vacas monteSinergias próximas a dar primeros frutos

Pronto buena parte de la madera que abastecerá a la planta de celulosa de UPM Forestal Oriental provendrá de predios donde la forestación se integra armónicamente a la ganadería y a la agricultura

 J. Samuelle
El 70% de la madera que demanda la planta de celulosa de Fray Bentos procede de campos propios de UPM Forestal Oriental. El resto se adquiere a otros productores forestales en forma directa o a través de proveedores. No obstante, en apenas uno o dos años, ese 30% en forma creciente lo comenzará a aportar la producción de madera en campos de productores que, en programas de Fomento y bajo diversos acuerdos comerciales, se asociaron a la compañía en una experiencia que se inició hace nueve años.

Alexander Burwood, gerente de Fomento de UPM Forestal Oriental, acompañó a El Observador Agropecuario en una visita al área recientemente forestada de uno de los productores asociados, Jorge Andrés Rodríguez (ver nota vinculada).

Allí explicó que “consideramos que la forestación es un rubro que debe ser incorporado como vía de diversificación de ingresos, como vía de acceso a sombra y abrigo para el ganado, contribuyendo nosotros en función del espíritu que tiene la empresa en compartir los conocimientos adquiridos en 25 años de trabajo en el rubro”.

Añadió que “el Programa de Fomento surgió por la inquietud que hubo de, porteras afuera, colaborar con productores que sentían la necesidad de tener la forestación por motivos productivos y a la vez buscando un ingreso extra en el uso de su tierra”.

Dijo que “hay productores que habían hecho sus primeros intentos en forestación, algunas pruebas, en algunos casos sin mucho éxito, pero ahora con una asistencia adecuada en disponer del material genético adaptado a cada sitio, en el diseño de la plantación, en la silvicultura, pudieron desarrollar la forestación con la rapidez y calidad que anhelaban”.

El productor aporta la tierra y UPM Forestal Oriental el resto: las plantas, la tecnología en todo el proceso silvícola, el asesoramiento para un buen diseño de plantación según tipos y uso de suelo, por ejemplo: “No olvidemos que hay una ley que indica cuáles son los suelos de prioridad forestal; partiendo de eso se establece un diseño forestal armónico, que se integra al establecimiento para convivir y desarrollarse junto con otras producciones”.

En relación al material genético, señaló que “con mucho orgullo podemos decir que desde hace casi 25 años la empresa trabaja identificando aquellas especies que mejor se han adaptado a las condiciones de Uruguay, porque así como tantas otras especies presentes en nuestras tierras el eucaliptus no es nativo, pero identificamos las especies de mejor desempeño y dentro de las mismas aquellos individuos y genotipos de mayor adaptabilidad; en un país chico de condiciones topográficas y suelos heterogéneos, hemos alcanzado una mayor productividad por hectárea, tanto en volumen en metros cúbicos como en volumen de celulosa por hectárea”.

“Hoy incluso ya estamos trabajando en un 100% de las plantaciones con clones, tras un trabajo muy paciente y que requiere mucha inversión y tiempo, que se realiza en laboratorios y viveros propios, habiendo identificado clones para multiplicarlos y plantarlos luego en campos nuestros y de los productores asociados. El mismo material se destina a ambos casos”, expresó, señalando que “hemos llegado, con esos esfuerzos en nuevos y mejores materiales genéticos, a casi duplicar la producción de celulosa por hectárea”.

Al respecto, indicó que el productor aprecia que ese material tiene muy buen crecimiento, muy rápido, el monte se instala y crece rápidamente y el ingreso del ganado para aprovechar los beneficios, la sombra y el abrigo, es muy rápido “y así la ecuación cierra por completo”.

Paralelamente a eso, dependiendo del modelo de negocio, en determinados tipos de contrato se incluye el ingreso por la vía del pago de una renta, o por la producción conjunta, a porcentajes para cada parte, “lo cual hemos encontrado tiene muy buena receptividad de parte del productor, porque a veces no necesita un ingreso anual de renta pero le gustaría sí posicionarse a futuro en madera y con los crecimientos que tienen estos materiales genéticos le permiten hacer una diferencia en lo económico, se posicionan entonces a futuro con un volumen muy importante de madera”.

La vocación del suelo
Si bien hay muchos tipos de productores, señaló, la mayoría de los productores asociados son ganaderos, le sigue en orden los productores agrícolas y en tercer lugar los tamberos.

“Los establecimientos en Uruguay están compuestos de un mosaico de suelos. Los de prioridad forestal son los que tienen más restricciones para otras actividades, por ejemplo la agricultura, pero en ese mosaico de pronto hasta un agricultor puede optimizar los recursos que dispone buscando la explotación más adecuada para cada tipo de suelo”, explicó.

