wollhendiegoPRODUCCIÓN Y EXPORTACIÓN DE CELULOSA

La apuesta de Montes del Plata entre la sequía, la alta demanda y la competencia de UPM

Demanda de celulosa crece en el mundo, así como esa industria en el país.El camino hacia Colonia se presenta tan bello como seco. Desde el auto, casi al llegar, la puesta de un sol increíblemente redondo, grande y rojo, luce inocente.Visto así nadie imaginaría los estragos de un intenso calor en un campo ya árido. Los productores ven los pastizales cada día más amarillos y a las vacas más flacas. Montes del Plata, como todo el sector forestal, trata de cuantificar las pérdidas. Aun así, el rubro promete, apuesta al largo plazo.

Por Fabiana Culshaw

Al llegar, la planta de celulosa en Punta Pereira (Colonia) está en plena actividad. A solo 2 kilómetros (km), en el puerto de la empresa, un gran buque se encuentra a punto de partir con un cargamento de 20.000 toneladas de celulosa para Alemania y Holanda. Todo está planificado, automatizado y varios de sus principales gerentes llegaron desde diversas ciudades y recibieron a El País.

Las proyecciones de Uruguay XXI reflejan que la celulosa podría convertirse en el principal producto de exportación nacional, por encima de la carne y de la soja. En ese marco, El País decidió visitar a las grandes empresas de la industria: en enero recorrió UPM, que tiene prevista la inauguración de su segunda planta en Durazno, y ahora Montes del Plata que está realizando actualizaciones tecnológicas constantes para ir a más.

Diego Wollheim, gerente general y CEO de Montes del Plata, dijo: “Siento orgullo de pertenecer a un sector que es parte de la solución. Si estuviera en el sector petrolero en este momento, me pondría un poco incómodo de pensar algo a 50 años. Acá es todo lo contrario. El mundo va para este lado”.

Paradójicamente, se viven tiempos difíciles en una industria en auge, dado que la sequía prolongada desbarajusta los números del negocio a la baja (la empresa perdió 700 hectáreas de plantación por incendios en 2022), mientras la demanda mundial de celulosa está -y se proyecta que continuará- en aumento.

Para dar cuenta de las perspectivas alentadoras, Wollheim mencionó los proyectos forestales que se financian cada vez más a través de las AFAP (en especial República AFAP) y el hecho de que el gobierno emita los llamados “bonos verdes” basados en el incremento de bosques nativos y en la disminución de la huella de carbono.

Esta empresa, fundada en Uruguay por Arauco (de Chile) y Stora Enso (Suecia-Finlandia) en 2009, alcanzó su récord histórico de ventas en el país en 2022 al alcanzar US$ 1.100 millones, esto es 30% más que en 2021, explicado por el alza de los precios internacionales de la celulosa.

Exportan el producto principalmente a Asia (China volvió a ser un comprador de peso este año luego de la recesión por la pandemia) y a países de Europa. “Hoy en día hay una disminución de los precios de la celulosa porque surgieron nuevas plantas en el mundo, pero igual están en buenos niveles, mejores que en la prepandemia. Y el consumo se incrementa al ritmo del Producto Interno Bruto (PIB) mundial”, aclaró Wollheim.

Aun con pérdidas de cuantiosas plantaciones por quema y, antes de ello, con problemas de logística a nivel internacional por la pandemia que afectó la llegada de materias primas, se han apañado en seguir produciendo 1,4 millones de toneladas de celulosa anuales.

“Recurrimos a materiales de stock de planta y a planes de contingencia durante la pandemia”, explicó Juan Manuel Laxague, gerente de Logística. “En China, el precio del contenedor se multiplicó por cinco o seis en esa época. Tuvimos que desarrollar más proveedores regionales”, agregó Edgardo Piñeiro, jefe de Comercio Exterior.

La empresa también produce energía renovable para unos 200.000 hogares, que son excedentes de su proceso de producción que vuelca a UTE.

Lo cierto es que Montes del Plata cuenta con el complejo industrial en Colonia (que incluye la planta y la terminal portuaria en Punta Pereira), un vivero y terminal logística en Río Negro, 170.000 hectáreas de plantaciones forestales en 13 departamentos (propias o arrendadas a 350 productores), 90.000 hectáreas de áreas naturales sin plantar (bosques nativos) y el bioparque M’Bopicuá en Río Negro, con gran diversidad de especies.

Suma 650 colaboradores directos, 2.000 trabajadores de empresas contratistas forestales y de logística, y otros 1.000 de empresas contratistas en el complejo industrial, además de los trabajadores que mueven por revivir zonas geográficas o de la cadena productiva.

Alianza y competencia
La madera proviene de diversos departamentos, pero no siempre es fácil hallar el terreno apto para plantar eucalipto, el cual debe tener características específicas (arenoso, fértil, una determinada profundidad).

Además, no siempre los productores están dispuestos a arrendar sus tierras, por ser conservadores, estar acostumbrados a otros cultivos o al ganado, o desconocer el rédito que les significaría hacerlo.

Esto requiere un gran trabajo de acercamiento a los productores por parte de la empresa y ganarse la confianza para establecer alianzas. UPM realiza ese mismo trabajo de sensibilización.

“No hablaría de competencia ( en relación a la segunda planta de UPM ). Lo que vemos es que habrá en el país un mayor desarrollo de masa crítica, de personas preparadas para este sector. La visibilidad de la industria también va a aumentar”, afirmó Wollheim. Y agregó: “Si después de ocho años (2014, cuando construyeron el puerto) no somos capaces de acomodar el cuerpo a lo que viene, estaríamos haciendo algo mal”, indicó.

