aumento dolarEl gobierno sin margen para caer en la tentación

Descuidar la prudencia y arriesgar en pro de mejora artificial conspiraría contra la consolidación de logros en la economía

Una pregunta se escucha con insistencia entre los que toman decisiones económicas y precisan dibujar el escenario 2019 con la mayor aproximación posible: ¿Tabaré Vázquez hará caso a Danilo Astori en el criterio de prudencia, o cederá a la presión de otros grupos frentistas y de la tentación a soltar la soga, para llegar a las urnas con mejor apoyo popular?

NELSON FERNÁNDEZ
Es un tema que va más allá del proyecto de Rendición de Cuentas.

 

La pregunta parte de la base de que el único anclaje de disciplina es el ministro de Economía, pero no contempla la voluntad del propio Vázquez de cuidar equilibrios. El presidente ha transmitido que no está para desbarrancar en el tramo final de gobierno, con tal de unos puntitos más en las encuestas. Pero los agentes económicos ven a un político en la Presidencia y a un técnico-político en Economía.

Empero, fue el mismo Vázquez quien dijo en marzo de 2016 que el principal objetivo de la política económica era preservar el grado inversor asignado a la deuda pública uruguaya por las calificadoras de riesgo. Esa fue una definición nada menor.

Y eso anticipa una voluntad política del presidente de conservar logros y consolidar mejoras, sin hipotecar eso en procura de una mejor aprobación, que no tenga sustento.

Claro que en la política y en la economía, no hay seguro firmado sobre mantenimiento de la línea, y siempre hay cierta probabilidad de riesgo. Pero Vázquez se muestra confiado en las políticas seguidas y en que habrá buenos resultados para mostrar, sin caer en la ansiedad por algo más contundente.

El presidente sabe que está cerca de lograr algo inédito en la historia económica del Uruguay: tres períodos seguidos de un mismo partido y de continuidad de crecimiento económico sin pausa, con una tasa de inflación relativamente baja y buena evaluación de mercados internacionales y agencias calificadoras.

Eso podrá no asegurar victoria electoral, podrá no ser una usina de esperanza para la gente, pero es un mérito significativo.

Vázquez va a querer cumplir sus compromisos ante el electorado y mostrar al final de gestión un check list que demuestre que logró lo que se había propuesto.

Por eso conviene recordar qué fue lo que anunció el día que se puso la banda presidencial por segunda vez.

En su mensaje de asunción, Vázquez había dicho que su gobierno tendría señas de identidad nítidas, con el “respeto absoluto a la Constitución y la Ley”, la “prudencia, transparencia y rendición de cuentas”, y una gestión sustentada en “tres pilares fundamentales”.

Esos tres pilares que detalló fueron: la “gestión de gobierno” propiamente dicha (en la que destacó el combate al delito común y al narcotráfico); las “políticas públicas y sociales” (con Sistema Nacional de Cuidados, infraestructura, educación, salud, vivienda, cultura y educación física): y el desarrollo de la economía y preservación del medio ambiente.

En ese tercer “pilar” se propuso preservar “equilibrios macroeconómicos”, mejorar la competitividad, cuidar el desarrollo ambiental, y algunos retoques impositivos (como suavizar impacto de IRPF sobre aguinaldos y licencias; o reimplantar tributo al agro destinado a Educación Primaria).

En la preservación de “equilibrios macro” no prometió más que “cuidar el equilibrio fiscal” pero posteriormente asumió compromiso de bajar el déficit para cerrar el período con un saldo rojo que no superara el 2,5% del PIB.

En los precios, se comprometió a “tomar medidas pertinentes para llevar la inflación al rango meta de 3% a 7%, en plazo de 18 meses”.

Y en “competitividad” anunció tratativas para “consolidar mercados existentes” y “abrir otros” nuevos, así como “captar nuevas inversiones en el sector productivo y de servicios”.

Vayamos por partes.
El gobierno podrá mostrar la inversión de UPM-2 como la máxima de la historia, no sólo por la construcción de una tercera fábrica de celulosa sino por la infraestructura necesaria, por el plan de ferrocarril moderno, por la nueva terminal portuaria, y por la dinamización de una zona centro del país en la que no era fácil atraer inversión en producción manufacturera.

Pero ese punto de los compromisos aparecía atado a la apertura de destinos de exportación, lo que se ve frustrado por la interna del partido de gobierno. Pese a que el Plenario del FA haga una excepción y otorgue luz verde al TLC de servicios con Chile, en este período el Uruguay se bajó del TIFA, no pudo avanzar en el tratado del Pacífico, y el oficialismo ya votó por desechar este tipo de acuerdos.

La máxima autoridad del Frente Amplio estableció que no se puede ir por el camino de esos tratados (votó contra cláusulas que incluyen los acuerdos comerciales que tenía la cancillería en el horizonte).

La meta de inflación podrá cumplirse, aunque no será fácil. Cuando la tasa anual del IPC estuvo bien baja, el precio del dólar estaba “planchado”, pero eso es tiempo pasado y la suba del tipo de cambio tira la inflación hacia arriba.

Nadie proyecta que la inflación termine en un nivel que a la gente le suene como una baja, sea en el eje central del rango, 5%, o algo similar. Y para cuidar este equilibrio, el gobierno no podrá ser muy flexible con sus instrumentos de política.

El déficit fiscal ha llegado a 3,7% del PIB y con una economía que se desacelera, no hay mucho margen de bajarlo.

Y sobre niveles salariales, el deterioro del mercado laboral de estos últimos tiempos, conspira contra mejoras fuertes por encima del IPC, a las que los trabajadores se habían acostumbrado.

Todo esto en medio de inestabilidad en Argentina e incertidumbre en Brasil: complejo panorama.

Entonces, ¿qué se puede esperar respecto a la actitud de gobierno sobre cuidados en el manejo de la economía?

Descuidar la prudencia y arriesgar para una mejora artificial, con mejoras económicas acotadas, conspira contra la meta de consolidar logros en la economía, sobre crecimiento, confianza de inversores y una inflación que no castigue a población vulnerable.

En la Casa de Gobierno y en el Palacio de Hacienda, hay coincidencia en que no se puede caer en la tentación.

Diario EL OBSERVADOR - Montevideo - URUGUAY - 23 junio 2018