“Cada suelo tiene diferentes características que definen la producción más apropiada. Lo que proponemos a los productores es identificar cuál es la vocación de cada suelo. Porque hay suelos con vocación agrícola, suelos con vocación forestal... lo que está claro es que la forestación no llegó a desplazar a ninguna otra actividad”, agregó.

Burwood dijo que “la amplia mayoría de los productores que se han vinculado a esta actividad en el Programas de Fomento lo han hecho interesados en acceder a sombra y abrigo, mejorando la explotación ganadera, sumando otro ingreso, eso se da en un muy amplio porcentaje de los productores. Por otro lado tenemos otros productores que ya eran forestales, con mucha experiencia incluso, y decidieron incorporarse para poder acceder a un material genético superior que le asegura determinado crecimiento”.

Los primeros logros
Considerando que las primeras asociaciones en los programas de Fomento datan de hace nueve años, y que la edad de cosecha puede lograrse entre los 10 y 12 años, se estima que pronto se cosecharán los primeros montes. Dependerá obviamente de las características y desarrollo de cada monte.

Asimismo, en aquellos acuerdos en los cuales el productor es propietario de la madera, se contempla cierta flexibilidad para la comercialización del monte, a los efectos de permitirle al productor que venda a un precio atractivo capturando un buen momento de mercado, o de generar sinergias logísticas porque se esté realizando la cosecha en algún monte cercano.

Esta “cintura” de poder esperar un mejor momento de mercado mientras el cultivo continua creciendo y ganando volumen es una gran ventaja comparativa que presenta exclusivamente la forestación, que de pronto no se puede lograr con la ganadería o la agricultura donde hay ciclos que se cumplen y el negocio debe concretarse.

“El objetivo de la empresa siempre fue abastecer a su planta industrial en Fray Bentos con aproximadamente un 70% de madera propia y un 30% de terceros, madera de productores asociados al programa de Fomento. Además, por la forma en que se hacen las actividades, se busca que la madera se integre a sistemas de certificación, venimos trabajando fuertemente en eso y ya contamos con muchos productores certificados al igual que nuestra empresa”, manifestó.

Actualmente, “estamos comprando mucha madera a productores particulares, pero de pronto en 2015 o 2016 podríamos tener montes en condiciones de cosecharse bajo los programas de Fomento, lo que se ve con mucha alegría y expectativa, se está llegando a una etapa que en aquel momento, cuando hubo que tomar decisiones, era de algunas incertidumbres sobre todo porque no había experiencias, y lo que hoy se ve motiva a mucha gente a tomar la decisión de sumarse al Programa de Fomento y/o replantar”, reflexionó.

Burwood dijo que “cuando nos contactamos con un productor, lo que buscamos es conocer sus inquietudes, conocer su campo, asesorarlo con paciencia, contestar todas las preguntas e identificar juntos la mejor oportunidad de negocio para su situación. Hoy la forestación no es lo que era hace 10 años, se conoce más, hay mucha más experiencia del lado de los productores, pero todos tienen consultas y dudas sobre las características de sus campos del punto de vista forestal y sobre cómo son los negocios que se pueden plantear”.

Algo a destacar, concluyó el profesional, es la satisfacción que se aprecia en los productores cuando ven cómo los montes crecen y se desarrollan, dándoles los beneficios acordados, “se los ve contentos, sobre todo porque suman un negocio que les permite crecer como empresa, pero mejorando además las condiciones para ganadería”.

Ya hay 60.000 hectáreas involucradas
Alexander Burwood informó que el Programa de Fomento se inició a fines de 2005 e inicios de 2006 y hoy hay 60 mil hectáreas y 350 productores involucrados.

“Ha ido creciendo año a año, hemos ido trabajando en adaptar nuestros modelos de negocio a las situaciones de cada productor, de cada establecimiento”, dijo.

La empresa comenzó a implementar estas asociaciones primero en la zona litoral, “pero luego en otras zonas en las que la empresa ha ido también desarrollándose; el Programa de Fomento hoy está presente en Tacuarembó, Durazno, Flores, Florida... ya no solo en el litoral, por temas logísticos y compartiendo sinergias para ser más eficientes”.

La empresa tiene forestadas, en campos propios, unas 140 mil hectáreas. El crecimiento anual actual de nuevas áreas forestadas se da principalmente en el marco del Programa de Fomento.

El crecimiento de este Programa ha sido del orden de 7.000 a 8.000 hectáreas por año, indicó.

Diario EL OBSERVADOR -  Montevideo -  URUGUAY - 26 setiembre 2014