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Perú y el TLC con EEUU: En cuanto a la industria forestal y la madera , ni “libre”, ni “comercial”


IQUITOS (Uypress/José W Legaspi)- Hagamos un poco de historia. El 18 de noviembre de 2003 el representante de comercio de Estados Unidos, Robert Zoellick, notificó al Congreso de la intención del Gobierno de George W. Bush de iniciar negociaciones para la firma de un tratado de libre comercio con los países del ATPDEA.

Las negociaciones empezaron sin Bolivia en mayo de 2004; sin embargo, los tres países restantes (Ecuador, Colombia y Perú) decidieron buscar acuerdos bilaterales con Estados Unidos.

Tras 13 rondas de negociaciones, Perú y Estados Unidos llegaron a un acuerdo el 7 de diciembre de 2005. El Ministro de Comercio Exterior y Turismo del Perú, Alfredo Ferrero, y el representante del comercio de Estados Unidos, Rob Portman, firmaron el tratado de libre comercio el 12 de abril de 2006 en Washington D.C. en presencia del presidente del Perú Alejandro Toledo.

El Congreso del Perú lo debatió durante una maratónica sesión, de más de 15 horas. La misma fue interrumpida durante 30 minutos para desalojar a manifestantes del sector de Ollanta Humala, Unión por el Perú, que ingresaron a la sesión con pancartas en contra del acuerdo comercial. Finalmente, fue ratificado a primera hora del día siguiente, el 28 de junio de 2006, con una votación de 79 a favor, 14 en contra y 7 abstenciones.

Por su parte, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el tratado el 8 de noviembre de 2007, con un voto de 285-132. El Senado de Estados Unidos aprobó el acuerdo el 4 de diciembre de 2007, con una votación de 77-18. En Estados Unidos, las leyes de implementación obtuvieron amplio apoyo del Partido Republicano (176-16 en la Cámara de Representantes, 47-1 en el Senado) y respaldo dividido del Partido Demócrata (109-116 y 29-17).

Mientras que el Gobierno y las asociaciones empresariales saludaron el pacto y lo consideraron 'histórico', sectores vinculados a la agricultura lo calificaron de 'traición' y remarcaron que llevará a la quiebra a los medianos y pequeños productores.

Tras el anuncio de los equipos negociadores reunidos durante los últimos tres días en Washington, el presidente de Perú, Alejandro Toledo, afirmó que el TLC es 'una gran noticia' para su país.

Toledo indicó que Perú ha logrado que se mantengan los beneficios del Acuerdo de Preferencias Arancelarias Andinas (ATPDEA) e incluido sus propuestas en 'salud, propiedad intelectual y biodiversidad'.

El gobernante dijo que el TLC 'es uno de los acontecimientos más importantes' de su gobierno y remarcó que sus logros los 'cosechará el próximo presidente', que será elegido en 2006.

'Este acuerdo nos va a permitir mayor diversificación del crecimiento de nuestra economía, ahora tenemos mercado, nos falta que incrementemos nuestra oferta exportable y ser competitivos', acotó.

El ministro de Comercio Exterior, Alfredo Ferrero, que dirigió el equipo negociador peruano, comentó que con el TLC 'hay muchísimas más ganancias que costos'.

Ferrero dijo que los equipos trabajaron 'las últimas 24 horas de manera ininterrumpida' y anunció que entre los logros peruanos aparece 'una cláusula sobre biodiversidad que Estados Unidos no había acordado en ningún otro Tratado de Libre Comercio'.

La Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas de Perú consideró, por su parte, que el acuerdo coloca a su país 'ante un momento histórico del quehacer económico, social y político'.

'Es la oportunidad de dar el salto para superar la pobreza e incrementar la prosperidad de la población peruana', enfatizó el organismo.

El presidente de la Asociación de Exportadores (ADEX), Luis Vega Monteferri, resaltó que el TLC permitirá generar puestos de trabajo de manera descentralizada y traerá mejoras a la economía peruana.

De similar opinión fue el presidente de la Asociación de Empresarios Agrarios de Perú, José Chlimper, quien dijo que el acuerdo 'generará cinco millones de puestos de trabajo' y que los peruanos ahora tienen 'que volcar este esfuerzo para perfeccionar la agenda interna para trabajar con el TLC con Estados Unidos'.

Chlimper criticó a gremios como la Convención Nacional del Agro Peruano, que anunció que los dirigentes del sector de Colombia, Ecuador y Perú se reunirán el sábado en Quito para coordinar un 'paro andino' en rechazo a la suscripción del TLC.

