economia.grafMal destino de mayores ingresos

El error de gastar a manos llenas sin medir las consecuencias, acentuada por el Frente Amplio especialmente en el período presidencial de José Mujica (2010-2015), es la génesis de las actuales tribulaciones de la economía. La bancada oficialista vuelve a tropezar con la misma piedra al pretender incluir en la Rendición de Cuentas una “cláusula gatillo” que habilite aumentar gasto público de mala calidad, a expensas de un déficit fiscal que amenaza costarnos el grado inversor. Todos los sectores coinciden en el procedimiento, aunque el del ministro de Economía, Danilo Astori, es levemente más cauteloso que el Movimiento de Participación Popular (MPP), que lidera Mujica.

El MPP, fiel a su historia, quiere que se vuelque a la educación y la salud todo lo que ingrese por encima de un crecimiento de 2% del Producto Interno Bruto (PIB).

Como la mejoría del PIB puede alcanzar al 3,3% este año, según la última Encuesta de Expectativas de El Observador, la posición del MPP es una forma segura de agregarle automáticamente en 2018 más del 1% del producto a sectores que se tambalean por deficiencias de gestión más que por falta de recursos. Asamblea Uruguay liga seguir aumentando el gasto público a que este año se reduzca el actual déficit fiscal del 3,3% del PIB, resultado altamente improbable ya que los expertos que El Observador consulta mensualmente sitúan el cierre de 2017 en 3,5%. Los legisladores oficialistas también quieren gastar en las mismas áreas ingresos no previstos que puedan aparecer si UPM finalmente instala una nueva planta de celulosa.

Los sectores que promueven este camino de impericia económica, con el MPP a la cabeza, no parecen tomar en cuenta que el déficit fiscal es el mayor problema macroeconómico que enfrenta el país. Astori ha reiterado la urgencia de bajarlo, necesidad que muchos de sus correligionarios relegan al afán gastador sin tener en cuenta los peligros que conlleva. Las principales calificadoras de riesgo de deuda mantienen el grado inversor que Uruguay reconquistó trabajosamente y hasta algunas lo han mejorado levemente. Pero todas coinciden en la advertencia de que es imperativo reducir el déficit para que el país mantenga una calificación de la que depende atraer inversiones y el acceso al crédito a tasas bajas de interés.

Como tantas iniciativas equivocadas en torno a la Rendición, la aprobación del intento de aumentar gastos en la peor forma imaginable depende de que la bancada frenteamplista logre en la Cámara de Diputados el voto que le falta para llegar a la mayoría, perdida cuando Gonzalo Mujica abandonó la alianza de izquierda. El oficialismo confía en que, a diferencia de lo ocurrido con otros artículos, lo acompañe en este caso el solitario diputado de Asamblea Popular, Eduardo Rubio. Pero la estabilidad económica del país exige que prime un realismo y sentido común que unifique a toda la oposición para frenar esta nueva incursión en el gasto desorientado. El jefe de la bancada oficialista de Diputados, Jorge Pozzi, defendió como un “éxito” el anterior recurso a este tipo de “cláusula gatillo” desde que el Frente Amplio llegó al poder. Presumiblemente el éxito que ensalza Pozzi, misterioso y más bien dudoso, fue el aumento de la deuda pública y de más del 200% del déficit desde cuando estaba en el 1% del PIB, producto directo de la generosidad desaprensiva en el manejo de los recursos fiscales. Y si “gastar más” es un éxito, pues poco futuro le queda a este país.

Diario EL OBSERVADOR - Montevideo - URUGUAY - 25 julio 2017