madera“Plantar árboles como ahorro para apoyarnos en nuestra vejez”

Jamás imaginamos aquel día de julio de 1987 cuando asistíamos a la carga de un millón de troncos de eucaliptos en el barco “Searider” que 20 años más tarde se convertiría en uno de los rubros económicos más importantes del Uruguay, y si logramos convencer a UPM daremos un salto insospechado porque crecerá la forestación para aserrar.

 

Sin embargo, fue a partir de aquel sorprendente embarque que el tema forestación comenzó a cobrar fuerza, y a partir de ahí el uruguayo vio con simpatía esta nueva modalidad de ahorro para el futuro; todo el mundo quería invertir en forestación porque era la herencia para los nietos, como se decía. No es una materia prima de rápida obtención, así que más bien es un pensamiento de “seguridad futura”. Las primeras entrevistas las hicimos con el Sr. Fernando Nicolas, un representante español que se instaló en el Uruguay para coordinar un formidable proyecto forestal en el que estaban involucrados privados y un organismo estatal de España. Era ENCE, más conocido por Eufores, que comenzó a comprar y rentar campos para dar paso a la forestación, llegando a tener en propiedad unas 52 mil hectáreas en Río Negro y en otras partes del país. Años más tarde toda esta inversión fue adquirida por UPM. Otra empresa grande en el rubro fue Forestal Oriental.

Pero alguien comenzó con este asunto de la forestación, alguien que creyó en la madera, y así surgió la primera ley forestal 13721 de 1967, en la que fueron definidos los suelos prioritarios para forestación. Se calculó el área en 1.7 millones de hectáreas, que representaba más o menos el 10% del territorio uruguayo. Sin embargo, el verdadero desarrollo forestal con fuerza vino a partir de una ley reglamentaria de decretos en diciembre de 1987. Desde 1993 fuimos testigos de un notable crecimiento de la forestación empujada por millares de personas de todas las condiciones sociales y económicas: todos aspiraban a una renta que ayudara a nuestra jubilación y así había campos de 100 ha plantados de eucaliptos. También las grandes empresas, los ganaderos, los industriales, bancos, inversores internacionales, todos se dieron febrilmente a la forestación. En el año 2005 ya estaba forestada una superficie de 730 mil hectáreas, o sea que se había llegado al 50% de las tierras aptas para este fin. En aquellos tiempos hicimos cientos de entrevistas a personas y empresas que estaban forestando. Se fundaron empresas inversoras para comprar campos y forestar.

Después de los años 90 comenzó la exportación de troncos de eucaliptos a casi todo el mundo, unos para producir celulosa y otros para aserrar. Recordamos haber publicado una estadística que informaba de la exportación de 158 mil toneladas de troncos. Ya en el año 2000 salían “palitos”, pero también gruesos troncos con más de 10 años de crecimiento para aserrar. Recordamos a una joven vietnamita que en años pasados visitaba tres o cuatro bosques para elegir uno por uno los eucaliptos que compraba, luego contrataba contenedores, llegaban por ferrocarril al puerto y los embarcaba para su país donde los destinaban para fabricar muebles que luego exportaban para Alemania. Hoy se sigue avanzando en la forestación, se están exportando troncos y chips, siendo actualmente China el principal comprador de nuestros pinos.

La madera tiene un uso masivo y diversificado. Según Luis Anastasía la madera es un recurso renovable del que derivan 10 mil productos cuyos potenciales sustitutos consumen más energía, son contaminantes y no renovables.

Diario EL PAIS -  Montevideo .  URUGUAY .  04 setiembre 2017