botnia mantenimientoEn las actas de la Caru está la prueba del carácter contaminante de UPM Botnia

EL ARGENTINO viene publicando una serie de actas vinculadas con los ingresos al monitoreo ambiental a la planta de UPM Botnia, donde se verifica el carácter contaminante de esa industria. Pese a ello, todavía ningún funcionario argentino ha hecho algo sustancioso para evitar que se siga cometiendo un grave delito para la salud humana y del entorno como es la contaminación industrial.   

Continuando con estas publicaciones, ahora se dan cuenta de las actas vinculados del segundo y al séptimo ingreso a la letal planta de UPM Botnia por parte de quienes llevan adelante el monitoreo.
El 25 de julio de 2011 se hace el segundo monitoreo a UPM por parte del Comité Científico de la Comisión Administradora del Río Uruguay (Caru), guiados por personal de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) del Uruguay y supervisados por personal de la pastera contaminante UPM.
De acuerdo al Acta al que accedió EL ARGENTINO, por la Dinama participaron Silvia Aguinaga, Catalina Menini, Ángela Munné, María José del Campo y Juan Pablo Peregalli.

Por la Caru participaron Alberto Nieto, Eugenio Lorenzo y Esteban Lyons.
Y por UPM, Gervasio González y Valentina Vignola.
En esta segundo “excursión” a la planta, los técnicos no encontraron ninguna anomalía en las inspecciones que se realizaron en la canaleta Parshall de la pastera. Pero sí denunciaron algo grave: el vertido de UPM excede la normativa Caru con respecto a la temperatura de los efluentes y la pastera lo hace a 31,81° grados cuando el promedio no debe superar los 20° grados.

Los monitoreos ambientales no arrojan mayores novedades hasta el cuarto ingreso a la planta que se produjo el 4 de octubre de 2011. Si bien en todos los ingresos se observó el exceso de la temperatura del efluente que va al río Uruguay, la particularidad de este cuarto ingreso registró que UPM tampoco cumple con la normativa vinculada a los fenoles.

El 28 de noviembre de 2011 se realiza el sexto monitoreo ambiental a UPM, donde se realizó una inspección ocular de las piletas de pluviales existentes en el predio de la planta, “también acorde en el numeral 7.3” del procedimiento estandarizado por ambas delegaciones.
En esa acta se indica que “no se detectaron situaciones anómalas a simple vista”. Pero, también se dejó constancia que “fue detectada una descarga de apreciable caudal desde la pileta de pluviales N° 4 (estimada preliminarmente en 170 litros por segundo, visto que no existe en el lugar instalaciones prevista para la medida de caudal), se procedió a tomar muestras de dicha pileta”.
En esta acta también se comprueba que la planta no cumple con el estándar Caru para la temperatura del agua, dado que UPM envía al río Uruguay sus efluentes a una temperatura de 33°, cuando el promedio debe ser de 20°.

El 20 de diciembre de 2011 se hace el séptimo ingreso a la planta y se hace la misma observación con respecto a la temperatura del efluente, además de constatarse que UPM tampoco cumple con los parámetros para los fenoles/sustancias fenólicas.

El 30 de enero de 2012 se hace el octavo ingreso para el monitoreo y se vuelven a detectar las anomalías e irregularidades ya apuntadas. En esta jornada se le agregan dos irregularidades más: UPM no cumple con el estándar para grasas y aceites y se excede con las emisiones de fósforo (hay que tener en cuenta que el río Uruguay ya está excedido en fósforo y para males se le suma la contaminación pastera).
En resumen, de las actas que obran en poder de la Caru se constata varias violaciones a la normativa vigente.

La propia cancillería argentina sostiene que se han violado los siguientes parámetros:
1) La temperatura de los efluentes.
2) Presencia de fenoles en el efluente.
3) Presencia de fósforo en el efluente.
4) Presencia de níquel y cromo en el efluente.
5) Presencia de endosulfán (que está prohibido su uso en el Uruguay) en el efluente y en los pluviales.
6) Además de exceso de sólidos disueltos en el fluente.

Contextos
Con respecto a la temperatura, el promedio de vuelco de UPM es de 32,16° grados, mientras que la temperatura media del río Uruguay es de 20° grados, es decir, supera en un 60 por ciento lo permitido.
Por eso Uruguay autorizó de manera unilateral a Botnia para que vuelque efluentes hasta un máximo de 37° grados, sin modificar la normativa para el resto de las industrias que sigue siendo de 30° grados.

