AntwerpenVolcadoAceiteAntwerpen: De la teoría a la realidad

A quejarse ¿a quién?
La empresa Puntas del Arenal, que opera la plataforma Antwerpen para el trasbordo de granos, río arriba de Nueva Palmita, despidió a uno de los cocineros por razones de servicio y a un marinero que denunció varias irregularidades.

El trabajador que denunció “las pésimas condiciones laborales” de la empresa, los accidentes que se producen a bordo en forma cotidiana por falta de medidas de seguridad y el vertido al Río Uruguay de tanques con soja contaminada con aceite, no recibió el apoyo del gremio y terminó despedido. Mientras desde el Estado se escuchan con frecuencia discursos sobre la calidad del trabajo en nuestro país, cuando uno enfoca la lupa la realidad es diferente, y la precariedad, los sueldos en negro, y las exigencias desmedidas alcanzan no solo a los trabajadores independientes, sino también a los agremiados. En algunos casos los gremios sostienen que “no apoyan quijotadas” o sencillamente, dicen, “si no te gusta bajate, porque hay 200 más atrás tuyo para este puesto”.

Es lo que pasa en el Antwerpen, sobre el cual EL ECO viene informando desde hace meses, por las precarias condiciones laborales existentes, los accidentes que se han producido, e incluso la contaminación del río. Sin embargo no hay denuncias del gremio sobre ello. Quienes se quejan o protestan, se quedan sin trabajo.

Mientras tanto, la empresa prefiere el silencio y seguir facturando. Desde febrero a la fecha Antwerpen, ha recibido unas veinte embarcaciones cargadas de soja, que a su vez depositan en las barcazas que llegan desde Paraguay. Esta plataforma, conjuntamente con la Don Miguel -que se fue hace pocos meses-, sirven de “alivio” al puerto de Nueva Palmira, pero al estar en el kilómetro 20 del Río Uruguay, no tiene los controles que sí existen en una terminal portuaria.

Dos despidos
Ambos trabajadores, el marinero y el cocinero, informaron a El ECO de la situación que se concretó la semana pasada. “Fui despedido por razones de servicio, pero no se me explica nada”, señaló Sergio Hermina, al día siguiente de conocer su despido. Al cabo de unos días, le explicaron así su despido: “Me dijeron que era porque un compañero venía del seguro de accidentes, y la decisión administrativa la toma el comando del barco, no la empresa. Ahí decidieron que yo iba para afuera, la antigüedad no importa” .

“A mi tampoco me interesa sacarle el trabajo a ningún compañero. Si es por actitud de trabajo, creo que tampoco lo merezco, pero ya no importa, la explicación fue esa”, señaló.

Hermina es cocinero profesional desde hace 22 años, trabaja desde 1984 embarcado, y tiene licencia de cocina desde el año 1995. Es también un trabajador que no se calla a la hora de reclamar días francos, liquidaciones mal hechas, falta de alimentos para los marineros que llegan del sector estiba cuando viene el convoy de barcazas para descargar, entre otros ejemplos concretos. “El que más reclama es el que primero va para abajo. Y el gremio tampoco puede hacer nada porque tiene las manos atadas. El tema es que a mi me baja el comando del barco. Como siempre los capitanes deciden, toman las decisiones ellos”, señaló.

Otras voces
Por otra parte, El ECO conversó con Carlos Rabino, oficial maquinista, quien durante un año estuvo trabajando en el Antwerpen, y actualmente se encuentra con licencia médica por la tensión nerviosa vivida a bordo de la embarcación. “Tengo mucha responsabilidad a bordo, pero generalmente los implementos que te ofrecen no son ni suficientes ni muchas veces adecuados. Se está trabajando en un ambiente bastante difícil, porque ya no es cuestión de una persona, ya han habido varios afectados, muchos accidentes laborales y accidentes por estrés”.

Según Rabino, la tensión se genera porque “no tenés herramientas y hay que hacer maniobras que son peligrosas, y tampoco tenés los implementos adecuados”. Uno de los trabajos de Rabino es suministrar combustible a las grúas que hay en cubierta, que tienen un pórtico de más de diez metros de altura. “Tengo que subir con la manguera a poner combustible a los motores diesel. Pero si la manguera se revienta o tengo un accidente que contamine la carga, a mi me despiden. Eso fue lo primero que nos dijeron”. Pero ocurre que las mangueras no están en condiciones, están cuarteadas, al límite de rajarse. “Pedimos, hablamos con los jefes y estamos en veremos. El día que esas mangueras se rompan, el problema va a ser para nosotros, que estamos a cargo de las maquinas”, explicó.

