maderasEl renacimiento de la madera como material de construcción no tuvo lugar hasta el siglo XX
¿La madera ha vuelto para quedarse?

En la construcción siempre ha estado presente la madera, por tratarse de un material con unas propiedades idóneas para su uso estructural de forma inmediata y por ser capaz de satisfacer las necesidades de cerramiento, tanto en fachadas como en cubiertas. La madera, como material para la construcción, ha sufrido las idas y venidas de la modernidad del momento, pero al final siempre vuelve, y parece que esta vez ha sido para quedarse, encontrando definitivamente el lugar que le corresponde. Esto lo sabe muy bien David Baena, arquitecto y CEO de BCQ Arquitectura, que en el marco de Architect@Work, celebrado el pasado mes de febrero en Barcelona, presentó la conferencia ‘La madera que viene’.

 

Laia Quintana
“La omnipresencia de la madera sufrió un batacazo importantísimo con la revolución industrial”, empezó afirmando David Baena. La revolución industrial supuso un declive de la madera, a favor de otros materiales. Ese momento histórico fue el de la aparición del acero y el vidrio, convirtiéndose en representantes de la nueva construcción, más tarde aparecería el hormigón. “Con lo cual, la madera quedó relegada prácticamente a un uso más auxiliar”, explicó Baena. Este parón se produce a mediados del siglo XIX, dejando a la madera en un papel secundario, mientras otros materiales toman el protagonismo.

El renacimiento de la madera no tuvo lugar hasta el siglo XX, como un renacimiento lento y progresivo. Según el arquitecto, y a su juicio, “son tres los elementos o los avances más importantes que han supuesto que la madera coja una relevancia especial”:

    La aparición y el desarrollo de las técnicas de la madera laminada, como elemento que ya es capaz de superar sus propias limitaciones dimensionales, es la que propicia que las estructuras de madera empiecen a coger unas dimensiones ya considerables.
    La aparición de las colas fenólicas y las colas resistentes a la humedad, que permiten que la madera pueda superar toda una climatología y una resistencia al agua que hacía que las uniones de madera fueran más frágiles que las otras.
    La aparición de los tableros supone uno de los avances, también, más importantes ya de una manera absolutamente industrializada.

Esto se produce durante el siglo XX y ha llegado también hasta nuestros días. “Ahora hay como una especie de furor o de redescubrimiento de la madera, su uso aplicado a la arquitectura y su utilidad como material de construcción”, afirmó Baena.

La madera tiene unas características específicas y una serie de valores que facilitan su uso en la construcción, y que se están poniendo en alza. La madera proporciona una gran trabajabilidad, es un material que permite correcciones en la obra, permitiendo gran cantidad de técnicas en su manipulación. Además, es de los pocos materiales que, a nivel estructural, puede entrar en carga, juntamente con el acero, sin necesidad de encofrados, y es un material que permiten trabajar la construcción en seco.

Dejando de lado estas características, para David Baena hay unos motivos claros que justifican este furor actual: “El principal motivo es su respeto por el medio ambiente, es un material que no exige grandes consumos de energía para su producción. Además, es un material renovable, reciclable y reutilizable. En definitiva, es un material con el que, si nos ponemos a analizar, se puede hacer absolutamente de todo, desde la estructura, los cerramientos, los acabados… De alguna manera, es un material maravilloso”.
El por qué del poco uso de la madera en construcción

El arquitecto lanzó una pregunta: “¿Cuál es el problema y por qué se usa tan poco?”. Tal y como expuso, más allá de los pirineos, la construcción y los acabados en madera están a la orden del día. Pero, en nuestro país, si analizamos realmente lo qué está pasando y qué es lo que se está construyendo en madera hoy en día, es evidente lo relativamente poco que se está utilizando. David Baena respondió a la pregunta lanzada dando tres motivos principales.

Por un lado, pese al auge y toda la voluntad que están poniendo los arquitectos y todos los certámenes de construcción que se están celebrando para apostar por la recuperación de la madera como material y ponerla en valor, “no hay que olvidar que nos encontramos en el clima mediterráneo”, apuntó Baena. Este hecho conlleva que el paraje sea diferente al de los países en que se está construyendo con madera. En el clima en el que nos encontramos son pocas las zonas con bosques, con árboles de una cierta dimensión, donde poder encontrar una madera apropiada para la construcción. El clima mediterráneo, además, cuenta con una gran radiación solar que, inevitablemente, acaba repercutiendo en la calidad y la exposición de la madera.

Por otro lado, y según el arquitecto, se encuentra el miedo o recelo por parte de los propietarios y de los promotores de los edificios a construir en madera. A ello se le une el concepto del mantenimiento, “que no deja de ser un poco absurdo”, apostilló. Hecho que justificó afirmando que se construyen rascacielos con miles de metros cuadrados de vidrio en las fachadas, sin ninguna objeción en invertir dinero en su mantenimiento y limpieza, tareas que deben realizarse con gran frecuencia, en ocasiones semestralmente. “El mantenimiento de la madera, si lo comparamos con el de otros edificios, es un mantenimiento que se realiza con menos frecuencia, es un mantenimiento a años, cada dos o tres años”, sentenció Baena. A pesar de ello, sigue habiendo recelo a la hora de admitir un edificio construido totalmente o con acabados en madera.
Por último, Baena expuso que “hay algo que es más primigenio en nosotros, nuestro carácter latino". En la cuenca mediterránea, somos un colectivo que siempre hemos pensado más en términos pétreos, siempre hemos preferido la piedra, o la cerámica, a otros materiales. “Nos compramos pisos y pagamos hipotecas porque lo que queremos es, de alguna manera, poner los cimientos. Por el contrario, la madera tiene un carácter de rapidez y de provisionalidad que en nuestro clima no acaba de encajar”, dijo el arquitecto.

