conchillasConchillas, un singular e histórico pueblo de Colonia

Conchillas, pintoresco e histórico pueblo de Colonia, es uno de esos rincones del Uruguay que nos demuestran por qué cada vez son más las personas que cambian el este por el para nada lejano oeste del país para hacer turismo.

Con más de 131 años y apenas 400 habitantes, esta pequeña localidad coloniense que en su momento incluso supo tener su propia moneda, hoy se revela como una invaluable joya natural que invita al redescubrimiento. Sin más, a continuación te presentamos algunas de las grandes singularidades de Conchillas, su nutrida historia y sus mayores atractivos.

 

Orígenes e historia de Conchillas, un pueblo de fuerte arraigo británico
Entre las tantas posibilidades que Colonia ofrece en relación con el turismo histórico y cultural, Conchillas sobresale como una de las más destacadas. Y es que su propia naturaleza le hace única, como hemos referido: se fundó el 24 de octubre de 1887, sus habitantes apenas superan los cuatro centenares y difícilmente les vemos o escuchamos en las redes o las noticias.

Sin lugar a dudas, Conchillas es un destino tan atractivo como excepcional. Se ubica en la región central y oeste del Departamento de Colonia, junto al arroyo que le sirve de nombre y a 7 kilómetros de la Ruta 21 y el Río de la Plata. Además, está a solo 40 km de la hermosa Carmelo y a 50 km de la movida capital, Colonia del Sacramento.

No obstante, si hablamos de sus raíces, entonces sí es necesario enfrentar la lejanía e incluso cruzar el verdadero gran charco, pues la historia y el nacimiento de Conchillas está íntimamente ligado a las tierras británicas. De hecho, el pueblo es ocasionalmente referido como una antigua gran industria inglesa con un origen que impide no hablar de la compañía C. H. Walker & Co. Ltd.

De este modo, a principios del 1880, el génesis de la localidad surge a partir de la necesaria construcción de un nuevo puerto de piedra en Colonia que beneficie a Argentina y que capaz de competir con los de Montevideo y Río de Janeiro. La compañía inglesa C. H. Walker & Co. Ltd sería la encargada de emprender la obra y al poco tiempo, comenzó a llegar la mano de obra. Inmigrantes británicos en su mayoría, pero también griegos e italianos, búlgaros y aún esclavos africanos e indígenas para las tareas de mayor dificultad.

En este sentido, el surgimiento de los primeros establecimientos y viviendas en torno a la gran obra del puerto no tardó en aparecer. En tal intrincado y polifacético escenario, Colonia vio nacer uno de los rincones de mayor diversidad étnica en toda la historia del Uruguay. Si se presta atención a la arquitectura y el paisajismo de este pueblo, ciertamente rico y proteccionista en tradiciones, se puede rastrear este pasado, tal como sugiere cualquier guía de viaje a Conchillas. Así lo refieren los antiguos hogares, pintados de amarillo y de techos de zinc a dos aguas en color rojizo, con gruesas paredes de piedra sostenidas en cal y barro.

Con el asentamiento de la población en auge, la empresa británica fue extendiendo su imperio colonial, transformando la región con algunas de las primeras máquinas de la modernidad, chimeneas y vigas de tren. Junto con la llegada del siglo XX a la vuelta de la esquina, nacía entonces la localidad de Conchillas.

Qué ver en Conchillas
Uno de los mayores atractivos que ver en Conchillas son, justamente, estas históricas construcciones, las casas de los inmigrantes que poblaron el lugar y el Hotel Conchillas, inaugurado en 1911, con el que se compone este Monumento Histórico Nacional del Uruguay.

Aquí todavía se puede encontrar algún ejemplar de la legendaria moneda de la familia Evans, fabricada por la progenie inglesa que se convirtió en la moneda de Conchillas y que llegó a ser aceptada en varias otras regiones del país, un dato que hoy pocas personas conocen y que siempre resulta sumamente curioso. Esta moneda llegó a ser tan importante en el intercambio de bienes y servicios que los salarios llegaron a pagarse con ella.

La familia que, como dijimos, tuvo un rol protagónico en la historia de Conchillas, también dejó otro de los emblemas más icónicos del pueblo: la Casa Evans y Cía. Desde 1911 fue elemental en el comercio uruguayo, marcando el rumbo en términos de exportación de cereales, cuero, ganado, lana y madera, entre otros, así como también en la importación de maquinaria moderna para la agricultura, el sector automotor, comestibles, indumentaria, mobiliario y muchos otros bienes. La Flor del Uruguay, un barco de gran tonelaje de la familia, es otro ejemplo de la gran bonanza del oeste oriental.

La Iglesia Anglicana, símbolo de la vivencia religiosa inglesa por excelencia, es otro de los grandes sitios turísticos de Conchillas. Su estilo arquitectónico es el típico inglés, aunque con algunos exotismos, como el pórtico adosado entre sus bajos muros de piedra.

En cuanto al centenario Hotel Conchillas que referíamos, se trata de un antiguo pero eficiente edificio en muy buenas condiciones que habría sido erigido alrededor de un tradicional patio en forma de «U», con un amplio parque de árboles nativos y extranjeros, junto a las canchas de bochas y tenis, fiel a sus raíces. Este hotel fue construido para hospedar a la élite de la empresa y tenía capacidad para unas 200 personas.

A cinco kilómetros del pueblo se encuentra el Puerto de Conchillas, fundamental para el surgimiento de la localidad a comienzos del 1900 e igual de importante para la construcción de la planta de celulosa de Montes del Plata en 2011. El puerto y sus zonas aledañas constituyen un balneario realmente mágico que hasta hoy sostiene el eco de aquel espléndido momento en el siglo pasado.

En relación con su peculiar nombre, Conchillas es bautizado en función del exuberante valor arqueológico de sus tierras, donde abunda este complejo material fósil en todas sus canteras. Y en este sentido, también destaca su entorno, asombrosamente natural y de inmenso valor ecológico.

Es que Conchillas está rodeado de algunas de las pocas zonas que aún se conservan en estado salvaje, en un entorno agreste de tupidos montes indígenas, con paisajes autóctonos que llegan a emocionar. Los montes de Conchillas son hectáreas y hectáreas de naturaleza pura, donde la contaminación encuentra resistencia.

Todo este entorno tan alejado del aturdimiento de la ciudad hacen que, por ejemplo, en las noches despejadas se llegue a ver el extremo opuesto, la ciudad de Buenos Aires, con sus estruendos, brillos y vapores.

Finalmente, las playas fluviales con aguas del Arroyo San Francisco son ideales para disfrutar en verano, nadar, bañarse y practicar deportes náuticos. Además, este estratégico punto es un paraíso para la pesca, más allá de que cuenta con un importante atracadero de yates en sus inmediaciones.

De un tiempo a esta parte, Conchillas viene presentando razones más que justificadas para promover la descentralización del turismo en Uruguay y promoviéndose como nuevo centro turístico, especialmente para quienes gustan de la tranquilidad que solo el contacto con la naturaleza nos sabe obsequiar, la pesca y el turismo histórico en particular.
Y no podíamos estar más de acuerdo. Conchillas es una verdadera perla cuyo redescubrimiento se nos presenta sencillamente inevitable.

COLONIA YA - URUGUAY - 05 noviembre 2018