victor rossi “Es necesario” que haya “relevos” en el Frente Amplio para el 2019

El ministro de Transporte, Víctor Rossi, ve una degradación ética en la política, dice que es “de izquierda” favorecer la instalación de UPM y que antes de ejercer el gobierno su partido tenía una visión “adolescente”

entrevista de Martín Mocoroa y Guillermo Draper

Es lunes de Carnaval y Montevideo está desierta. Son las seis de la tarde, en la plaza Matriz no camina nadie y el enorme edificio del Ministerio de Transporte, ubicado justo en frente, es todo silencio y penumbra.

 Por una de las ventanas del hall del piso 8 entra la luz de la tarde y pasa cerca de una carretilla de obra que llama la atención. Es amarilla, tiene plantas adentro y, en uno de los lados, los logos de las constructoras Grinor y Sacyr. El lugar está vacío. No hay ningún funcionario al que anunciarse, pero la puerta del despacho del ministro está abierta. Ahí está Rossi, trabajando entre papeles, acompañado por su esposa.

Su segunda gestión en el Ministerio de Transporte comenzó con complicaciones. Los temporales de 2016 afectaron la infraestructura vial y forzaron obras que no estaban previstas. Además, los proyectos de participación público-privada (PPP), que debían ser una solución, luchaban contra la burocracia y el ministro lamentaba no poder mover “ni una carretilla” a pesar de tener en curso siete licitaciones.

Esa es la explicación c/e/souvenir que le dieron los adjudicatarios de la primera PPP en empezar la obra, y que ahora luce en el hall.

Aquel complejo escenario aparece algo más despejado. Con la barba a medio crecer y la voz algo cansada, Rossi asegura que se “empiezan a expresar algunos éxitos” en el objetivo que se trazó como prioridad: mejorar el estándar de calidad de las rutas nacionales. Por eso, confía en que conseguirá terminar la gestión con una red “sensiblemente mejorada y sin puntos críticos".

Rossi cree que el Frente Amplio es la única fuerza política capaz de seguir transformando el país en favor de la ciudadanía. Para apostar a un cuarto período, considera que deben ir por el camino de la renovación y relevar a los dirigentes con más historia.

El estuvo entre los fundadores del Frente Amplio. En aquella época, dice, tenían “muchos sueños” y algunos “aspectos adolescentes”. Eso cambió con el ejercicio del gobierno. El partido aprendió a “ejecutar y concretar” y, en ese proceso, defiende políticas para atraer inversiones extranjeras, como las que están llevando adelante para UPM. Incluso, afirma que son “de izquierda” si mejoran la calidad de vida de la gente.

Otros cambios en la política, sin embargo, no cree que sean para bien. Por ejemplo, considera que hay una degradación ética del sistema y se sorprende con hechos cuestionables que “saltan de todos lados” y con que haya que explicar y hasta legislar sobre ciertas conductas.

Lo que sigue es una síntesis de la entrevista que Rossi concedió a Búsqueda.

—La semana pasada, a partir de algunas declaraciones de Mujica, se abrió el debate electoral en el Frente Amplio. ¿Usted es partidario de una renovación o de apostar a lo conocido?

—No es importante si el candidato es joven, mediano o viejo. Lo importante es que sea capaz de llevar adelante un programa que permita avanzar en los objetivos de transformación del país. Tengo la
aspiración de que el Frente Amplio sea capaz de elegir a la mejor persona y al mejor equipo, en el convencimiento de que
Víctor Rossi
no hay hoy otra opción para seguir transformando el país en beneficio de la ciudadanía que la propuesta del Frente Amplio.

—¿Hay alguien con ese liderazgo?

—Claramente hay una generación que jugó un papel muy importante en todos estos años. De alguna manera, es la última camada del grupo que durante los últimos decenios fue construyendo la opción política que hoy está en el gobierno. Por razones de edad, esas personas deben ser sustituidas, deben ser relevadas. Ya surgen algunos nombres que hoy por hoy pueden generar muchas interrogantes porque no han tenido la oportunidad de asumir. Recién cuando les toque entrar a la cancha podrán confirmar si están a la altura o no de los desafíos.

—De la histórica tríada, Vázquez es el único que no puede ser candidato en 2019, mientras que Mujica y Astori podrían hacerlo. ¿Sería bueno que dieran un paso al costado?

—Me da la sensación de que es necesario que lleguen relevos. Creo que aprioritodos losfrenteam-
plistas pensamos que debe transitarse por el camino de la renovación, de nuevos candidatos y conductores. Eso de ninguna manera implica dejar de reconocer que estas personas que hemos nombrado tienen un enorme valor y son un enorme capital.

—Una de esas figuras de renovación es Carolina Cosse. ¿Cómo ve su posible candidatura?

—Es una persona que tiene una formación importante y que ha tenido un protagonismo destacado. Es joven, pujante, y por lo tanto podría ser una opción para el Frente Amplio. De hecho, lo que hoy no tiene es la experiencia de haber asumido responsabilidades de este porte, pero son muy pocos los que la tienen.

