embajador de ChinaEntrevista al embajador de China en Uruguay: aranceles, guerra comercial, negocios con el país, Temu y más

El embajador Huang Yazhong mantuvo una entrevista con El País, abordando diversos temas de geopolítica internacional y sobre las relaciones entre Uruguay y China, además de anunciar planes.

El embajador de la República Popular China en Uruguay, Huang Yazhong, habló en entrevista con El País de la complementariedad económica entre ambos países, valoró cómo China ha sido el principal socio comercial (en materia de bienes) de Uruguay por más de 14 años consecutivos, mencionó los negocios que se están desarrollando en las áreas de tecnología y biotecnología, y las potencialidades conjuntas a futuro. El diplomático se refirió también al multilateralismo que defiende su gobierno y advirtió sobre las consecuencias de los nuevos aranceles impuestos desde Estados Unidos. En otro orden, consideró que el impacto que ha tenido la plataforma Temu —de origen chino— en Uruguay, podría ser aprovechado para que el comercio tradicional se actualice. Asimismo, dijo que preferiría que no se utilice el término “Impuesto Temu”, que le parece discriminatorio. Lo que sigue es un resumen de la entrevista.

—¿Cómo ve el conflicto comercial entre EE.UU. y China actualmente?

—Antes de las medidas tomadas por EE.UU. con los aranceles, el mundo ya tenía un sistema multilateral comercial muy bien diseñado dentro del marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), con el esfuerzo mancomunado de todos los países del mundo desde hace décadas. Por eso, en estas circunstancias, los cambios brutales del proteccionismo pueden causar un impacto muy fuerte en ese sistema tan delicadamente diseñado. El proteccionismo es como un elefante en una cristalería. China siempre insiste en que el comercio internacional debería ser un juego de ganar-ganar. Estas medidas de aranceles no benefician a nadie, ni al propio Estados Unidos. Los asuntos deberían resolverse por vía del respeto recíproco, del diálogo y con consultas amistosas, y no con medidas unilaterales. Al principio, se anunció que los aranceles subirían a 150% a China, pero ahora las medidas están suspendidas. Ojalá se llegara a un arreglo y que sea más permanente. En todo caso, tenemos mecanismos para proteger nuestros intereses en China y también al multilateralismo del comercio internacional.

—¿Se refiere a que presentaron una demanda contra EE.UU. ante la OMC por los nuevos aranceles, o a otras medidas?

—Sí, eso también, pero lo más importante es que ante medidas que nos suben los aranceles, podemos tomar contramedidas inmediatas por reciprocidad. Ojalá los nuevos aranceles sean cancelados. Si no, subiremos en igual medida.

—¿Qué tanto afectaría a la economía china aranceles del orden del 150%?

—Las medidas de aumentar los aranceles se tomaron también durante el primer mandato de Donald Trump hace unos ocho años, y la parte china tomó medidas recíprocas. El resultado fue que las exportaciones chinas a EE.UU. no bajaron, ni tampoco el superávit comercial a ese país. Y más del 90% de esos aranceles fue pagado por los propios consumidores de Estados Unidos. Por eso, éste es un juego en el que nadie gana. Actualmente, las exportaciones de China a Estados Unidos representan una décima parte de nuestras ventas totales. No es poco, pero tampoco es vital para nosotros. Nuestros mayores socios comerciales son los países del sudeste de Asia y les sigue la Unión Europea. Incluso, nuestro comercio con América Latina es de más de US$ 500.000 millones, esto es cercano al nivel de comercio entre China y Estados Unidos. O sea, la economía de China no depende tanto de sus exportaciones a Estados Unidos. Tampoco depende tanto de la exportación misma, porque ya el consumo doméstico es la mayor locomotora de nuestra economía. Sí hay impacto negativo con los aranceles, por supuesto; tenemos que reconocerlo, pero no es tan vital como Trump piensa.

—¿Qué reflexión le merece que hace algunas décadas Estados Unidos era el gran defensor del multilateralismo y ahora lo es China?

