camion cargadoVida de ruta, la evolución del transporte de carga

A través de la historia de Enrique Silvera, transportista desde hace casi tres décadas, se puede apreciar cómo ha evolucionado el rubro y cómo el desarrollo del sector forestal ha influenciado positivamente en el mismo.Enrique Silvera tiene 46 años y su destino venía arriba de un camión. Al igual que sus hermanos, él creció viendo muy de cerca el mundo del transporte de carga y cómo fue evolucionando, ya que los cambios han sido muy relevantes y constantes.

Por Valentina Rico

Él es la tercera generación en una familia de transportistas, y la segunda en Enrique Silvera Transportes. En sus 35 años de trabajo, su ruta fue tomando el rumbo de camionero a empresario. Actualmente, Silvera se desempeña como director de la empresa familiar que nació en 1973 en Nuevo Berlín, Río Negro.

Silvera se inició en el rubro manejando camiones ni bien terminó el liceo. La vasta experiencia de haber recorrido miles de kilómetros por todo el país lo ayudó a tener pleno conocimiento de los desafíos de la ruta y a entender de primera mano las ventajas y desventajas de la vida sobre un camión.

Él recuerda con cariño esa época, especialmente por la sensación de “libertad y tranquilidad que genera hacer ruta en el camión”. Aunque también era un gran sacrificio, porque esa libertad significaba aislamiento. “Te subías al camión y no sabías cuándo volvías, como mínimo 10 y hasta 45 días de corrido en la ruta si era zafra de cosecha de arroz”, dice el transportista. Y agrega: “Quedábamos prácticamente aislados porque no había celulares, y a veces te enterabas de las cosas que habían pasado cuando llegabas a algún destino”. Las “cosas” de las que no se enteraba eran desde acontecimientos mundiales hasta asuntos familiares.

Cuando formó su propia familia, las largas estadías en la ruta le impidieron vivir el crecimiento de sus tres hijos como él hubiera querido. “Disfruté poco de mis hijos cuando eran chicos”, se lamenta.

CONECTADOS

Esa realidad que vivió Silvera quedó atrás. Hoy, los transportistas mantienen una comunicación constante con sus familias y con las empresas para las que trabajan. Además, los viajes tampoco son lo que eran, ya que se realizan trayectos de menos kilometraje, y eso les permite volver a casa al final de cada jornada. “En ese sentido se gana mucho tiempo en poder estar con la familia”, reflexiona Silvera.

El avance de la tecnología ha contribuido enormemente al transporte forestal. Pero no solamente en la comunicación, también hizo que se avanzara en las condiciones de seguridad para el transportista, en eficiencia del servicio y en cuidado medioambiental.

“Los camiones con tecnología de última generación permiten tener un seguimiento de las cargas en tiempo real por GPS”, señala Silvera. Y también permiten saber lo que ocurre dentro y fuera del camión mientras el transportista está en la ruta, obtener datos relevantes como un desperfecto del vehículo o condiciones climáticas inesperadas. Toda esta información garantiza la seguridad del transporte forestal y sus camioneros. “La cabina es un lugar mucho más confortable que antes y garantiza mayor seguridad al conductor y su entorno”, apunta Silvera.

CRECIMIENTO EXPONENCIAL

Para la empresa, todo empezó con un único camión. Si bien fue creciendo paulatinamente, Silvera asegura que para el negocio “el verdadero punto de quiebre fue la llegada de la industria forestal al país con las pasteras en 2001”. La demanda de servicios de transporte de carga se incrementaba en la zona de Río Negro, y la empresa tuvo que ir preparándose en estructura y servicios.

Para crecer, hubo que invertir: “La empresa fue comprando camiones cada vez más especializados en carga forestal, pero más que un gasto es una inversión. Nos permite cumplir con las exigencias de las empresas forestales” afirma.

Al día de hoy, la empresa dispone de una flota de 18 camiones, exclusivamente dedicados al transporte forestal, aunque cuatro de ellos también están aptos para transportar ripio, material de construcción. Además, cuentan con remolque forestal para todos los camiones, cuatro remolques volcadoras y dos portacontenedores.

Para la empresa familiar de Enrique Silvera, la llegada de la industria forestal fue “un punto de quiebre”.

Silvera reconoce que el desarrollo de la actividad forestal fue cada vez más acelerado y exigente, lo que obligó a la empresa a adaptarse rápidamente.