Alguien podrá sostener que en Entre Ríos la industria puede volcar efluentes a temperaturas de 50° grados, esto es así mientras el receptor no sea el río Uruguay. Por eso ninguna industria entrerriana supera los 20° grados promedio en ese cuerpo de agua.
Con respecto a los fenoles, la Caru tiene en su poder las actas de los muestreos que determinaron contenidos superiores a la normativa vigente, tal como lo demuestran los monitoreos realizados en julio, septiembre, octubre y diciembre de 2011; junio de 2012; enero, marzo, abril, mayo, julio y agosto de 2013, es decir, en once ocasiones sobre 27 que se realizaron a la planta teniendo hasta 2013.

No hay que olvidar que los fenoles son sustancias orgánicas consideradas tóxicas, de acuerdo al Digesto del Río Uruguay.
Otro tanto ocurre con el fósforo, donde UPM supera holgadamente los límites establecidos, que es de 0,025 miligramos por litro y todo efluente que supera ese máximo es considerado contaminante para el río Uruguay.

Con respecto al cromo y al níquel, se detectaron cantidades muy superiores al máximo autorizado, de acuerdo a las actas Caru de octubre, noviembre y diciembre 2012 y febrero 2013, fecha tope que “blanqueó” la cancillería argentina con respecto a los monitoreos. Por ejemplo, con el cromo UPM vuelca más del 400 por ciento que el máximo permitido. Por las dudas que todavía haya algún lector distraído, tanto el cromo como el níquel son sustancias consideradas contaminantes por el Digesto del Río Uruguay.

Con respecto al endosulfán, se detectó en varias oportunidades gran cantidad en una de las piletas de UPM Botnia, tal como están certificados en los ingresos de noviembre de 2012 y mayo, junio y agosto de 2013. Pero más grave aún, es que se encontró endosulfán incluso en el efluente industrial de la pastera (monitoreos de julio y agosto de 2013). Continuando con la lectura de algún distraído, hay que aclarar que no se debería encontrar endosulfán bajo ningún aspecto, puesto que este producto está expresamente prohibido en todo el territorio uruguayo, por ser considerado de alta toxicidad.

Hay más
El carácter contaminante de la pastera no queda limitado a las de por sí ya graves constataciones aquí escritas y que surgen –a su vez- de manera expresa de la documental que está en poder de ambas cancillerías y de ambas delegaciones ante la Caru.
Por ejemplo, UPM arroja 64.559 kilos diarios de sodio; 8.055 kilos diarios de calcio; 4.228 kilos por día de potasio; 517 kilos diarios de silicio y casi 900 kilos por día de magnesio.

Las irregularidades con respecto a la pastera están a la orden del día e incluso las políticas de obstrucción del Uruguay impiden profundizar otros análisis que son considerados esenciales. Se opone porque con esos análisis quedaría más expuesto el carácter contaminante y letal de UPM.
Por ejemplo, el Uruguay se opone y siempre impidió (a pesar de lo acordado en noviembre de 2010 entre Cristina Kirchner y José Mujica) que se hagan estudios a organismos indicadores del río como los bivalvos y peces, como así también de la diversidad y abundancia de plancton.

Además, la delegación uruguaya ante la Caru no presta acuerdo para la instalación de la “sonda perfiladora multiparamétrica” en el Río Uruguay, cincuenta metros aguas abajo del emisario del efluente de la planta, pese a estar acordado en el Comité Científico. Se insiste con una afirmación: toda esta información está en poder de ambas cancillerías y en ambas delegaciones de la Caru, sin embargo, nada se hace y todo se permite.

Para cerrar este informe, una reflexión: si un funcionario tiene en su escritorio las pruebas que se está cometiendo un delito y no hace nada al respecto a pesar de que el contaminar es un crimen muy grave, ¿no implica acaso una violación de sus más elementales deberes públicos como funcionario? ¿Y la Justicia Federal dónde está que el desarrollo sustentable no la puede encontrar?

Diario EL ARGENTINO  -  Gualeguaychú  -  ARGENTINA  -  03 mayo 2015