"Condenado a la quiebra el 97% del agro"

La Convención del Agro, una de los principales instituciones opositoras al acuerdo, lo consideró una 'traición' del Gobierno de Perú que, en su opinión, 'ha condenado a la quiebra segura al 97 por ciento del sector agrario nacional'.

El presidente de este gremio, Luis Zúñiga, señaló a EFE que 'es lamentable entregar' el mercado peruano al norteamericano e hizo 'responsables a los ministros por la convulsión que vivirá el sector agrario de ahora en adelante'.

El acuerdo alcanzado por Perú y Estados Unidos se concretó tras resolver las últimas diferencias sobre agricultura y propiedad intelectual, después de que Lima decidiese negociar por separado de Colombia y Ecuador.

El convenio eliminará, tan pronto como entre en vigor, los aranceles a dos tercios de las exportaciones de EEUU a Perú, país que logró que se deje fuera la exportación de ropa usada, que Estados Unidos quería venderle.

El pacto prevé la eliminación progresiva de los aranceles al comercio de alimentos, aunque no toca los subsidios millonarios que Estados Unidos dedica a su campo, mientras que la estrategia peruana buscó atrasar al máximo la supresión de los impuestos aduaneros.

Perú logró, además, que la apertura total a las partes de pollo y el arroz estadounidenses, entre otros productos sensibles, sólo se materialice 18 años después de la entrada en vigor del pacto.

Washington consiguió, por su parte, que Perú accediese a proteger durante cinco años los datos de prueba de los fármacos, lo que impide la venta durante ese período de medicamentos genéricos, que son mucho más baratos.

"Con un mercado agrario nacional abierto y liberado de aranceles, el Perú le da una ventaja abismal a los productos subsidiados de los Estados Unidos", dijo Luis Zúñiga, presidente por entonces de Conveagro.

Advirtió que de no tomarse medidas en el corto plazo, "tarde o temprano se acabará con nuestra producción local poniendo en riesgo la seguridad y soberanía alimentaria peruana y se acrecentarán los problemas sociales en el campo y en las ciudades.

En su momento, y antes de la firma, la periodista Mariana Martínez, columnista de la BBC, trataba de analizar quienes estaban a favor, y quienes en contra.

"Los sectores de la economía que están a favor", -según expresaba en su artículo- "encabezados por la manufactura, las confecciones y los grandes empresarios, así como el actual gobierno, aseguran que el TLC con Estados Unidos abrirá las puertas al país para exportar más y, por lo tanto, para crecer".

"Quienes apoyan" el tratado, "señalan que Perú cuenta con un mercado doméstico reducido y de bajo poder adquisitivo -27 millones de consumidores con ingreso promedio anual de US$2,247-, y por tanto el tratado comercial es la oportunidad para incrementar la producción, crear más empresas y generar más empleos".

"El TLC, afirman, garantiza el ingreso a un mercado con 291 millones de consumidores y con ingresos anuales promedio de US$37 mil.

Según cálculos del gobierno (de aquél momento), si Perú lograra penetrar apenas un 0,1% más en el mercado estadounidense, lograría expandir sus exportaciones en un 60% y alcanzaría un crecimiento del Producto Interno Bruto de 3%".

Por entonces, el país andino colocaba en EE.UU. la tercera parte de su exportación, y compraba, a ese país, la quinta parte de lo que importaba.

El gobierno aseguraba, que seis de cada 100 empleos en Perú, dependen de las exportaciones a EE.UU. De no firmarse el TLC, pronosticaban sus defensores, Perú podría perder los beneficios arancelarios unilaterales que Estados Unidos otorga actualmente a los países andinos y que permiten generar 745 mil empleos o 5,9% del empleo nacional.

Los que apoyaban la firma, aseguraban que más del 80% de las importaciones estadounidenses son complementarias (bienes de capital e intermedios), es decir, "no compiten con la producción nacional".

Quienes estaban en contra (principalmente el sector agrícola no exportador y los pequeños comerciantes), aseguraban que las desventajas de la firma del TLC, al menos tal y como estaba planteado en aquél momento.

Siguiendo el razonamiento de la periodista, "aseguraban que el tratado tendría un fuerte impacto negativo en el sector agrícola no exportador, ya que no podrían competir con los generosos subsidios que EE.UU. otorga a sus productores agrícolas.

La agricultura en Perú absorbía el 21% de la población económicamente activa, es decir, unos 2,8 millones de trabajadores. La mayoría de ellos en el ámbito rural, donde el 73,6% de los peruanos era pobre".

Finalmente, el 16 de enero de 2009, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y el entonces presidente del Perú, Alan García, aprobaron la implementación del TLC que comenzó a regir el 1 de febrero de 2009.