Sobre la competitividad, puso foco en Brasil, que es el mayor productor de celulosa del mundo, con un clima que hace que las plantaciones de eucaliptos crezcan en seis o siete años, mientras que en Uruguay ocurre en 10, y donde cuentan con una eficiencia superior en transporte. “El desafío de la competitividad está en el transporte”, apuntó Wollheim, no sin observar que estar en zona franca tiene sus beneficios, así como la ley de inversiones de Uruguay, pero que existen otros factores a mejorar en materia de competitividad.

Consultado sobre el impuesto mínimo global que probablemente comience a aplicarse el próximo año y que va a contrapelo de los beneficios de la zona franca, Wollheim consideró que tendrá un impacto importante a nivel de las casas matrices, pero que aplicarán deducibles. También aclaró que en Uruguay la empresa realiza inversiones pensando más allá de los impuestos.

SABER MÁS
Fomento a la capacitación y apoyo al emprededurismo
La empresa fomenta el empleo local y la empleabilidad educativa a través de programas como “Yo sigo”, “Inglés para todos” y otros diversos temas, en alianza con otras instituciones del país y el exterior, en el marco de la “Academia Montes del Plata ”, que lanzarán formalmente en los próximos meses.

“La formación que le damos a nuestro personal está dirigida a la comunidad. Ya lo estamos haciendo y queremos potenciarlo”, afirmó a El País Carolina Moreira, gerente de Comunicaciones y Sustentabilidad, quien participó en la constitución misma de la empresa desde sus inicios.

Dentro de los montes forestales, promueven otras actividades comerciales, como la recolección de hongos y la producción de miel, a cargo de los habitantes de la zona. “Trabajamos en agregar valor al emprededurismo, hay 40 productores apícolas que trabajan con 6.500 colmenas en estos predios y generan así otros ingresos”, explicó al referirse a las ventajas de los usos compartidos de los bosques (árboles, miel, hongos, animales).

En 2022 , Montes del Plata apoyó 135 iniciativas locales de todo tipo. “También está el apoyo al turismo en Colonia y temas técnicos específicos de silvopastoreo, forestación y ganadería en predios forestales”, acotó Cecilia Moreira, su mano derecha en iniciativas de capacitación y comunicación.

Por su parte, Pablo Silveyra, jefe de Sustentabilidad, destacó el sello “carne carbón neutral”, en el entendido de que el ganado que se alimenta en predios forestales con bajo uso de agroquímicos alcanza otros niveles de calidad.

Futuro
Los productos amigables con el medioambiente y con las comunidades, los biomateriales y la economía circular marcarán el futuro de las empresas.

“Si estas no cumplen ciertos parámetros de gobernabilidad o de medidas ambientales, no podrán entrar en nuevos mercados. Europa está empezando a estar muy fuerte en esos requerimientos. La taxonomía no va solo a la empresa en sí, sino a la cadena de valor”, advirtió Wollheim al explicar las certificaciones de calidad que ha recibido Montes del Plata.

Este sector ha recibido críticas de ambientalistas en contra de la intervención de la naturaleza, lo que ha significado esfuerzos por parte de las empresas para superar este tipo de barreras. “Desde la ley forestal, los bosques nativos han ido creciendo y aparecieron un millón de hectáreas de bosques comerciales que antes no existían en el país. Esto, bien trabajado es un motor para el país”, defendió Wollheim.

TIERRAS EN SORIANO

Ingenieros agrónomos explican la plantación
El calor era agobiante, pero a los ingenieros agrónomos no les importaba al explicar a El País cómo funciona el sistema de plantación de Montes del Plata.

La visita a la planta industrial incluyó un recorrido por el Cerro Azul Ciganda II en Soriano, un predio alquilado a un tercero por parte de la empresa, para plantar árboles.

Horacio Giordano, ingeniero y coordinador de Medio Ambiente Forestal de la empresa, explicó que el 34% del patrimonio de Montes del Plata son áreas naturales, es decir no se pueden forestar. En cuanto a las modalidades de negocios, están los arrendamientos de tierras totales o parciales (para forestar), la parcería (la empresa va “a medias” con el productor), o el propio productor planta los árboles con la asistencia técnica de la empresa y luego esta pasa a ser su primera opción de compra.

“Medimos mucho la calidad del suelo y la proximidad del predio con la planta industrial de Montes del Plata, porque el precio del flete incide en el acuerdo”, dijo Giordano.

Lucas Fernández, supervisor de Silvicultura de la empresa en Soriano Sur, Colonia, San José y parte de Flores, comentó que generalmente la empresa busca conjuntamente con el productor el mejor esquema de su predio según el tipo de suelo y otras producciones que tenga, como otros cultivos o cría de animales.

Consultados sobre si las zonas de forestación de alguna manera interfieren con los cultivos, explicaron que “las zonas de forestación no sirven para cultivos agrícolas”, pero que sí ayudan a que, luego de un año de crecimiento de los árboles plantados, el ganado pueda entrar en esos predios y beneficiarse de esa sombra, lo que es especialmente importante en tiempos de sequía.

Los árboles son cortados a los 10 años de su plantación, cuando alcanzan su madurez, para ser destinados al proceso que lleva a la obtención de la celulosa, y se vuelve a forestar bajo criterios de sostenibilidad.

Los ingenieros que determinan qué zonas pueden o no ser forestadas, mantienen relación con otros técnicos de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (UdelaR) y otras instituciones para desarrollar “forestación sostenible”, según afirmaron.

Diario EL PAIS -Montevideo - URUGUAY - 08 Marzo 2023