paso de los torosPara la empresa, va a ser necesario reforzar la capacidad de las comisarías y generar protocolos de actuación entre las jefaturas de Tacuarembó y Durazno
UPM prevé un aumento de “la prostitución, el consumo de drogas y la delincuencia” en las localidades vecinas a su futura planta

escribe Juan Pittaluga

En Durazno, cinco kilómetros al oeste de Pueblo Centenario y seis kilómetros al suroeste de Paso de los Toros, se ubicará la segunda planta de producción de pasta de celulosa que la finlandesa UPM pretende instalaren el país.

Como la empresa espera tener una capacidad de producción de 2,1 millones de toneladas por año en su nueva planta, se estima que su construcción demandará entre 3.500 y 4.000 puestos de trabajo promedio durante 27 meses, y que llegará a un pico máximo de 5.200 personas en los períodos de mayor actividad.

 

Aunque una parte de la mano de obra provendrá de la zona de influencia (Durazno y Tacuarembó), el resto lo hará de otros departamentos del país e incluso un máximo del 25% del total de las horas hombre será ocupado por extranjeros. La empresa considera que este crecimiento en la población transitoria producto de la necesidad de empleados ocasionará también un incremento de los delitos. “La lle-
gada de personas foráneas puede aumentar la inseguridad en las localidades en esta zona”, sostiene el estudio de impacto ambiental que UPM presentó a la Dirección Nacional de Medio Ambiente.

“La presencia de personas foráneas puede motivar la aparición o el incremento de la prostitución, la venta y consumo de alcohol y drogas y, en general, la agitación de la vida nocturna y de comportamientos antisociales como delincuencia y violencia”, agrega el estudio, que advierte que "el contacto de personal del proyecto, y en general de foráneos, con poblaciones locales puede ser un medio de transmisión de enfermedades como HIV y hepatitis”.

El informe, elaborado por la consultora EIA y elevado al gobierno el mes pasado, identifica todos los impactos (positivos y negativos) producidos directa o indirectamente por el emprendimiento, y propone las medidas necesarias para hacer admisibles aquellas repercusiones negativas. Aunque gran
parte del estudio se enfoca en temas ambientales, también realiza una evaluación social en el área aledaña a la futura planta, comprendida por una microrregión que componen los departamentos de Durazno y Tacuarembó y que cuenta entre sus localidades a Pueblo Centenario, Paso de los Toros, Rincón del Bonete, Estación Chamberlain, Carlos Reyles y Baygorria. A partir de encuestas propias y entrevistas en profundidad con los habitantes de esas comunidades, UPM concluye que su emprendimiento “polariza opiniones” pero no sobre posiciones rígidas sino porque los vecinos “necesitan manejar con mayor certeza los impactos asociados a la planta”.

Entre esos impactos, y como uno de los argumentos que señalan quienes se oponen a la obra, está la preocupación de que la instalación de la planta se trate de “una prosperidad transitoria cargada de problemas o riesgos de largo plazo, como la conformación de asentamientos irregulares y de una
subcultura delictiva que hoy la zona no tiene”.

Al identificar y valorar los impactos que pueden producirse específicamente durante la fase de construcción, el informe alerta que seis de 63 son significativamente “altos”: entre ellos se encuentran las “molestias” a los habitantes de las localidades donde se ubiquen los alojamientos temporales para la mano de obra y la “percepción social negativa” local ante el aumento de trabajadores en la zona. “La población actualmente está preocupada por la posible pérdida de la tranquilidad cotidiana y por ende, disminución de su calidad de vida”, afirma.

• Recursos humanos, vehículos y elementos de comunicación. Desde 2007, UPM tiene en funcionamiento una fábrica de pasta de celulosa en Fray Bentos. En su reciente estudio de impacto ambiental afirma que ni ese ni otros proyectos anteriores arrojaron resultados negativos en materia de seguridad, pero en el documento admite que la situación cambió más
de una década después. “Los tiempos son diferentes, el contexto actual de aumento de determinados tipo de delitos, ejemplo el homicidio por ajuste de cuentas o violencia de género, hace imposible evaluar efectos esperados”, indica.

Por eso, ante el crecimiento estimado de la población producto de la fase de construcción, cree que será necesario reforzar la capacidad de la comisaría de Pueblo Centenario en recursos humanos, vehículos y elementos de comunicación, entre otros. “A la vez, sería importante la coordinación entre las jefaturas de Tacuarembó y Durazno para generar protocolos de actuación y procedimiento, ante la cercanía y unión de ambas localidades”, propone. El informe también considera que la estructura actual de la comisaría de Paso de los Toros 1 “debería ser reforzada para garantizar una buena atención a la población”.

“Se puede afirmar que el incremento de la población transitoria tendrá un impacto proporcional en la demanda de servi-
cios públicos y no públicos: acceso al agua, saneamiento, transporte, energía, telefonía, salud pública, atención policial y Bomberos, potencialmente afectando el servicio que reciben los pobladores actuales de la zona de influencia del proyecto. Por otra parte, el proyecto en sí demandará servicios tanto públicos como no públicos pudiendo afectar el acceso de las poblaciones actuales a los bienes y servicios que acostumbran utilizar”.

• Fuerte presencia sindical. Además de la seguridad, UPM menciona que, durante la construcción de su fábrica, la calidad de vida de los habitantes locales también podría ser afectada por un crecimiento en las movilizaciones sindicales. “La gran concentración de mano de obra del sector de la construcción traerá un aumento de la actividad sindical, con su consecuencia de movilización en determinados momentos, con efectos positivos y negativos para la comunidad. Las localidades más próximas tienen poca cultura sindical”, explica.

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