bergman sergioSergio Bergman y un obstáculo complejo

El ministro de Ambiente de la Nación, Sergio Bergman, estaba invitado a participar el 8 del actual en una marcha de protesta, en la ciudad de Gualeguaychú contra la pastera de la empresa finlandesa UPM, que opera en territorio uruguayo, sobre la costa del río Uruguay. Después de sugerencias provenientes de lo más alto del Gobierno, el ministro finalmente no concurrió al esgrimir razones personales. Fue lo acertado. Pese a ello, visitó Gualeguaychú apenas cinco días después de la referida movilización.
A lo largo de la última década, los resultados concretos del monitoreo del río que está a cargo de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU) no han lamentablemente tomado estado público. No han sido transparentes como debieron siempre haberlo sido, posiblemente como consecuencia directa de la sospechosa y constante negativa de las autoridades argentinas a dar a conocer abiertamente tales resultados. Se supone que esto podría haber sucedido porque ellos demostrarían inequívocamente que la planta no sería contaminante, como algunos aún alegan. Y porque los sucesivos gobiernos del matrimonio Kirchner habían transformado, a su manera, el reclamo de los ambientalistas de Gualeguaychú en una bandera política y populista más del relato.

Lo primero que se impone es dejar de lado las actitudes populistas y, de una vez, abrazar la verdad. Esto supone dar a publicidad la información ambiental que ha sido obtenida ya por las dos partes y que debería estar disponible para todos, sin más demoras. Porque es obvio que ella contiene la primera señal válida, esto es, científica, de lo realmente sucedido con la operación de la pastera, hasta ahora. Ocultarla es desleal hacia todos los argentinos y uruguayos, por igual, además de vergonzoso. Revelarla sería, entonces, el primer paso hacia poder dejar atrás, con buena fe, la torcida opacidad pasada.

La información disponible no debe continuar siendo tratada como si ella fuera una suerte de secreto de Estado. Sería, además, traicionar la voluntad de mantener una relación fraterna normal con la vecina Uruguay, expresada personalmente en el país hermano por Mauricio Macri, y mantener las torpes rispideces que caracterizaron a la gestión externa de los gobiernos kirchneristas. Uruguay no se opone a que se haga pública la información ambiental disponible. En rigor, las trabas han estado siempre de nuestro lado y ya es hora de que ellas desaparezcan.

Es imprescindible fomentar la transparencia y conducir el diálogo bilateral desde la sinceridad y no desde manipulaciones arbitrarias de la información relevante.

Diario LA NACION .  Buenos Aires .  ARGENTINA - 26 mayo 2016