educacion computadorasBuen paso para el Interior y el país

La reciente inauguración en Paysandú de las instalaciones de la sede de la Universidad Tecnológica (UTEC), que permite aumentar la oferta educativa a nivel terciario, constituye una buena noticia en el sombrío panorama que presenta hoy la educación en el Uruguay, que no se debe solo a problemas de infraestructura, aunque es uno de los problemas a superar.

En el caso que nos ocupa, con la presencia de autoridades de la educación pública, fueron inauguradas las instalaciones de este centro docente, lo que permite dar otro marco a la licenciatura en Análisis de la Alimentación y un mejor potencial a las carreras y cursos tecnológicos y técnicos que se ofrecen en Paysandú.

En el acto de inauguración, la coordinadora de la carrera en Paysandú, Quím. Farm. Anabella Estévez, recordó que se trata de un proyecto que se inició en 2007 con el Tecnólogo Químico, haciendo mención a esta tecnicatura de nivel terciario que fue coordinada por la UTU y la Universidad de la República y dio paso a esta licenciatura en la UTEC.

Evaluó que el objetivo implica “un apoyo para las empresas y el agro con tecnología” avanzada, y que esta licenciatura dará “un título universitario a los tecnólogos para brindarle también mejor calidad de vida y de estudios” mediante lo que definió como “laboratorios superequipados”, que van a estar al servicio de la industria regional.

A su vez, para el presidente del consejo de UTEC, ingeniero Pablo Chilibroste, este fue un logro de varios factores, al destacar la presencia de los tres diputados sanduceros “porque tuvimos el apoyo y aliento de los parlamentarios” para llevar adelante la propuesta de la nueva universidad, a la par que agradeció “al intendente Guillermo Caraballo y por él al Congreso de Intendentes, que apoyaron la idea que planteó el expresidente José Mujica y todos los intendentes acompañaron”.

Corresponde traer a colación que la UTEC está dividida en subsedes, al desarrollarse carreras de nivel terciario también en Río Negro, Durazno y Rivera, con el común denominador, que también incluye a Paysandú, de estar ubicados a cientos de kilómetros de Montevideo, como debe ser, para no solo descentralizar en las palabras, sino además en las acciones, de lo que este emprendimiento es solo un eslabón, pero valioso al fin.
Es decir, que no se trata de generar una ruleta de cursos para que al que le toque le toque, sino que cada región del país debe ser evaluada en un contexto de realidades y necesidades, y por lo pronto poner atención en ofrecer oportunidades de inserción laboral que conlleven que no solo se capacite para lograr formación profesional, sino estar en condiciones de una inserción en el esquema socioeconómico regional, con sus particularidades, fortalezas y carencias.

Debe tenerse presente además que Chilibroste fue durante varios años director de la Escuela Experimental Mario A. Casinoni (Eemac) de la Facultad de Agronomía, donde hace poco tiempo se incorporó un polo regional de formación e investigación focalizado a la realidad de la región y el país en un aspecto vital como es la producción de esencia agropecuaria.

El jerarca hizo hincapié en este aspecto, y destacó también el polo regional --o “los polos”, como dijo-- que se complementa en Paysandú con el agroalimentario de la UdelaR instalado en la Eemac, los cursos técnicos terciarios de UTU y esta carrera de UTEC.

Precisamente la importancia de contar con apoyo tecnológico que permita potenciar las áreas de producción agropecuaria, elemento fundamental para la exportación pero a la vez para responder a las exigencias de los mercados compradores, fue ratificada por el presidente del directorio del Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), ingeniero Fernando Fontán, quien calificó como “un orgullo tener una infraestructura como ésta, que me hace acordar a lo que tenemos en el LATU”, y aseguró que el uso de estas tecnologías “genera un derrame a la sociedad y las industrias”.
Agregó que el equipamiento actual --al que aún no se sumó la donación de China-- “será importante para que genere mejores condiciones en la producción para llegar a los mercados más exigentes del mundo”, afirmando que “Uruguay debe duplicar su capacidad productiva y también debe hacerlo con seguridad alimentaria”.

Más allá de las carreras tradicionales, paralelamente a un objetivo integral --que todavía sigue ausente--, es de recibo que se formulen carreras cortas universitarias y de otro carácter que permitan que no siga incrementándose la brecha con el mundo desarrollado en generar técnicos y mano de obra calificada para los polos de desarrollo que necesita el país, para que los inversores que crean fuentes de trabajo genuinas tengan la posibilidad de contar con recursos humanos e infraestructura a tono con las necesidades de un país que no puede ser solo un exportador de materias primas, sino que debe además incorporar valor agregado y tecnología para estar al día con los mercados.

Estos cambios en la matriz productiva no pueden ser logrados de un día para otro, sino que se van sumando ladrillo a ladrillo, con formación de trabajadores que se alterna incluso con pasantías y alternativas laborales en empresas del medio, que en el caso de Paysandú ya ha empezado a fructificar en acuerdos con la UTEC, como es el caso de Azucarlito y Pontevedra.

Bueno, en gran medida de eso se trata, a cuenta de dotar de mejores instrumentos a los jóvenes y fuerza productiva del Interior, porque todavía son muchas las carencias, sobre todo al norte del río Negro, pero sin dudas que la Universidad Tecnológica es un gran avance en este sentido.

Diario EL TELEGRAFO - Paysandu - URUGUAY - 13 marzo 2016