El trabajo de los arquitectos

“Esta especie de 'lentitud' que realmente hemos atravesado, y espero que duro poco y ahora las cosas vayan un poco mejor, se ha trasladado también a nuestro trabajo, a nuestro despacho”, afirmó el arquitecto. Como él mismo explicó, en el despacho que lidera desde hace 25 años, junto a Toni Casamor, los proyectos en los que la madera es protagonista o coprotagonista no son muchos, siendo el más antiguo de ellos de hace únicamente 15 años. “Realmente, es un material que cuesta mucho de introducir si no tienes una vertiente o un tipo de cliente muy especial. De todos modos, para nosotros la madera es un referente por una serie de razones, de aplicaciones y de gusto”, sentenció. Para hacer participes a los asistentes de este hecho, David Baena presentó algunos de los proyectos realizados por BCQ Arquitectura Barcelona.

Este proyecto se remonta a hace 15 años, convirtiéndose en el primer proyecto en el que la madera tenía un papel protagonista y en el que el concepto básico era ‘el interior sensible’. El proyecto consistía en construir o rediseñar un prototipo de piscina que fuera repetible en el territorio. “El edificio es similar a un iglú”, expuso el arquitecto, frío exteriormente gracias a la caja de vidrio que refleja el paisaje en el que está ubicado, mientras que el interior es cálido, pensado para todas las personas que están utilizándolo. En palabras de David Baena: “Aquí la madera nos solucionaba muchas cosas, desde la estructura hasta el contraste entre el interior y el exterior. Detrás de la envolvente gélida se ve el interior en el que está ubicado la piscina, un interior cálido gracias a la cubierta de madera”.

Gimnasio en los alrededores del Castell de Calafell

Se trata un proyecto en curso de un espacio multifuncional. Todo y los 15 años de diferencia con el anterior, este proyecto recoge también la voluntad de que el interior se convierta en un espacio cálido, próximo a las personas, un espacio en el que el material tiene que estar vinculado y mostrar esa sensibilidad. "El espacio es una gran caja de madera en la que se puede respirar la paz y la quietud", matizó Baena. La simplicidad del edificio se manifiesta en la estructura y en las paredes de la cubierta de la sala del gimnaiso, compuesta por paneles KLH de madera. A diferencia del interior, exteriormente la madera no se ve, "lo que hemos hecho, y que no interesaba, es aplicar la imagen de una superficie clara, blanca, nítida y sin ningún saliente", comentó.

Este edificio tiene varias connotaciones. Tal y como expuso el arquitecto, "a nosotros, en el despacho, nos interesan aquellos materiales que tengan una buena vejez y un edificio que sirva para ser utilizado por la gente mayor no puede envejecer mal". Por ello, no puede necesitar un mantenimiento excesivo, ni tener elementos que se oxiden o vidrios que se opaquen. Lo que debe tener son unos materiales que envejezcan de una forma apropiada. Se optó, también, por el uso de otro material para compartir protagonismo con la madera, en palabras de Baena: “Para este edificio buscamos un socio, y este socio es la cerámica, una cerámica térrea, un elemento que colocado en el edificio envejeciera junto casi con las personas que están en su interior”. A pesar del uso de la cerámica, la madera cumple una función de protección, conviertiendo al edificio en un lugar sobrio y astero. La madera y la cerámica se convierte en materiales familiares, cálidos y cómodos, creando un ambiente hogareño y relajado.

Nueva biblioteca de Vic

Se trata de un edificio en fase de proyecto, en el que se recogen muchos de los aspectos ya existentes en el centro de día para la tercera edad. El edificio se sitúa en un solar emblemático de la ciudad y relaciona un elemento natural, como son los árboles que se plantarán en el jardín, con el material de la fachada interior. “La madera de la fachada interior crea una especie de filtro, de velo, hacía un espacio natural y ajardinado”, explicó Baena. Igual que ocurre con el centro de día, la biblioteca también responderá a dos materiales. En palabras del arquitecto: “Lo que no son lamas de madera serán carpinterías también de madera, y los testeros serán un mortero a base de cal, totalmente relacionado con lo que es la tierra”. Las lamas seran de gran formato, de 6,5 metros de altura por 40, 45 o 50 centímetros de ancho y se están estudiando en madera laminada. Además, y como expuso el arquitecto, "todo el empeño del estudio, y lo que estamos intentando conseguir, es que el acabado de estas lamas sea lo más natural y durable posible en el tiempo".

Espacio modular para la educación ambiental

Se trata de un encargo de la Diputació de Barcelona. Un aula o modulo repetible de 100 m2 aproximadamente de espacio interior, que servirá para ser colocado en los diversos parques de los cuales es propietaria el Àrea Metropolitana de Barcelona, como aula de naturaleza y como espacio visitable por colegios, para realizar actividades relacionadas con el tiempo libro y el medio ambiente. “Se trata del primer edificio que hacemos totalmente de madera, desde la estructura, los cerramientos, hasta los elementos de protección solar”, destacó Baena.

Sobre BCQ Arquitectura Barcelona

BCQ arquitectura barcelona trabaja para hacer que las ciudades sean más humanas, sostenibles y eficientes. El estudio también tiene como objetivo permitir que el entorno natural cambie de la manera más sensata e inteligente. Para lograr estos objetivos, BCQ crea proyectos arquitectónicos y urbanos que combinan sensibilidad e inteligencia con el medio ambiente y apunta a la excelencia en la organización financiera de iniciativas inmobiliarias. El objetivo final de crear proyectos es hacerlos realidad. Por esta razón, BCQ considera que la calidad de sus técnicas de construcción, materiales y edificios es de suma importancia.

Interempresas - ESPAÑA - 18 abril 2018