Paulatinamente, y por “crecimiento y necesidad de la empresa”, Silvera fue transformándose de transportista en empresario. “Para el año 2011 ya hacía solo oficina” cuenta con cierta nostalgia por la vida en el camión.

DEBE Y HABER

En cuanto a la infraestructura vial, Silvera destaca que las rutas nacionales “han estado en constante mantenimiento en los últimos 10 años”. En el caso de los caminos departamentales y vecinales, en la gran mayoría de los casos las empresas forestales apoyan a los gobiernos departamentales y municipales para mantener los trayectos en condiciones.

Una carencia que existe y Silvera padeció es la falta de infraestructura para el descanso de camiones. “Al día de hoy no se le ha dado prioridad al tema. Son muy pocos los lugares habilitados para detener el camión durante su trayecto, lo que obliga a buscar alternativas que no son las ideales para el conductor ni para el entorno”. En otros países, existen paradores específicamente diseñados y habilitados para detener el camión y asegurar el descanso de los conductores.

Más allá del estado de la infraestructura, Silvera afirma que la convivencia de los diferentes tipos de vehículos en la ruta siempre fue problemática. Los camiones de carga son visualmente molestos para los vehículos particulares, y son blanco fácil de críticas; sobre todo en las épocas de mayor convivencia, durante las vacaciones.

“No hay tolerancia ni conocimiento de los vehículos de carga y se generaliza fácilmente al hablar de ‘camiones’, cuando todos tienen características distintas”, puntualiza Silvera. Y agrega que “en la población en general hay falta de información sobre el transporte de carga, sus características y reglamentación. Esto genera poca empatía por el sector y su labor”.

DOBLE CHEQUEO

En el transporte forestal, específicamente, los estánda – res y las exigencias son de nivel internacional. “Esto viene de la mano de los acuerdos entre las empresas transportistas y las forestales, donde se establecen las condiciones que aseguren seguridad y rentabilidad” explica Silvera. Por ejemplo, Silvera trabaja exclusivamente con UPM, que exige la implementación de las buenas prácticas del transportista; que ya están acordadas y son controladas a través de auditorías internas.

La capacitación de los choferes es indispensable y es realizada por ambas partes. En el caso de la empresa de Silvera, realizan cuatro capacitaciones al año, que coinciden con el cambio de estación. Esto se debe a que las condiciones climáticas, características de cada estación, afectan directamente el trabajo del transportista. Entre los factores que más condicionan la tarea están por ejemplo “las temperaturas extremas, la superpoblación de vehículos en las rutas en época de vacaciones, las condiciones de las rutas”.

“La cabina es un lugar mucho más confortable que antes y garantiza mayor seguridad al conductor y su entorno”. Enrique Silvera, transportista forestal

Las actualizaciones con respecto a la tecnología implementada en los camiones también requieren de capacitaciones específicas.

DE AQUÍ A TREINTA AÑOS

Uno de los rasgos característicos del sector forestal es la permanente mirada a mediano y largo plazo. Ya desde el ciclo productivo, turnos de por lo menos siete años, la planificación es parte constitutiva de los forestales. Eso hace que los proveedores de servicios, quienes trabajen con el sector, puedan hacer lo mismo con su rubro. Sobre esta realidad, Silvera dice: “Se firman contratos con plazo extendido, lo que te da la seguridad de tener trabajo y de poder invertir en nuevas tecnologías. Y lo fundamental: te brinda la seguridad de mantener la fuente laboral de los empleados”. Y vaya si esto último será importante en esta empresa que emplea a 34 personas.

La otra ventaja es la de poder también pensar a largo plazo con cada nuevo convenio. En el caso de esta empresa y su relación con UPM, Silvera comenta que “en el nuevo contrato tenemos proyectado un crecimiento, con el ingreso de un camión más a la flota”. Por otro lado, se va a cambiar el “50% de la flota, de camiones remolques por otro que van a llevar tritrenes”. Este cambio va a implicar el desafío de entrenar choferes, capacitación que se va a llevar a cabo en los próximos seis meses.

A los 46 años, Silvera sigue dedicando su vida al transporte forestal junto a sus hermanos, y con uno de sus hijos integrado a la empresa, por lo que la siguiente generación de Enrique Silvera Transportes ya está encaminada a continuar el legado familiar.

REVISTA FORESTAL Montevideo - URUGUAY - 10 Agosto 2022