—Hay otros posibles candidatos como Martínez u Orsi.

—Hay muchos. Sinceramente creo que sí. La opinión pública los men-cionay eso también es importante, porque no basta con que tengas condiciones si no sos reconocido por la ciudadanía. Martínez permanentemente es tomado como referencia entre la ciudadanía. Es un hecho no menor, que indudablemente le da posibilidades de primer orden de ser elegido. Pero falta todavía.

—En conclusión, usted es partidario de la renovación.

—Tal como está el panorama, yo creo que necesariamente vamos a llegar con una renovación de figuras.

—¿Cómo ve el debate que se instaló sobre la ética en la política? ¿Existe un problema de ética en el sistema político o es un asunto coyuntural que forma parte del tiroteo?

—El tiroteo siempre existe. Pero la verdad es que percibo que hay cosas que cambian y no necesariamente para bien. Cuando en un partido de fútbol silban el himno o hacen ruido en un minuto de silencio; cuando frente a la escuela no hay aquel solemne respeto al edificio e incluso a la investidura de los maestros... Me da la sensación de que eso no es avance. Es cierto que las tecnologías y las comunicaciones han hecho que estemos al tanto de todo lo que sucede en el mundo al minuto. También que podamos expresar nuestro sentir y pensar al instante. Pero a veces me da la sensación de que nos alejamos de aquel Uruguay en el que la palabra alcanzaba, en el que un apretón de manos tenía un significado, en el que mirarse a los ojos y hablar cara a cara tenía una razón. Esa pérdida de valores, o esa transformación, tiene que ver también con estas cosas. Uno piensa que hay cosas que no es necesario discutirlas, que no tendría que ser necesario proponer proyectos de ley. Hay cosas que no es necesario que te tengan que explicar. Y, sin embargo, uno ve con sorpresa que saltan por todos lados. Entonces, ¿qué está pasando? ¿Es chisporroteo? ¿Es campaña electoral solamente?

—¿Está criticando que un intendente ponga a muchos de sus familiares a trabajar en la comuna o a los permanentes cuestionamien-tos propiciados por la tecnología y las comunicaciones?

—Lo que quería decir es: ¿a quién se le puede ocurrir que está bien poner a todos sus amigos y familiares alrededor de su función pública? ¿A quién se le puede ocurrir que se puede hacer negocios para favorecer sus actividades privadas aprovechándose de un cargo público? ¿A quién se le puede ocurrir aprovecharse de tener un sistema de viáticos? ¿A quién se le puede ocurrir que el privilegio y el honor de ocupar un cargo público se puede usar para sacar beneficios per-
sonales? Sinceramente, me parece que si avanzamos en un camino en el que hay que discutir esas cosas, en el que hay que presentar proyectos de ley sobre estas cosas, no vamos bien. No es bueno.

—¿Cree que hay, entonces, una degradación ética en la política?

—Ah, yo creo.

—¿El Frente Amplio dio la señal correcta con la situación del ex vicepresidente Raúl Sendic?

—Creo que el Frente Amplio, a través del Tribunal de Conducta Política y del Plenario, hizo lo que debía hacer.   

—En los hechos, el Frente Amplio no le aplicó ninguna sanción a Sendic. Hoy es un dirigente más que hace miiitancia activa con expectativas de presentarse en la próxima elección.

—La renuncia es una sanción que no podría ser superada por ninguna medida interna. En otros aspectos será la ciudadanía la que haga la valoración correspondiente. Es cierto que el Frente Amplio no fue quien decidió esa renuncia, pero el camino que llevó a esa renuncia... La verdad es que yo no quisiera pasar un momento como ese.

—¿Cuáles son sus prioridades para este año?

—Estamos comprometidos a hacer un gran esfuerzo para elevar el estándar de calidad de las rutas nacionales. En eso estamos trabajando desde el primer día de la gestión, con dificultades, pero también con éxitos y logros que ya se expresan, y nuestro objetivo es avanzar más en este año. Esa es nuestra primera tarea. No es la única ni por asomo. Junto a eso existe un abanico de desafíos a desarrollar en las distintas áreas que comprende el Ministerio de Transporte: hidrografía, transporte, puertos, ferrocarril. Fuera de ese abanico de objetivos ha surgido en las negociaciones con UPM un conjunto de metas adicionales. Por ejemplo, el proyecto del ferrocarril central. Estamos en pleno proceso de preparación y promoción de una obra que no tiene precedentes en el país.

—En vialidad, si bien dice que se empiezan a ver resultados, también pasó momentos de zozobra. Llegó a plantear su preocupación por el estado de algunos puntos de la red y también por la lentitud en la ejecución. En el hall tiene la carretilla que tanto demoró de la primera PPP.

