madera fscA pesar de que el 80% de la tala de árboles en Colombia es ilegal
Crece mercado de la madera certificada

La rueda de negocios de empresarios y compradores de madera se llevó a cabo en Bogotá.
Ocho de diez muebles que hay en los hogares de los colombianos fueron construidos con árboles talados sin los estándares de sostenibilidad medioambientales, pues, según el Banco Mundial, el 42% de la madera que se produce en Colombia es de procedencia ilegal, aunque estudios de WWF, la organización conservacionista internacional, asegura que esta actividad ilícita supera el 80% de la comercialización nacional. El problema radica en que no es fácil saber si la madera es legal y producida de manera sostenible, porque, a pesar de que existen salvoconductos que el Estado colombiano exige a los productores, el comercio ilegal es una actividad criminal que va en paralelo con la tala de árboles. Es por eso que cobra relevancia la certificación internacional Forest Stewardship Council (FSC), que otorga WWF, ya que les garantiza a los compradores que el recurso vegetal fue producido de manera responsable.

Sin embargo, que existan mecanismos que ayudan a detectar los productos amigables con el medio ambiente no significa que el mercado ilegal va a desaparecer, ya que, de acuerdo con fuentes de WWF, certificarse en FSC les cuesta a los empresarios alrededor de $60 millones. Es una problemática que esta organización lucha por cambiar por medio de sus ruedas de negocios, en las que espera conectar a las compañías para que se puedan ahorrar los costos de intermediación y de esta manera hacer rentable este esquema de mercado.

Para Miguel Armando Pacheco Ganoza, miembro de WWF en Perú y Colombia, “antes de las ruedas de negocios, los productores de madera sostenible no tenían contacto con los compradores. Este tipo de eventos creó un espacio para que se encontraran la oferta y la demanda, promoviendo así la producción y comercialización de productos forestales sostenibles en el país y reduciendo el impacto a los ecosistemas y la afectación de los grupos involucrados en la cadena de valor forestal”.

Es un evento que ha tomado fuerza en Colombia, pues en 2012 se negociaron US$160.000 en madera FSC, pero en 2013 se alcanzaron los US$3,2 millones, es decir, un aumento del 1.900%. Adicionalmente, en la cuarta versión de este evento, que se realizó el miércoles pasado, las cifras de WWF indicaron que se esperaba superar los US$6 millones para el final de la jornada.

De acuerdo con Pacheco Ganoza: “El incremento de las negociaciones en los últimos años es una muestra clara de que están creciendo el interés y la participación en los negocios forestales de madera legal, proveniente de fuentes sostenibles, como una estrategia para mitigar la producción ilegal de productos forestales. Por lo que este tipo de iniciativas son relevantes para un país como Colombia, cuya tasa de deforestación es de aproximadamente 300.000 hectáreas anuales, lo que equivale a un territorio del tamaño de Risaralda, y cuya biodiversidad depende del mantenimiento de sus bosques”.

Esto, para Carolina García, miembro de WWF Colombia, “se debe a que los orígenes de la actual regulación forestal se remontan a más de cincuenta años atrás, y el problema es que no existe un régimen forestal unificado. En su lugar hay una pluralidad de fuentes jurídicas que regulan el tema, lo que hace difícil su interpretación y aplicación. En 2006 se expidió la ley que pretendía establecer el Régimen Forestal Nacional, pero la Corte Constitucional la tumbó por no haber sido consultada con las comunidades indígenas. Además de eso los ambientalistas criticaron la ley por considerarla menos proteccionista que la regulación anterior. Por ejemplo, eliminaba la guía de transporte para movilizar madera, uno de los documentos que ayudan a controlar que la madera que circula no provenga de bosques protegidos”.

EL ESPECTADOR  -  Bogotá   - COLOMBIA - 24 setiembre 2014