segura, puede ser el mejor camino, en lugar de inclinarse hacia el riesgo, que tanto fue recompensado antes.

- El autorl, Jay Sivapalan, es director de Renta Fija Australiana para Janus Henderson

Diario EL PAIS -Montevideo - URUGUAY - 30 Octubre 2025