—No voy a comentar asuntos de políticas de otros países, porque cada uno tiene sus razones y sus factores, pero sí decir que China siempre insiste en el multilateralismo, porque en nuestra cultura creemos en resolver los conflictos con consultas amistosas, en vez de con acciones unilaterales. Creemos que los asuntos del mundo deberían resolverse con opiniones de todos los países, ya sea grandes, pequeños, poderosos, débiles, ricos o pobres, que tienen mismo derecho de participar en la gobernanza de la comunidad internacional. No hay que tomar estado de poder, como con las armas, para intervenir los asuntos internacionales. Tenemos un orden internacional, que es la del sistema de derechos en el marco de las Naciones Unidas. El mundo necesita reglas, pero la única regla que nosotros reconocemos es la de Naciones Unidas, que es por consenso.

—La estrategia para el crecimiento de China pasa en gran parte por la Franja y Ruta de la Seda, ¿cómo van con ese proyecto?

—Es una iniciativa que propuso el presidente Xi Jinping hace años, que consiste en construir una nueva Franja de la Seda y la Ruta de Seda Marítima del siglo XXI. Son dos ideas, pero no solamente es una propuesta para China, sino para todo el mundo. China aplica una política de apertura, y también reconocemos que la globalización económica es una tendencia histórica. China apoya los arreglos de libre comercio, pero esta idea es más que eso, es también la facilidad de la interconexión de la parte logística y las cooperaciones productivas. Sin aranceles, podemos hacer muchas cosas. Esta es una resolución de China para facilitar el futuro desarrollo mundial de la globalización.

—¿Cómo avanza el acuerdo Mercosur-China?

—Los países de Mercosur son los principales cooperantes nuestros en América Latina. China es el mayor socio comercial, no solamente de Uruguay, sino de Brasil y de muchos otros países de la región. En realidad, China ya tiene excelentes cooperaciones económicas con los miembros de Mercosur, y deseamos que esto funcione más claro. Por vía multilateral también deseamos que haya mejores facilidades para todos. El año pasado, Uruguay presidió el diálogo Mercosur-China, y tuve el honor de participar. Mi impresión es muy constructiva. Esos diálogos ayudan a profundizar nuestro conocimiento recíproco y mejorar nuestras cooperaciones económicas.

—El gobierno anterior de Uruguay trató de firmar un acuerdo Uruguay-China, por fuera del Mercosur, ¿existe alguna posibilidad de que eso se retome?

—China mantiene una política de apertura y voluntad de promover relaciones de libre comercio con cualquier país del mundo que tenga esa intención, y Uruguay no es una excepción. Incluso, hemos hecho estudios conjuntos que resultaron positivos, pero otros países miembros del Mercosur expresaron su preocupación. Ese es un asunto del Mercosur mismo. Esas preocupaciones deben ser consideradas y buscar la mejor forma de resolverlas. De nuestra parte, estamos abiertos, pero es un asunto a resolver por los miembros del Mercosur.

—¿Qué tan importante es Uruguay para China?

—Con Uruguay tenemos una enorme complementariedad económica. Somos socios naturales, porque China es una economía emergente y su población de clase media está duplicándose y eso trae oportunidades de exportación de productos tradicionales uruguayos al mercado chino. Y sostenibles. Por eso ambos países tienen que aprovechar al máximo las oportunidades. China ya lleva 14 años consecutivos como primer socio comercial de Uruguay y se pueden profundizar las cooperaciones aún más. En comparación con otros países de América Latina, puedo decir, muy francamente, que no estamos demasiado cerca. Por ejemplo, con Chile tenemos libre comercio, con Argentina tenemos arreglos de swap, con Brasil contamos una asociación de nivel muy alto. Con Uruguay, hay espacios para mejorar la relación aún más, no hay razón para detenerse.

—¿Dónde estarían las mayores potencialidades entre China y Uruguay en este momento?

