tren con hilados bolivianosHerramienta: Es idónea para desarrollar la integración
Ferrocarril: un transporte con proyección regional

Tenemos un puerto al que llegan las seis más grandes navieras del mundo: flexible, con fletes ventajosos, puerto libre, ideal para traer por ferrocarril cargas desde Bolivia, Paraguay y, sobre todo, desde Río Grande. ¡Armemos pues el negocio con visión europea!

EMILIO CAZALÁ Hace 32 años fuimos testigos del arribo de hilados de algodón boliviano llegados por ferrocarril en tránsito al puerto de Montevideo para embarcar hacia Inglaterra. Y esto lo extrapolamos a la reciente exhortación del Gobierno de Lituania a conformar con empresarios de países vecinos un servicio ferroviario privado para establecer un corredor de transporte entre el Mar Báltico y el Mar Negro, lo cual parece ser una idea bien racional. Esto tiene que ver con los puertos y con Montevideo. Pero por más vueltas que se le dé al asunto, hay que entender que fueron los españoles quienes hace 240 años descubrieron que los puertos del mundo en rutas comerciales atrayentes para sostener sus intereses eran apenas una docena y entre ellos estaba Montevideo en el Atlántico Sur. Solo a este milagroso enclave geográfico-marítimo podía llamársele puerto natural -lo decían ellos mismos- porque, además de estar protegido dentro de una bahía, era de aguas profundas, lo que daba seguridad y buen acomodo a barcos y tripulantes, además de repuestos para continuar viaje a otros destinos. Por eso, en 1776 decidieron instalar en Montevideo el famoso apostadero naval que fue asiento para toda la armada naval española. Seguramente el Prof. Bernardo Quagliotti de Bellis podría explicarlo más ajustada y certeramente.

Después vino el puerto de Santos, que es por donde está saliendo la riqueza de Brasil y todos sabemos que es insuficiente y vive en permanentes congestionamientos portuarios, donde las líneas navieras del mundo pierden millones de dólares por las demoras ocasionadas, y otras veces siguen para Montevideo donde dejan la carga porque a Buenos Aires no pueden entrar con ella por falta de suficiente profundidad de aguas. La idea de buscar soluciones para ampliar los negocios regionales y superar dificultades las trajeron los empresarios hace un siglo, por lo menos en esta parte sur de América con el ferrocarril, punto que deseamos resaltar hoy.

Establecieron un frigorífico en Santana do Livramento, la carne venía por ferrocarril y la embarcaban a Inglaterra por el puerto de Montevideo. Y hoy día hay que decir que Río Grande del Sur está más cerca de Montevideo que de Santos, un tema que debemos entender y tener presente. Solo los empresarios, por su creatividad, son los que generan negocios y siempre los están optimizando, buscando reducir tiempos, costos y solucionando temas de logística y multimodalismo. El ferrocarril con visión regional puede resultar un buen negocio, así lo busca Letonia que está invitando a Azerbaiyán a participar en ese corredor ferroviario entre el Mar Báltico y el Mar Negro, seguramente entre los puertos de Klaipeda en Letonia y Odessa en Ucrania, y lo exhorta a unirse al ya existente corredor con los ferrocarriles de Bielorrusia y Ucrania.

Sobre este tema, el ministro de Transporte de Lituania dijo que el actual movimiento de mercaderías en contenedores en tránsito entre su país y Azerbaiyán había aumentado un 42% con respecto al año 2012, la mayor parte de las cuales eran alimentos.

El ministro lituano invitó entonces a los empresarios a establecer centros logísticos, instalar compañías en zonas francas de Klaipeda y destacó que empresas ferroviarias de Moldavia, Rumania y Bulgaria ya estaban participando del proyecto. Es un buen ejemplo a seguir.

Algún día en Uruguay tendremos que pensar, más que en AFE, en un buen negocio ferroviario regional, por ejemplo incluyendo a Río Grande del Sur, conectado a Montevideo para mover contenedores. Lo atractivo es que a Montevideo llegan todas las semanas barcos portacontenedores de las cinco empresas navieras más grandes del mundo, y el nuestro es un puerto eficiente y confiable; lo más seguro es que por esa misma razón los fletes sean más convenientes desde Montevideo que los ofrecidos por las mismas empresas en Brasil.
BRASIL.

El hecho es que Brasil tiene 200 millones de habitantes y la mitad vive a no más de 200 kilómetros de la costa, de ahí la importancia de su flota de cabotaje, aún no suficiente para atender sus propias necesidades. Está bien y lo aceptamos, pero día a día Brasil está avanzando hacia el interior y esto tiene relación directa con la generación de electricidad y con el desarrollo industria, así que hay que volver al ferrocarril.

Y en materia de ferrocarriles, Brasil, con tamaño de continente, tiene 29 mil kilómetros de vías férreas, o sea un poco menos que Francia que es 13 veces menor. Los puertos brasileños están todos congestionados, a menudo con paros y huelgas, no son muy eficientes ni muy apetecibles para sacar exportaciones; a muchos de ellos les faltan dragados, los que no hacen por costosos; a menudo se pierden los vagones vacíos en los apartaderos y en los propios puertos.

Pensamos que un ferrocarril uruguayo sería una muy buena opción para Brasil en sacar cargas por el puerto de Montevideo, para nosotros, para el Uruguay (no para AFE), para el negocio ferroviario, para que todos ganemos dinero. Un tema que hay que estudiar.
BOLIVIA.

Nosotros recordamos cuando a partir de febrero de 1983 comenzaron a llegar al puerto de Montevideo trenes de 6 y 8 vagones con hilados de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, para reeembarcar hacia Inglaterra en el barco “Browning” tras recorrer unos 2.400 kilómetros, y fueron varios los trenes arribados hasta que un día este movimiento desapareció, seguramente por incumplimientos ferroviarios.

Estos hilados de algodón se estaban embarcando por Santos, pero debido a los costos elevados y congestionamientos de ese puerto se optó por Montevideo. El tren de vagones argentinos era tomado en Salto Grande por una locomotora de AFE. También fueron varios los trenes que hace unos 25 años salieron del puerto de Montevideo rumbo a Asunción llevando mercaderías norteamericanas, en uno de cuyos convoyes viajó para optimizar el transporte el agente marítimo Jorge Rohr, originador del proyecto. Es decir, el ferrocarril funciona con visión regional, no con la actual.

Diario EL PAIS -  Montevideo -  URUGUAY - 24 noviembre 2014