—Todo lo que se había planificado realizar a través de ese mecanismo de financiamiento vivió un proceso de enlente-cimiento brutal por razones burocráticas. Poreso, estamos convencidos de que en el futuro este instrumento tiene que recoger de la experiencia vivida para poder agilizar los trámites y mejorar su performance. Ahora, por lo menos, tenemos todos los proyectos en la calle. En distinto grado, están todos en trámite. El de las rutas 21 y 24 está en ejecución. Tenemos otros tres adjudicados, que están en el proceso de cierre financiero que lleva muchos días, y tenemos otros tres que vamos a recibir las ofertas a partir de febrero. Quizás antes de que termine el 2018 vamos a tener algún otro proyecto en obra y en el 2019 quizás todos. Eso nos va a permitir sumar, al gran esfuerzo que se está haciendo en inversión y en reconstrucción de rutas, la rehabilitación

de siete corredores con el mantenimiento garantizado por 20 años. Eso va a llevar el estándar del que hablamos para arriba.

—¿Va a llegar a elevar el estándar de calidad en este período o se va a tener que conformar con menos?

—Vamos a terminar con una red vial sensiblemente mejor que la que recibimos, y sin puntos críticos. De hecho, eso ya se está notando. Vamos a dejar una red mejorada y avanzando.

—El gobierno ha dicho que el proyecto del ferrocarril central se va a llevar a cabo “con o sin UPM”. Sin embargo, era un proyecto que no estaba previsto antes de que lo formulara UPM. ¿Son realmente independientes el proyecto y la empresa?

—Es una gran oportunidad que se le da al Uruguay para rescatar su modo ferroviario. Esta posibilidad de transportar de forma permanente 2 millones de toneladas de celulosa por año nos ayuda a justificar la realización de una obra de otro nivel. Hacia Rivera nosotros estamos terminando una obra, pero es una obra sobre la base de lo que teníamos, un ferrocarril del siglo XX o del XIX. De Montevideo hasta Paso de los Toros vamos a hacer un ferrocarril de este siglo. Eso se puede hacer porque vamos a tener 2 millones de toneladas aseguradas.

—Entonces, eso de que “esto se hace con o sin UPM” no es tan así.
—Dos millones de toneladas de carga aseguradas; eso nos da la posibilidad de tirarnos al agua. Nunca en la historia del ferrocarril se movió esa carga.

—UPM recién en 2019 confirmaría si realiza o no la inversión. Si no sale, ¿Uruguay cae en una piscina sin agua?

—Si no sale, vamos a tener un ferrocarril que va a servir para el desarrollo de todas las actividades que se propongan. Y, según los estudios, tiene la potencialidad también de captar no menos de 1,5 millones de toneladas de granos, más alguna otra carga de madera. Eso si no sale. Pero nosotros estamos convencidos de que este camino cada día tiene menos retorno.

—¿Qué le da esa confianza?

—La empresa ya está instalada en Uruguay, los arbolitos que van a ser procesados cuando se inaugure la planta ya deben estar por lo menos en los viveros, si no ya plantados. Los predios donde están plantados los arbolitos y donde se va a desarrollar la planta ya están adquiridos. Es decir, hay un proceso que no va a empezar el día tal, ya empezó, va desarrollándose.

—¿Cómo ve, como veterano frenteamplista, el hecho de modificar la agenda de gobierno, hacer obras nuevas, conceder exoneraciones de impuestos, para que una multinacional confirme una inversión? ¿Qué reflexión hace de esta situación que vive el Frente Amplio en este tercer período de gobierno?

—Yo fui fundador del Frente Amplio. Teníamos muchos sueños, desde antes. El Frente Amplio de alguna manera recibió esos sueños y esa entrega que cada uno de nosotros estaba dispuesto a hacer. Pero nunca habíamos gobernado, nun-j ca habíamos tenido la res-ponsabiUdad de trabajar I para concretar cosas. En este camino hemos ido aprendiendo; sería muy triste que no hubiéramos aprendido a ejecutar, a concretar. Que siguiéramos soñando y procurando idealizar situaciones, sin asumir la responsabilidad de llevar adelante la transformación del país: el aumento de la producción, la generación de riqueza, la generación de oportunidades de trabajo. .. Si bien es bueno tener sueños, y hasta los viejos nos podemos permitir tener sueños, creo que es necesario que cada sueño se vaya cimentando en realizaciones. Noseligióel pueblo uruguayo y nos dio su confianza para avanzar en concreciones, para dar respuesta a las necesidades de la gente. La ubicación de esta planta va a traer crecimiento en la producción nacional, se va a volcar en oportunidades de trabajo, en mejores condiciones de vida para ciudadanos, para centros poblados, para una región del país. Nos parece que eso es ser de izquierda.

—¿Eran una fuerza política adolescente antes?

— De alguna manera, en algunos aspectos. ¿Por qué no? Pero en los aspectos sustanciales no ha cambiado nuestro sentir ni ha cambiado nuestro compromiso, simplemente que desde el gobierno tenemos que gobernar. De algún modo, estamos haciendo lo que tenemos que hacer.

Semanario BUSQUEDA - 16 febrero 2018