bosques valencianosLos cuidados del bosque

La Junta, las sociedades y los empresarios de la madera publican un "catálogo de buenas conductas" para realizar los aprovechamientos sin causar daños al ecosistema
J. A. GARCÍA
 Los trabajos forestales relacionados con el aprovechamiento de la madera no suelen pasar desapercibidos por la naturaleza de los medios empleados ni por los impactos dejados sobre el terreno, en ocasiones, nada ejemplares.
Conscientes de que las empresas y los operarios que trabajan en las frondas de los montes pueden desarrollar su actividad con corrección y sin daños, la Junta de Castilla y León, la Confederación de Empresarios de la Madera de Castilla y León, el Centro de Servicios y Promoción Forestal y de su Industria (Cesefor) y la Mesa Intersectorial de la Madera han difundido un "código de buenas prácticas en aprovechamientos forestales y en trabajos selvícolas".

La pretensión es conseguir "una administración y uso de los bosques y de los montes de tal manera y en tal medida que mantengan su biodiversidad, productividad, capacidad de regeneración, vitalidad y su potencial de cumplir, ahora y en el futuro, funciones ecológicas, económicas y sociales relevantes". Todo ello "sin causar daños a otros ecosistemas".

El código, que pretende ser una recomendación, ofrece una serie de pautas de comportamiento que, de seguirse por los agentes implicados en los trabajos, servirán para cumplir el objetivo "de mejorar la gestión forestal y facilitar el acceso al mercado de los productos". El código incide en aspectos relacionados con la vegetación, los suelos, las plagas y enfermedades, los residuos generados, la seguridad laboral y otros valores culturales e incluso faunísticos y ecológicos.

Respetar flora y fauna
Sobre la vegetación aluden a la planificación de cada uno de los aprovechamientos, "localizando previamente vías de arrastre, cargaderos y las zonas más sensibles, así como evitar daños sobre la vegetación remanente, con especial interés sobre especies protegidas y los árboles singulares". Piden respeto "a la vegetación de ribera y evitar, para el desembosque, el cruce de los cauces". Ni qué decir tiene que inciden en la prohibición "de arrojar colillas o cualquier residuo que pueda originar un fuego en el monte", o no realizar hogueras salvo en lugares expresamente autorizados y, en caso de incendio forestal, "avisar inmediatamente a los servicios de prevención y extinción de incendios".

Respecto a los suelos el consejo es dejar "en correcto estado las vías y caminos utilizados tras realizar los trabajos de aprovechamiento, prestando especial atención al mantenimiento de cunetas o pasos de agua que puedan quedar taponadas por tierra o restos". Incluso se afirma que solo se permite la circulación de vehículos "por las vías habilitadas para ello". En el caso de la aplicación de productos fitosanitarios lo más correcto es "evitar zonas de ribera y as áreas protegidas, así como de las captaciones de agua".

Las plagas y las enfermedades son otro aspecto a tener en cuenta. Indican que "durante las labores de aprovechamientos, si se detectan focos de plagas o enfermedades, avisar lo antes posible al Servicio Territorial de Medio Ambiente".

En lo tocante a residuos generados por la actividad forestal piden que se mantenga "el monte limpio tomando las medidas necesarias para el adecuado almacenamiento de envases vacíos", como puedan ser los utilizados como depósito de gasolina, aceite o lubricantes, o residuos no orgánicos como son pilas, tubos o cadenas usadas. La correcta gestión "es llevar estos residuos a los puntos habilitados para su reciclaje o eliminación". Además, aconsejan "el uso de productos biodegradables para la limpieza de la maquinaria y habilitar zonas adecuadas para el repostaje y el mantenimiento de la maquinaria".

Las buenas prácticas también pasan por evitar los daños y tomar medidas "cuando existan elementos de interés cultural como puedan ser restos históricos o prehistóricos, edificaciones, árboles que tengan nidos durante la época de cría, árboles singulares o que aparecen marcados con chapas o pinturas, ejemplares que pretenden conservarse para su contribución al aumento de la biodiversidad o especies protegidas". También se advierte de respetar otras especies de flora, fauna o micológicas "que no son objeto de aprovechamiento". Asimismo los promotores del código de buenas prácticas en el área de los aprovechamientos forestales ponen su mirada en la seguridad y la salud laboral y piden a los operarios "que conserven y mantengan en buen estado los equipos de trabajo y maquinaria porque, con ello, contribuyen a minimizar la emisión de contaminantes y a prevenir los posibles riesgos de incendio".

Diario LA OPINION -  Zamora -  ESPAÑA - 24 noviembre 2014