GUERRA CONTRA LA SEQUÍA
Vendió todas las ovejas y mueve 7.000 litros de agua por día para mantener los vacunos
Fernando dirige un emprendimiento familia, con venta de quesos y remisión de animales a frigoríficos en un momento en el que siente tiene la soga en el cuello, debido a la intensa sequía.Fernando Acosta, un pequeño ganadero del paraje Cerros Negros, en Colonia, es un muy buen ejemplo de cuánto daño le produce al productor la sequía que se sigue extendiendo en el país, que es de tal magnitud que muchos la señalan como la peor en décadas y que ha motivado al gobierno a extender por 90 días la declaración de emergencia agropecuaria en todo el territorio.
En este emprendimiento trabaja Fernando con su señora Nancy, el hijo más chico (Camilo, es quien aparece en las fotos) –otro hijo trabaja en quesería, pero en otro lugar–, un matrimonio más (Lorena y Federico) “que hace 15 años que está con nosotros” y otras dos personas, José y Dora. “Somos un típico caso de productores familiares y la verdad que la mano viene brava, estamos acarreando 7.000 litros de agua por día de un pozo que por suerte tenemos y es bueno, para darle a los ganados que están en zonas donde no queda agua”, detalló.
Añadió que “en la seca de 2008 la pasamos mal, de eso me acuerdo, nos quedamos sin agua en algunos potreros y tuvimos que acarrear desde los pozos que tenemos en las casas, pero esta vez es peor, tenemos de nuevo la piola en el cuello, pero casi ahorcándonos”.
“Ahora empezamos antes a mover agua, más cantidad y se nos están acabando las reservas de comida que hicimos en la primavera que tuvimos, que fue muy corta, casi no quedan fardos de alfalfa y para adelante tenemos riesgo de que los maíces y sorgos produzcan ni el 30% de lo que deberían darnos”, explicó.
Por lo tanto, lamentó, “ya sabemos que no vamos a poder cubrir los costos”.
La sequía nació en la primavera y si bien algo cada tanto ha llovido, los registros han sido totalmente insuficientes. Eso ambientó una decisión drástica en la familia Acosta: “Sacamos novillos que no estaban prontos, vendimos también algún lote de vaquillonas por adelantado y esta semana optamos por liquidar la producción ovina, vendemos todo y vamos a ver más adelante qué hacemos, si arrancamos de cero con eso de nuevo”.
Ese achique, dijo, se evitó hasta donde se pudo, porque nunca es bueno vender a los animales con menos kilos de lo adecuado, como tampoco sirve quedarse sin ovejas, “porque son como una caja de ahorro que uno tiene, te suma unos pesos fundamentales en momentos especiales del año, eso todo productor lo sabe bien”.
Es un momento de esos en los que todo viento sopla en contra, admitió, porque hay que gastar más para mover el agua y conseguir comida para los rodeos, pero a la vez lo que se vende genera menos dinero y se pierde en definitiva capital.
“Tenemos en contra la seca y, además, el precio que nos paga la industria, que no ayuda. En junio o julio del año pasado el novillo valía US$ 5 por kilo, más o menos, ahora podría valer US$ 4, pero no se llega a eso. Además se vende todo obligado, sin la preparación… estamos perdiendo un 30% más o menos por todo eso, en cuentas rápidas”, expresó.
¿Ir al banco?, por ahora no
Fernando dijo que se ha enterado de la preocupación del gobierno nacional y de las intendencias, que están dando la mano que pueden dar y eso lo valora. En su caso por el momento no ha tenido que recurrir a ayuda externa. Por un lado entiende que hay gente más comprometida y prefiere que se ocupen de esa gente. Por otro lado, mencionó que tiene disponible, dada su buena conducta crediticia, una línea en el Banco de la República que ha utilizado para la compra de herramientas, por ejemplo, pero de momento prefiere no recurrir a eso, “porque ahora, cuando tu capital baja día a día y hay problemas que uno ve para adelante, tomar un crédito aunque sea accesible y comprometerse a cubrir después eso es algo que se sabe será muy cuesta arriba, es algo que hay que tenerlo a mano, pero pensarlo muy bien, porque a uno le gusta cumplir”.
“Tratamos de arreglarnos por las nuestras, tenemos las ganas de trabajar, de salir adelante y tenemos los medios para mover el agua, así que no queda otra que seguir trabajando”, afirmó.
Con optimismo, mirando a mediano y largo plazo, una meta es canalizar una inversión para seguir mejorando la obtención propia de agua: “Está hablado con gente que se dedica a hacer pozos, mi hijo hace un año o dos que me viene diciendo que tenemos que prepararnos más en eso y hay que hacerle caso, tener bebederos también, porque no se encuentran ya vertientes tan fácilmente y tenemos claro los productores que para adelante la guerra nuestra va a ser con el agua”.
“Esto es un tropezón grande, por acá preferimos tomarlo como una enseñanza”, concluyó.
El emprendimiento
Fernando está al frente de un emprendimiento productivo de escala familiar, en Colonia, muy próximo a San José. Los rubros en los que se producen son quesería, ganadería con vacunos y ovinos y agricultura, pero los cultivos de chacra son todos para consumo interno, no para venta de granos.
El área productiva considera 137 hectáreas propias y otras 320 arrendadas.
Hay un tambo en el que se obtiene leche con destino a producción propia de quesos, con la marca L 122. Un bajo porcentaje de la leche que el rodeo genera, no más del 15%, se remite a una industria quesera de la zona, El Piamontés.
La genética es de las razas Holando y Normando.
Los quesos se venden a feriantes de Canelones y Montevideo, a distribuidores y están cada año en la Expo Melilla de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), en el stand de la gremial de criadores de la raza Normando.
En ganadería se hace ciclo completo desde hace muchos años, utilizando los terneros del rodeo lechero y los que genera un rodeo de cría para obtener animales que una vez engordados se destinan a la industria frigorífica.
En el caso de los ovinos, los corderos también van a frigorífico.
La producción agrícola, como se dijo, es para obtener comida para los animales, reservas y raciones. Los cultivos de verano se ensilan y los de invierno se transforman en fardos y raciones.