Ignacio ZuasnabarANÁLISIS DEL CED
Ignacio Zuasnabar: la luna de miel del gobierno es "más profunda y prolongada"
“La pandemia le termina dando al gobierno una luna de miel más profunda de la esperada y un poquito más prolongada”, dijo el sociólogo.Van casi seis meses de un nuevo gobierno con un escenario inédito. A principios de año “era absolutamente imposible de predecir” lo que después se vivió y ha habido “cambios fuertes en términos de opinión pública”: se han consolidado procesos, acelerado otros y generado escenarios novedosos.

Así inicio ayer su exposición Ignacio Zuasnabar, director de Opinión Pública de Equipos Consultores, en un desayuno de análisis de coyuntura política y económica organizado por el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) que compartió con el economista Agustín Iturralde.

La pandemia lo cambió todo. A principios de marzo el presidente Luis Lacalle Pou tenía un nivel de aprobación de 54%, según los registros de Equipos Consultores, y ese hubiera sido “un nivel de luna de miel razonable para un presidente electo con un 29% de votos propios en primera vuelta y 49% multicolores en la segunda”. Sin embargo, unas semanas más tarde, a fines de marzo Lacalle ya tenía una medición de más de 10 puntos por encima de lo esperable: cerca de 65%, recordó el analista.

“La pandemia le termina dando al gobierno la posibilidad de tener una luna de miel más profunda de la esperada y un poquito más prolongada”, indicó Zuasnabar. La gestión de la pandemia es lo que explica la alta aprobación de Lacalle Pou, según su análisis.

Hasta julio “no se vio ninguna señal de deterioro significativo” y recién en ese mes hubo una caída de cuatro puntos de 63 a 59%, al borde del margen de error. Pero “es lo esperado”, explicó, ya que todos los gobiernos caen: “El año dos y tres son mucho peores que el uno y el segundo semestre del primer año es mucho peor que el primer semestre”. En ese sentido, el director de Equipos adelantó: “La pregunta no es si los juicios sobre el gobierno van a caer o no. La pregunta es cuándo”.

Zuasnabar dijo que “lo esperable es una caída, pero no necesariamente es lineal ni gradual”, sino que depende de la coyuntura. “La experiencia pasada nos muestra que hay hechos políticos que terminan acelerando caídas, pero a veces los presidentes encuentran formas de compensar caídas y de impulsarse hacia arriba. Fue lo que pasó claramente con la pandemia”.


Según el sociólogo, quien mejor usó este recurso en los últimos años fue el expresidente José Mujica: “En contextos de entrevero o empantanamiento político era capaz de generar ideas que sintonizaban con un segmento de la población”. A su juicio, este gobierno tiene más similitudes desde ese punto de vista con el de Mujica que con el de Tabaré Vázquez, “quien tenía un estilo de comunicación mucho más parsimonioso”. El equipo de Lacalle Pou “transmite la sensación de estar arriba de la jugada”.

Apoyo popular.
Cuando un presidente tiene niveles de apoyo tan altos en la opinión pública como Lacalle, posee “mucha más legitimidad para implementar sus políticas, negociar y llevar adelante su agenda porque a la gente le cuesta confrontar con un presidente fuerte”. Cuando los gobiernos pierden popularidad, aumenta “la tentación para que sus socios de coalición pasen a escenarios más confrontativos”, afirmó. Lo mismo con la oposición.

¿Y qué pasa si se compara a Lacalle Pou con el segundo gobierno de Vázquez? El expresidente “tuvo una luna de miel muy cortita y poco intensa, algo habitual en las segundas presidencias, porque parte de la luna de miel es el efecto sorpresa de ver alguien nuevo en un cargo”, respondió Zuasnabar.

De hecho, en setiembre de 2015 Vázquez ya había pasado a zonas negativas y eso se incrementó hasta la recta final de la campaña, “cuando su enfermedad, la muerte de la mujer y la forma en que manejó la transición le dio un nivel de aprobación fuerte”. Vázquez terminó casi con el mismo nivel con el que arrancó la gestión: 49%. Es esa famosa U que hacen muchos presidentes: empiezan alto, caen en el medio y, a veces, son reconocidos al final.

Iturralde: empleo demorará en reactivarse
“Estamos ante una V. Una vez que llegamos al fondo, tenemos una recuperación bastante ágil”, dijo el economista Agustín Iturralde, director ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED). Pero Iturralde advirtió que el punto de llegada no será igual al punto de partida. “Las empresas serán otras, habrá bastante menos empleo y presupuesto a la baja en el sector público. Las empresas aprovecharon para acelerar sus procesos de transformación”, advirtió Iturralde.

Y adelantó que, según sus proyecciones, la recuperación del empleo a los niveles de 2019 demorará hasta fines de 2021 o comienzos de 2022. Los niveles récord de 2014 “demorarán aún más”. Será “la astilla del gobierno, el tema recurrente por su importancia económica”.

¿Qué se puede esperar en la economía? “Con la información que tenemos, se espera un 2021 con un rebote importante que haría recuperar lo perdido y aumentar un poco más, y un 2022 donde hay razones para pensar que Uruguay tiene motivos para tener un piso de crecimiento del 2%. Pronosticar más allá de eso es muy aventurado hoy. Lo que pueda pasar en 2023 y 2024 dependerá de la coyuntura global pero también de las cosas que haga Uruguay”. En el mediano plazo, lo que queda de 2020, 2021 y 2022, “hay algunas razones para ser moderadamente optimista de lo que podemos esperar”, afirmó. Entre otras razones, se concreta la obra de UPM, “que significa un impacto enorme”.

Diario EL PAIS -Montevideo - URUGUAY - 20 Agosto 2020