CARU1La CARU no cambió: oscurantismo, mentiras y omisiones

Un Informe del organismo binacional revela que el anunciado monitoreo de la desembocadura del río Negro en el Uruguay no existe. Desde 2017 no se publican los presupuestos anuales y también son secretos los sueldos en dólares y exentos de impuestos de sus funcionarios

A lo largo de las 159 páginas del documento oficial denominado “Memoria de Gestión 2017-2019” que ha publicado la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), hay cuatro grandes capítulos:

Desarrollo, el aspecto Ambiental, el de la Integración y la Gestión propiamente dicha (1). Plagado de gráficos y fotos a todo color donde aparecen retratados altos funcionarios argentinos y uruguayos ya sea embarcados o en tierra, todos sonrientes y convenientemente bronceados, el informe retrata lo que se ha parecido, en estos últimos años, más una especie de club de amigos que se juntaron para “construir las oportunidades, las amistades y las soluciones que nos han permitido gestionar el recurso hídrico y su mantenimiento en condiciones tales que pueda servir a las generaciones actuales y futuras”, según la introducción que firman los presidentes de las delegaciones uruguaya y argentina salientes, presididas por el militar Gastón Silberman y Mauro Vazón respectivamente.

Una retórica vacía, plagada de buenas intenciones pero omitiendo varias cuestiones sensibles, como por ejemplo, explicar porque motivo, desde 2017, dejó de hacerse público el Presupuesto de la CARU y sin dar ninguna clase de información acerca de cómo se utilizaron los fondos dinerarios en dólares que cada Estado parte aporta.

El último de los Presupuestos publicados por la CARU data de diciembre de 2015, aprobado poco antes de la designación de las autoridades argentinas del organismo, encabezadas por Vazón. Jamás nadie ha explicado hasta ahora, como se invirtieron los más de 71 millones de dólares que se previeron para el Ejercicio 2016, que incluyeron unos 45, 5 millones de dólares para planes de monitoreos y obras de dragado del río Uruguay, entre otras cuestiones. Transparencia cero. (2)

Precisamente, en el capítulo dedicado al “Desarrollo”, se afirma que se han llevado a cabo entre 2017 y 2019, entre otras, “acciones de relevancia como el Dragado y el Balizamiento del Río Uruguay, entre el km 0 y el km 206,8 (…) Se inició, además, el dragado de mantenimiento contratado por 36 meses (…) obras y emprendimientos que pudieran afectar la navegación, régimen del río o la calidad de sus aguas (…)”. Ni una palabra de los montos invertidos, a pesar que se tratan de fondos públicos.

En todo momento la CARU hace alarde en su “Memoria” de supuestas “acciones que aportan transparencia en procesos claves, en particular, las políticas de compras expresadas en el Reglamento de Compras y Adquisiciones, los mecanismos de ingreso de personal por concurso y la incorporación de un área de Auditoría Interna”. Al parecer en materia de salarios no hay mucha transparencia de la cual jactarse. Recientemente el presidente uruguayo Tabaré Vázquez dijo que “no es conveniente” que los sueldos de la CARU sean públicos. Y así se hace, a pesar que se sabe que los vocales del organismo binacional cobran un salario en dólares, también viáticos en moneda estadounidense y están exentos de pagar impuestos por dichos montos que perciben. En este contexto, los gualeguaychuenses por ejemplo, tienen derecho a conocer cuál es el monto del contrato firmado por el ex candidato a Intendente de nuestra ciudad, Javier Melchiori, quien desde el 1° de julio de 2016 se desempeña como Asesor Contable de la CARU, “en los términos del Contrato que se acordará oportunamente”. Lo que se acordó, nunca se supo hasta el momento. Y se reitera: se trata de un cargo en un organismo público, que se financia con fondos de dos Estados, uno de ellos el argentino. (3)

En lo “Ambiental”, la parafernalia desplegada de la CARU no es menos lamentable. Según el documento hecho público, “Dentro de las actividades relevantes se encuentran: monitoreos de efluentes de UPM, de la desembocadura del río Gualeguaychú, y del Río Uruguay en la zona de potencial influencia de los efluentes de UPM y de la desembocadura del río Gualeguaychú. Plan de Monitoreo Integral del Río Uruguay para los 500 km del tramo compartido (…)”.

En lo referido al simulacro de monitoreo de “la planta de Orión (UPM-ex Botnia)”, se evidencia la sumisión inadmisible del Comité Científico que ingresa a la pastera de Fray Bentos, a las directivas uruguayas, aunque el lenguaje que se utiliza en el documento es elegante a la hora de describir la lamentable situación que acepta nuestro país: “En todos los ingresos de control, el Comité Científico acompaña a la autoridad de aplicación, Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA), la que es responsable de la toma de muestras y de la operación del instrumental para las determinaciones en sitio”. Es decir: el Comité Científico de la CARU, creado como consecuencia de lo determinado en el fallo de 2010 de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, está pintado.

