escuelaCarpinteriaUna escuela rural con 10 alumnos olvidada por las autoridades

La escuela de Paso Real de Carpintería, en Durazno, se sostiene prácticamente con la colaboración de padres y vecinos.
“No hay plata”, es la respuesta que reciben del Consejo de Educación Inicial y Primaria cada vez que hacen una solicitud ante algún problema edilicio o por falta de material. La escuela rural de Paso Real de Carpintería, localidad ubicada en el noreste del departamento de Durazno, se sustenta prácticamente gracias a la colaboración de padres y vecinos.

Por: Mateo Romano
Paso Real de Carpintería es una pequeña localidad ubicada sobre el Río Negro a 15 kilómetros de San Jorge y que su población está compuesta por siete familias. Allí, hace más de 100 años, se levantó la escuela 45 que este año recibe a diez niños de preescolar y de primaria.

 

“El problema de esta escuela es que se sostiene con el trabajo de la Comisión de Fomento, ya que la partida que recibe de Primaria es mínima y no alcanza para nada”, dijo a ECOS una fuente del sindicato de maestros.

Se trata de un centro multigrado y unidocente: la maestra además de ser docente es directora y se encarga de las tareas administrativas. El horario es de 10 a 15 horas y los niños almuerzan y meriendan allí.

Si llueve, muchos de ellos no pueden regresar a sus casas y pasan la noche en la escuela. Hay tres niñas que recorren 15 kilómetros a caballo todos los días para poder llegar a estudiar.

Además de la maestra, la escuela cuenta con una auxiliar que se encarga de la limpieza y de cocinar para los chicos.

Hasta 2012, trabajó en la institución una funcionaria pero solicitó el traslado a la ciudad de Durazno. Ante la nula respuesta de Primaria, la Comisión de Fomento decidió contratar a una auxiliar. “Por cinco años, la comisión se hizo cargo del sueldo, el BPS y todos los tributos que corresponden por ley”, dijo la fuente.

Luego de una movilización de los padres en los medios de comunicación del departamento, desde el 1° de junio Primaria comenzó a enviar una partida para el sueldo y el aporte del Banco de Previsión Social de la auxiliar, pero la escuela continúa haciéndose cargo de los demás gastos de gestoría.

El aporte de reciben de Primaria es de $10.000 mensuales pasa ser utilizado en alimentación, limpieza y combustible. “Si bien ese monto es suficiente para cubrir los gastos, tienen que estar haciendo cuentas porque les da justo”.

Los principales problemas del centro educativo son edilicios: el techo se llueve, hay humedad, falta pintura en el exterior y el baño de los alumnos está inutilizable. Este año, se les presentaron problemas sanitarios en la cocina y debieron acudir a la Junta Local de San Jorge para solucionarlos.

En cuanto a los materiales, se señaló que todos los comienzos de año escolar se reciben cuadernos, lápices y juegos de geometría por parte de Primaria. “Antes había una partida para cubrir gastos extras pero desde hace tres años que no la reciben más”, dijo la fuente. Lo que más reclaman es la falta de libros de cuentos y juegos didácticos, pero la falta es mucho más grande porque no cuentan con televisión, aparatos sonoros y demás elementos que sí están presentes en otras escuelas.

Docentes y los padres se refieren a lo aportado por Primaria como “ayuda”, algo que no debería ser así ya que tendría que ser totalmente solventada por la administración, señalan.

Las carreras hípicas fueron el principal ingreso de esta institución por muchos años. En esa instancia se vendían bebidas y comidas, y todo lo recaudado iba para los fondos de la escuela. Pero nuevas normativas como tener que contratar una ambulancia y un seguro ante cualquier accidente, han impedido que se continúen realizando.

“Se necesita pintura y poder arreglar el techo como cosas principales. Creo que no es mucha plata, pero les dicen que no hay fondos”, se expresó. La escuela ha contado con el apoyo de la empresa finlandesa UPM que les ha brindado algunos materiales para que los padres pudieran construir juegos.

A su vez, muchos exalumnos se movilizan para donar materiales de estudio o artículos que sirven para hacer rifas y recaudar fondos.

La situación ha sido planteada en diversas oportunidades a las autoridades, incluso este año la maestra se lo mencionó en dos oportunidades al inspector zonal. De todas maneras, siguen sin tener respuestas.

“Lo que hay que resaltar es el apoyo de los padres y de la comunidad”, se aclaró. La maestra, además de su tarea docente, tiene que estar rebuscándosela constantemente para conseguir fondos para la escuela.

A pesar de los problemas, la escuela mantiene la matrícula o en ocasiones la aumenta y los índices de promoción son muy buenos. "Este es solo un ejemplo porque otras escuelas rurales que pasan por situaciones similares. Se merecen mejores cosas porque esos niños son el futuro del país", indicaron fuentes del sindicato docente.

ECOS latinoamerica - Montevideo - URUGUAY - 08 agosto 2018