—Con el nuevo gobierno uruguayo, hemos hecho bastante. Por ejemplo, el presidente Xi Jinping envió a nuestro ministro de Agricultura para participar en la toma de posesión del presidente Yamandú Orsi; el canciller Mario Lubetkin visitó China para participar en la IV reunión ministerial del Foro de Cooperación China-Celac; el ministro de ganadería Alfredo Fratti visitó China para participar en la Comisión Mixta Agrícola-Ganadera Bilateral. Nuestro vicepresidente de la Conferencia Consultiva Política nacional visitó Uruguay, por invitación de la vicepresidenta Carolina Cosse; nuestra viceministra de Ciencia Tecnológica también vino para inaugurar el laboratorio conjunto BioNanoFarma, así como otros centros de cooperación tecnológica. También lo hizo nuestro ministro de Industria Informática, quien se reunió con empresarios uruguayos. Yo también he visitado a muchos ministros de Uruguay y hay asuntos para desarrollar. Nuestra cooperación económica se ha concentrado en el comercio, que es muy importante, pero también tenemos otras áreas de asistencia económica china para proyectos sociales en Uruguay. Hace unos años ayudamos a Uruguay a construir la escuela República Popular China y el barrio Casavalle, y también invitamos el año pasado a casi 230 jóvenes uruguayos a prepararse en 10 disciplinas diferentes en China.

—¿Cuál es la inversión de China en Uruguay; qué empresas destacaría con presencia en este país?

—Como parte de la cooperación económica, hay varias empresas chinas que trabajan en Uruguay. CMEC está construyendo el cierre del anillo de transmisión norte, es una obra que va a concluir este año y mejorará el funcionamiento de la red eléctrica aprovechando las energías eólicas y solares. Hay una empresa de Shanghái que está participando en el dragado del puerto de Montevideo para llegar a 14 metros de profundidad. También hay inversiones nuevas en biotecnología. BGI tiene un laboratorio genético-médico que se inauguró hace un año. Está Excell Biotech, que tiene bastante tiempo en Uruguay, con una planta de producción de suero fetal bovino. Es una empresa muy exitosa y recientemente abrió su segunda línea de producción. También está MVDMart biotech. Esa área, la de biotecnología, tiene mucho futuro. Además, se encuentra Heli, que es fabricante de montacargas, que estableció un centro logístico para suplir con sus productos a los países del Mercosur.

—En la charla que usted impartió en la Universidad Católica este año, mencionó que China está interesada en las energías verdes de Uruguay, ¿se proyectan inversiones en esa área?

—Todavía no, pero ahora a nivel de gobierno estamos discutiendo las cooperaciones, para buscar nuevas oportunidades. En China el desarrollo verde es de interés. En las últimas décadas, el costo de construcción del sistema de producción de electricidad eólica mundial bajó 60% y el de la solar fotovoltaica 80%. China, en particular, está produciendo masivamente para bajar el costo de las energías verdes, que hoy es casi igual al de las energías tradicionales. Como Uruguay es líder en energías verdes en América Latina, podemos hacer colaboraciones no sólo para la producción de este tipo de energías, sino para su uso, por ejemplo, en los coches eléctricos. Más de una tercera parte de los coches nuevos vendidos en China es eléctrico. Estoy hablando de más de 10 millones de coches eléctricos nuevos en China para consumo interno y exportación.

—¿Hay nuevos planes con Uruguay en ese sentido?

—Sí, yo creo que pueden aumentar mucho las cooperaciones en ese tema.

—¿Cómo piensa que será el mundo en el futuro, considerando la pugna entre el proteccionismo y el multilateralismo?

—Es verdad que el mundo está experimentando una época de gran transición, un cambio que no se había visto en los últimos siglos. Hay muchos desafíos, incertidumbres, pero nosotros, los chinos, seguiremos creyendo que la tendencia principal de la historia seguirá siendo la paz y el desarrollo. Ese es también el deseo de todos los pueblos del mundo. La gente quiere paz y prosperidad económica para que vivir mejor.

—Pero hay dos grandes guerras en el mundo actualmente, ¿qué tanto se quiere la paz realmente?

—En realidad, después de la II Guerra Mundial estallaron más de 258 conflictos armamentistas. O sea, no vivimos en una época de paz, pero sí vivimos en algunos países pacíficos. China, Uruguay, tenemos el lujo de vivir en países pacíficos. El mundo nunca está tranquilo, pero la voluntad de paz y cooperación seguramente va a ganar. Somos muy optimistas, y sabemos que los desafíos requieren esfuerzos mancomunados. China será siempre un país defensor del orden internacional y del multilateralismo, y contribuyente de la paz.

 "Decir 'Impuesto Temu' no es justo ni serio”
—El caso de la empresa de e-commerce Temu, que es de origen chino, ha sacudido el mercado en Uruguay y otros países. ¿Qué opinión le merece?