Uypress entrevistó, recientemente, en diciembre del año pasado, al economista Juan Lavado Abanto, sobre los resultados del tratado para la zona de Loreto, departamento del norte del Perú, cuya capital es Iquitos.

Nos decía, "en Loreto hay tres actividades económicas importantes; hidrocarburos, la industria forestal, y el turismo. Es decir, que este departamento, ha sido y es, una región básicamente dedicada a la extracción, se extrae petróleo, se extrae madera".

Y continúa, "en 1962, hace más o menos 55 años aproximadamente, después del boom del caucho, aparece la industria maderera y el primer aserradero del Perú estaba en Puritania, y el dueño era don Otoniel Vela, el dueño del hotel Palace. Por entonces, Loreto tenía el primer hotel cinco estrellas del Perú, inaugurado en 1912, yo tengo los registros de eso. Con esto quiero magnificar el desarrollo que se tuvo, a partir de la actividad extractiva (petróleo y madera). A tal punto, que el hotel Bolívar de Lima, por ejemplo, surgió mucho después del hotel Palace".

"El señor don Otoniel Vela fue el dueño, entonces, de ese primer aserradero, el Puritania. Posteriormente, aparecieron otros, como el que estaba, en esa época, en la zona del río Nanay, que ahora ya no es el río Nanay, sino el Amazonas. Y ahí estaba la planta, que era Astoria, donde ahora está la planta de energía eléctrica. Esa es otra de las empresas que se dedicaban al aserrío, y se cuenta, que incluso, exportaba trozas. A mí no me consta, pero he visto la madera aserrada, mi suegro trabajaba ahí en Astoria". "Posteriormente, con el Banco Amazónico, se crea en Iquitos un sector empresarial loretano, y aparecen las fábricas de gaseosas (Inca Kola), aparecen también las triplayeras, los aserraderos, y comienza la actividad económica. Y se expande. En el año 73, más o menos, aparecen los petroleros, aumenta la actividad económica, los hoteles incrementan sus rentas. La sociedad siente un auge, los técnicos petroleros, los técnicos de la madera, los empresarios de la madera, comienzan a venir los turistas y se va creciendo, se va creciendo".

"En Loreto hemos tenido varias fábricas triplayeras, de las que quedan solamente dos, las únicoas empresas que se dedican todavía a fabricar triplay. Laminadora Amazónica tenía una chata flotante, que estaba en la frontera, pero se incendió, y no más producción. Industrial Punchana, de la familia Scavino, también cerró. La otra fábrica de madera laminada, también cerró. Prensa, también cerró. O sea, imagínate si cada una de las empresas dan una ocupación promedio de 500 personas en planta, jalando madera, embarcando madera, sin contar los que están en el bosque, monteando, cortando, arrastrando, jalando, embarcando la chata, el operador de la grúa que lo sube, y después, cuando llega la madera, se va en la chata, hay que embarcar nuevamente para que vaya a Pucallpa, llega a Pucallpa, hay que embarcarlo para Lima, imagínate la desocupación que se generó".

Fue gradual, poco a poco. Pero fue minando la calidad de vida en Loreto, de alguna manera. Y continúa. Alcanza con leer la primera nota sobre nuestra visita al país incaico, "Perú y la Selva de la Miseria: Iquitos indignante e indigna".

El economista sigue explicando: "Anteriormente habían concesiones forestales hasta 1000 hectáreas y los pequeños extractores iban y traían 10, 15 trozas, y acumulaban y hacían más trozas. Pero el Perú firmó un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, y en el capítulo 8 de ese Tratado de Libre Comercio, Estados Unidos le pone condiciones al Perú, justamente sobre la tala ilegal, el control y crea OSINFOR. A partir de entonces, inclusive, hay leyes que penalizan al empresario maderero, quienes viven ahora, asustados, de que pueden ir a la cárcel".

Le preguntamos si el problema radica, como nos han explicado inversores y trabajadores de la industria, en que los controles de OSINFOR no son previos, sino posteriores a que el industrial invirtió, compró la madera, y la exporta, o trata de venderla. Y nos responde.

"Loreto tenía un barco, que traía maquinaria y tuberías para la industria petrolera, y comerciaba, llevaba madera, cada 45, 60 días, el Yacu Kallpa. Esa empresa se creó en 1963, la Naviera Amazónica Peruana, NAPSA, que cambió de nombre en Naviera Maynas. Entonces, la naviera llegó a tener como tres barcos, yo lo ví con mis propios ojos, porque trabajaba al lado del muelle, y traían la tubería para el petróleo, las importaciones, y se llevaba madera. Entonces, ¿qué está pasando ahora?, no hay una actividad fluvial buena porque ya no se transporta petróleo en barcazas".