Y a continuación, el Informe de Gestión de la CARU 2017-2019 comienza a desglosar una sarta de mentiras una más grande que la otra, respecto a los supuestos “monitoreos” que se realizan avisándole a la empresa con diez días de anticipación y que siempre depende de la DINAMA, que es quien determina a que sectores de la planta pueden ingresar los técnicos. Son tan obvios que hasta admiten que los únicos lugar al que acceden para tomar muestras son “en la canaleta Parshall, la cual se encuentra a la salida de la planta de tratamiento de efluentes -previo al vertido al río Uruguay- y en la estructura de salida de cada una de las piletas de pluviales que se encuentran distribuidas sobre el perímetro del predio de la planta”. ¿Por que motivo, razón o circunstancia -diría el inefable profesor Jirafales- está vedado el ingreso del Comité Científico a otros sectores de la pastera fraybentina?

Asimismo el Informe de la CARU sostiene que, entre 2017 y 2019 se realizaron 102 ingresos mensuales a la pastera y en la zona de la desembocadura del río Gualeguaychú, que se analizaron 116 parámetros y que “los resultados obtenidos son de acceso público y están disponibles en la web de CARU”. Todo esto es parcialmente cierto. En el documento del organismo binacional no se dice nada sobre varios episodios de contaminación detectados en estos tres últimos años, que incluso le valieron a Botnia ridículas sanciones por parte de la DINAMA.

Tampoco es cierto que están disponibles todos los resultados obtenidos en la web de la CARU ya que los últimos que figuran publicados son los que corresponden a septiembre de 2018. Hace más de un año que los Informes de “monitoreo” a Botnia en Fray Bentos y en la desembocadura del río Gualeguaychú dejaron de ser públicos y nadie brinda explicación alguna, con lo cual manifiestamente se falta a la verdad. (4)

Finalmente, un apartado no menos importante que la CARU ha omitido deliberadamente. Se refiere al anunciado monitoreo del río Negro en la zona de su desembocadura sobre el río Uruguay, una cuestión que el titular argentino de la CARU, Mauro Vazón, anunció oficialmente a representantes de la Asamblea Ciudadana Ambiental y a las autoridades municipales de nuestra ciudad, en el contexto de un encuentro celebrado en mayo de este año y que ratificó en una más reciente reunión celebrada en el Palacio San Martín el 31 de octubre último.

Según afirmó reiteradamente Vazón el monitoreo de la desembocadura del río Negro con el objetivo de trazar una línea de base con vistas a la futura operación de la segunda pastera de Botnia en el Departamento de Durazno, en territorio uruguayo, “fue acordado con los representantes de la CARU del vecino país”. Algo similar había manifestado el hasta hace poco tiempo Embajador de nuestro país en Montevideo, Mario Barletta (5).

Pero de todo esto no se dice ni una palabra en la “Memoria” de la CARU. ¿Significa acaso que los anuncios de Vazón y Barletta fueron puro humo? ¿Por qué motivo la Cancillería y la CARU nunca cumplieron con el compromiso de entregar a las autoridades municipales de Gualeguaychú el Acta que acredita el presunto acuerdo logrado con los uruguayos para el monitoreo de la desembocadura del río Negro? Y mejor no continuar con más preguntas.

Una memoria, la de la CARU, que es selectiva, plagada de un descomunal oscurantismo, demasiadas omisiones y varias mentiras. Eso sí, como no podía ser de otra manera, el cierre del documento binacional se corona de manera señorial y aparatosa, como si se quisiera quedar en los anales de la historia: “Por las generaciones actuales y por quienes vendrán, por un prometedor río Uruguay”. Lo cierto es que, muy prometedor, no se lo percibe.

En definitiva, una buena parte de lo publicado por la CARU, roza con la fantasía. O con algo peor.

MARIO BERMUDEZ

NOTAS

(1) Memoria de Gestión 2017-2019. Paysandú 11 de diciembre de 2019. http://www.caru.org.uy/web/2019/12/memoria-de-gestion-2017-2019/

(2) Resolución CARU 206 del 26-12-2015 aprobando el Presupuesto 2016 a ser ejecutado a partir de la asunción de la nueva Delegación Argentina encabezada por Mauro Vazón. http://www.caru.org.uy/web/pdfs_subcomision_financiera/PRESUPUESTO%202016%20-%20RESOL.pdf

(3) Resolución CARU 9 del 1° de julio de 2016 firmada por Gastón Silberman y Mauro Vazón. Copia en el archivo del autor.

(4) Informes mensuales correspondientes al monitoreo del Comité Científico en la Planta Orión (UPM-Ex Botnia) y en el río Gualeguaychú en su desembocadura en el río Uruguay. http://www.caru.org.uy/web/actividades/planes-de-monitoreo/

(5) Mario Barletta, Embajador argentino en Uruguay. Declaraciones a Radio Uruguay AM1050. Montevideo, 24 de mayo de 2019. Grabación sonora en el archivo del autor.

MAXIMA ONLINE - ARGENTINA - 11 diciembre 2019