Rabino confirmó algo que había sido denunciado por el marinero Daniel Estín: “Zapatos te dan pero están usados, pasan seis meses sin que te den nada. A mi me dieron un mameluco solo porque lo pedí, porque a cada barco que voy me llevo ropa de trabajo y calzado para los primeros días. Pero te tienen que dar y no me dieron, zapatos no me dieron, me quedé con los míos. Recién hace poco nos dieron otro mameluco más, un par de zapatos de trabajo y una campera”. “Después el tema de la alimentación y la higiene, son bastante lamentables”, afirmó.

Como maquinista naval, Rabino contó que “el trabajo depende de la patente que tengas. Mi patente es segundo oficial pero realmente estoy trabajando como tercer oficial, porque es un barco muy grande y deteriorado”-

“En este barco hay dos grúas que mantienen viva la operativa del buque, que es una plataforma de transferencia de granos. Vienen barcazas del Paraguay, empujadas por un remolcador, y hay unas grúas en el barco nuestro que con unos grapos sacan la soja de las barcazas y la ponen en las bodegas del barco. Y después, , sacamos la soja de nuestro barco y la depositamos en un barco de ultramar”.

Rabino afirmó que “esas dos grúas tienen que estar siempre funcionando, ya que se pierde mucho dinero si por cualquier eventualidad, como rotura o mantenimiento, las grúas quedan paradas. Cuanto menos queden paradas, mejor. Esa es la filosofía que tiene la empresa”, explicó.

Pero, según su opinión, esas máquinas no están preparadas para aguantar tantas horas de trabajo. “Gay sistemas hidráulicos complicados, las mangueras hidráulicas trabajan con presiones muy altas, se están rompiendo y nunca hay tiempo para parar y hacer una buena limpieza, un buen mantenimiento. Siempre estás remendando y pasas el día nervioso”.

Además, los arneses que le dan al personal para seguridad, según Rabino, “están deshechos. Te dan un arnés que está cosido, que no está en condiciones”, cuando esos son los elementos que sujetan al trabajador para que no se caiga.

Rabino está preocupado por el estado de estrés nervioso en que quedó, luego de bajar del barco el pasado 27 de mayo.

Cronología de un desastre
-En la segunda mitad de 2014 se sumó la plataforma Antwerpen al Don Miguel.
-4 de setiembre de 2014: EL ECO denunció que había conflicto por falta de alimentos y elementos de limpieza.
-12 de diciembre de 2014: Una docena de tripulantes de la plataforma de trasbordo Antwerpen se declararon en conflicto como consecuencia de incumplimiento en el pago de haberes, sueldos mal liquidados y retraso en la firma del convenio laboral.
-25 de marzo de 2015. Un trabajador cayó de la plataforma, de casi tres metros de altura y tuvo que ser trasladado al hospital de Nueva Palmira por agua, distante 15 kilómetros. Es el quinto accidente en pocos días y los trabajadores reclaman medidas de seguridad a la empresa
-3 de abril de 2015. Unos treinta trabajadores embarcados en la plataforma Antwerpen, se quedan sin suministros alimenticios, y no obtienen respuesta de la empresa respecto a cuando recibirán una nueva partida de provisiones.
-25 de mayo. Un marino mercante denunció ante el Ministerio de Trabajo la falta de seguridad laboral, higiene y alimentación de parte de las empresas que aportan el personal al Antwerpen. Pero sobre todo, los problemas de seguridad que generaron múltiples accidentes laborales y diversas irregularidades sobre las que el gremio mantuvo silencio.
-31 de mayo. Un trabajador quedó colgado de su arnés de seguridad a 18 metros de altura, cuando realizaba maniobras en la plataforma de transbordo.
El hecho se produjo cuando el trabajador se encontraba con un compañero enganchando una de las tolvas, a 18 metros de altura, y la plataforma que sirve de descanso de la escalera se desplomó completamente, en el momento que el trabajador apoyó los pies para bajar a la cubierta del barco.
-7 de junio. El marinero mercante Daniel Estín denuncia que la empresa naviera Puntas del Arenal S.A, arrojó al Río Uruguay, en el mes de febrero, varios tanques de doscientos litros conteniendo soja contaminada, a raíz de una pérdida de aceite, los que corrieron río abajo, hacia Nueva Palmira. El incidente no fue denunciado por el gremio.

Semanario EL ECO -  Nueva Palmira -  URUGUAY - 24 junio 2015