—Temu es solamente una de las empresas que se dedican al comercio electrónico. En China el comercio electrónico es muy popular y ya está muy maduro. Hoy en día, el e-commerce representa el 30% del comercio doméstico de China. No solamente se venden por esa vía cosas baratas, sino lujosas. En mi casa, por ejemplo, todos los electrodomésticos, mi móvil, mi reloj, todo se compra por comercio electrónico. En las casas de todos es así. El e-commerce no solo trae enormes beneficios y facilidad a los consumidores, sino muchas oportunidades para los pequeños productores y vendedores. El e-commerce no viene a sustituir el comercio que ya existe, es un complemento, algo extra y, en nuestra experiencia, trae gran vitalidad a la industria nacional. Por eso necesita más apoyo para crecer mejor. Desde los gobiernos, el e-commerce necesita que se tomen medidas para estimularlo y regularizarlo; también a nivel empresarial hay que establecer sistemas logísticos para optimizar la eficiencia. Incluso, hay que ver los intereses de los consumidores, porque hay personas que se quejan de que el e-commerce trae productos de mala calidad, pero no necesariamente es así.

—¿Qué piensa del impacto que tuvo Temu en Uruguay, donde los comerciantes tradicionales se quejan de lo que consideran “competencia desleal”?

—En China pasó igual, pero hay que explicar que (el e-commerce) es un complemento, porque aparecen beneficios en él que no están en el comercio tradicional. En China, muchos grandes mercados tradicionales aprovecharon esta ocasión para desarrollar negocios online y son mucho más exitosos que antes. La gente necesita un poco de tiempo para conocer los beneficios. Aquí acaban de empezar y la gente todavía no se ha beneficiado suficientemente. He leído una encuesta reciente que dice que más de la mitad de los consumidores uruguayos lo apoyan, pero todavía no lo conocen totalmente. En China, el 100% apoya al e-commerce, no solo los consumidores, sino los vendedores. Y además baja el costo de vida del país.

—Lo que pasa es que el problema no es el e-commerce en general, sino que el costo de producción y de venta en Uruguay es mucho más alto que el de los productos que llegan vía Temu.

—Los comerciantes locales, ¿por qué no aprovechan más la oportunidad del e-commerce? Es una oportunidad justa para todos. Una vendedora de amatistas tradicionales, por ejemplo, podría abrir su tienda e-commerce y vender sus productos en China, u ofrecer sus piezas a través de las plataformas chinas. El e-commerce es una tendencia.

—El gobierno uruguayo propone en el proyecto de ley de Presupuesto, el IVA (a tasa de 22%) a las compras por Internet en el exterior que no provengan de Estados Unidos, lo que se conoce "Impuesto Temu". ¿Qué opinión le merece esa decisión?

—El ajuste en el régimen de IVA es un asunto doméstico de Uruguay. Por supuesto nosotros prestamos atención a este asunto, en ver cómo se diseña y qué impacto tendrá en los comercios. Deseamos que este arreglo (el del IVA) sea razonable, sin discriminación contra los productos chinos, ni contra el e-commerce. Tampoco sé por qué se le llama “Impuesto Temu”. Yo sé que no es un nombre oficial, tampoco creo que esa es la intención del gobierno (de discriminar), pero denominar un impuesto con el nombre de una compañía concreta, no es justo ni serio para un proyecto de ley. Lo que está sucediendo es una tendencia histórica y aprovecharlo podría traer, repito, muchos beneficios a los consumidores y a los pequeños productores. En China ya tenemos cuatro o cinco compañías similares a Temu.

—El problema que se ha generado con Temu en Uruguay, ¿ustedes ven que ha tenido impacto similar en otros países?

—Sí, en otros países también, pero cada uno interpreta diferente este asunto. Hay países que dan la bienvenida a estas plataformas porque benefician a los consumidores y estimulan la buena competencia, lo que mejora la eficiencia productiva de la propia industria. Pero hay países más conservadores, por supuesto, que tienen ideas más proteccionistas. Las reacciones son diferentes. En China, creemos que esto es una tendencia.

Diario EL PAIS -Montevideo - URUGUAY - 29 Setiembre 2025