puerto-de-aguas-profundas Melli inAire para el puerto de aguas profundas

En medio de tanto deambular improductivo en torno al puerto de aguas profundas, es más fructuosa, si camina, la idea gubernamental de lotear la utilización de la proyectada terminal entre Estados y empresas del exterior que puedan estar interesados. El gobierno proyecta licitar sectores del puerto en Rocha antes de que termine el período del presidente Mujica, empeñoso pero hasta ahora frustrado impulsor de esta obra de gran envergadura. Fuentes de Presidencia y de la cancillería informaron a El Observador que, pese a planificarse concesiones de uso por 30 años, las sumas que podrían recaudarse no alcanzarían para financiar todo el proyecto. Pero permitirían ponerlo en marcha, dejándole al próximo gobierno la tarea de completarlo.

Las fuentes a que se recurriría en las licitaciones son muchas, con diferentes grados de perspectivas de concreción. El gobierno de Paraguay le expresó a Mujica su interés en utilizar el puerto como salida al mar para su comercio exterior. El presidente ha indicado, sin dar detalles, que Brasil es otro candidato, pese a que la terminal competiría con Santos y otros de los principales puertos norteños. Luego de reunirse recientemente con Vladímir Putin en Brasil, Mujica aseguró que el presidente ruso se interesó. Pero la participación rusa es aún incierta, dependiendo de la reacción que una misión técnica y gubernamental uruguaya logre cuando presente planes detallados en una próxima visita a Moscú. También se menciona a China, pese a que parece haber quedado en la nada su prometida intervención en esa otra gran obra pendiente de infraestructura que es la recuperación del sistema ferroviario. La posibilidad china para el puerto se basa ahora en el anuncio de su presidente, durante su gira latinoamericana, de que el coloso asiático inyectará miles de millones de dólares en obras de infraestructura en la región.

En la esfera empresarial extranjera se destaca el consorcio minero indio Aratirí. Pero su presencia está en el aire, mientras se siguen discutiendo garantías ambientales y en otras áreas para su postergado proyecto de invertir US$ 3.500 millones en la explotación de hierro en la zona de Valentines, en Treinta y Tres, que incluye el tendido de un largo mineroducto desde los yacimientos hasta el puerto de embarque de su producción, en Rocha. El régimen previsto establece que la propiedad de la tierra queda en manos del Estado uruguayo, en tanto quienes adquieran espacios podrán explotarlos para su comercio. Es similar al existente en el puerto de Montevideo con la firma belga Katoen Natie, cuya terminal maneja exitosamente el trasiego de contenedores desde hace 13 años.

Está aún pendiente de concreción la participación de Estados y empresas extranjeras. Pero por lo menos va tomando cuerpo un procedimiento con mayores visos de viabilidad, si se confirma en la práctica el interés que gobernantes de otros países le han expresado a Mujica y se cierra finalmente el contrato con Aratirí. En caso de que así ocurra, Mujica, fracasado en la reforma de la atrasada educación pública, en la recuperación del ferrocarril, en la reforma del Estado y en tantos otros proyectos importantes, por lo menos dejará en comienzo de construcción una obra que puede convertir a Uruguay en centro portuario regional, que ayudará al desarrollo y nos protegerá de las restricciones que nos ha impuesto Argentina en esta área.

Diario EL OBSERVADOR -  MonteviDeo -  URUGUAY - 26 julio 2014