"Y el estado no invirtió en vías férreas ni en carreteras. No hay una carretera que comunique Lima con Iquitos. No hay vías férreas".

Preguntamos: Y si no hay ese trasiego que había a nivel de río, pluvial, ¿cómo hace Iquitos para exportar o importar, si se le complica tanto y si no tiene vías de acceso?

Responde: "Bueno, todas las importaciones que han sido, han sido vía fluvial, el barco venía del Caribe, del golfo, de Houston, venía de República Dominicana. Y es un flete muy caro. ¿Por qué? Porque el barco, cuando navega por el río Amazonas, dentro del territorio brasileño, los prácticos le cobran el doble que un práctico nacional. O sea, hay un sindicato violando el tratado que ha habido entre Perú y Brasil, o sea, el sindicato es más poderoso que el tratado. Entonces, eso hace que se eleve los costos del flete".

"Bueno, el asunto es que no quedó ningún barco, porque el último barco, que era de Naviera Mainas, el Yaku Kallpa, fue intervenido. Resumiendo, pues, el empresario maderero trabajo con guía de transporte emitida por organismo del Estado, ellos presentaron todo, si algunos empresarios tenían madera ilegal, era problema de ellos.

Pero cuando el fiscal dijo, acá hay 13% de madera ilegal, le dijo al capitán del barco: usted me baja esta madera. Y el capitán le respondió: ¿quién me va a pagar para bajar y subir, la diferencia? Entonces, ¿qué pasó?, que antes de llegar a puerto de destino, dijeron que la madera era, más o menos, 98% ilegal. Entonces, aquí hay problemas legales serios, porque el fiscal no le dio validez a esos documentos, pero es problema del Estado, no es problema del empresario".

-¿Que los controles no los hace previamente sino después?

"Así es, ¿cómo viene después, cuánto tiempo está la madera en almacenes?. Varios meses, esperando que venga el barco, ¿por qué no ha intervenido entonces antes?. Cuando el barco sale, 8% de la madera es ilegal, y en menos de un mes fueron a verificar 40 concesiones, cabe preguntarse ¿cómo hicieron para verificar, para decir que el 98 es ilegal, cómo hicieron para hacerlo tan rápido, si sólo cuentan con 30, máximo 35 inspectores? Y si podían fiscalizarla tan rápido, en menos de un mes, ¿por qué no lo hicieron antes?"

-¿Se podría afirmar que hay una desidia del Estado peruano en proteger la producción?

"Podemos decir que los organismos del Estado no actúan como debe ser, correctamente".

-Le recuerdo que el OSINFOR, supuestamente un ente estatal, leí que, en realidad, entre las condiciones que tiene para su funcionamiento, se puede proveer de insumos nacionales privados o públicos, pero también internacionales, financieramente. ¿Puede venir Estados Unidos y hacer una contribución de plata para que controle?...

"Lo ha hecho. 60 millones de dólares, dijo en una exposición que hubo acá, el USAID. O, 97 millones de dólares, según denuncian los industriales. Yo me pregunto: ¿Dónde están esos millones de dólares?. En un presupuesto de 5 millones de dólares al año, ¿y no puede cumplir con la tarea, es muy raro, ¿no?

Bueno, el asunto es ¿dónde está la gente que ya no trabaja en el petróleo, que ya no trabaja en la madera? Ahora tenemos 35 mil motocarros (motos con carro, que pueden trasladar hasta dos personas). Ahí están quienes se han quedado sin trabajo. Iquitos tiene una población de medio millón de habitantes, y la tasa de desocupación más alta de todo Perú.

Terminada la entrevista, me pregunto, ¿no vale la pena explotar el recurso natural, renovable, de la madera? ¿Será tan difícil que OSINFOR, de una vez por todas, fiscalice antes de que se adquiera la madera al concesionario, y no después? ¿Será "tan oneroso" instalar la trazabilidad del monte nativo, para georreferenciar cada árbol y tener certeza de cuál, o cuáles, se talan? ¿Será "tan difícil", por no decir "imposible", que Perú pueda talar "organizadamente", como hacen sus competidores directos, Estados Unidos, Suecia, Noruega, Canadá y Finlandia?

Finalmente, ¿será posible plantearle estas dudas al "ente regulador", al OSINFOR? ¿O al gobierno peruano? ¿Podrán responder? ¿Les interesará?

El futuro, tal vez, nos develará estas incógnitas.

UYPRESS - Montevideo - URUGUAY - 17 enero 2018