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En el centro de Vietnam, cientos de pequeńos propietarios están uniendo fuerzas para producir madera de acacia certificada por el FSC utilizada en muebles de exterior en todo el mundo, expandiendo su visión y convirtiendo un modelo de negocio sostenible en la mejor oportunidad para salvar los bosques del Gran Mekong.

Los bosques de Vietnam están degradados o destruidos por la explotación y la tala para la creación de tierras agrícolas hasta el punto en que prácticamente no queda nada de bosque primario virgen.

Y se prevé que la región del Gran Mekong sea uno de los «frentes de deforestación» más activos del mundo durante los próximos 15 ańos si no se hace nada.
La reforestación de las áreas degradadas con especies naturales y el enriquecimiento de las plantaciones con «zonas de amortiguación» naturales es parte de la solución y puede proporcionar corredores vitales para la vida salvaje.
También es fundamental reducir la dependencia de las importaciones extranjeras que impulsan la deforestación. En última instancia, abordar la deforestación implica crear un modelo de negocio sostenible: especialmente para los 1,5 millones de pequeńos propietarios de Vietnam que poseen la mayoría de sus plantaciones.
«Nos dimos cuenta de que los pequeńos propietarios de bosques podrían ayudar a crear un sector forestal sostenible, pero solo si pueden acceder al mercado internacional», explica Vu Nguyen, responsable de la obtención de madera de acacia sostenible de WWF Vietnam. «Eso significa ayudarles a mejorar la calidad de su producto».

Ho Da The y dos compańeros agricultores, Ho Duc Luc y Ho DucNgu, se abren paso a través de las acacias de The en una tarde bochornosa.
The es de la aldea de HoaLoc. Un pequeńo propietario con 4,91 hectáreas de plantación de acacia que dirige el grupo de pequeńos propietarios del pueblo.
Junto con Luc y Ngu, ha vivido aquí toda su vida, pero trabajar formalmente con un grupo es relativamente nuevo: el resultado de la participación en el Proyecto regional de WWF de Acacia, Bambú y Ratán Sostenible (SBARP, por sus siglas en inglés).

En colaboración con IKEA, socio corporativo de WWF, el proyecto promueve la certificación FSC como una forma de impulsar la producción sostenible y atraer a los pequeńos propietarios al mercado internacional.

JUNTOS ES POSIBLE
Por petición de su cliente, Scansia Pacific, la empresa de procesamiento Minh An en la ciudad de Phu Bai solo utiliza acacia certificada FSC.
Scansia, proveedor vietnamita de IKEA, produce la gama de muebles de exterior Äpplarö del gigante de mobiliario para el hogar.
Es un vínculo comercial que ha sido fundamental para permitir que los pequeńos propietarios de PhuLoc se certifiquen.
«Tuvimos muchas dificultades para obtener material certificado desde el principio», declara Ha. «Así que ahora apoyamos a los propietarios forestales de las provincias ThuaThien Hue y Quang Tri con los costes de evaluación [de la certificación]. Ahora la relación es más cercana. Estamos muy contentos de poder crear valor para la gente local. Es un acuerdo que nos beneficia a todos».

Trabajar con Minh An, Scansia e IKEA, y adoptar un enfoque de grupo pionero en la certificación a través del cual comparten gastos y responsabilidades, ha cambiado radicalmente la forma de hacer negocios del grupo de pequeńos propietarios de la aldea de HoaLoc.
Apoyados por WWF, pertenecen a una asociación más grande de 241 pequeńos propietarios de la provincia de ThuaThien Hue, la Asociación de Propietarios de Bosques por el Desarrollo Sostenible (FOSDA, por sus siglas en inglés).

Trabajar juntos ha supuesto muchos beneficios. Una mejor planificación empresarial y ciclos de cosecha más prolongados producen madera más valiosa, y el compromiso de compradores como IKEA implica un mejor precio. Las acacias de siete a ocho ańos de edad para fabricar muebles reportan más del doble de lo que lo hace una cosecha de cinco ańos de edad utilizada como virutas de madera para papel y pulpa.
«Antes, la producción de acacia era solo una forma de sobrevivir, ahora se está convirtiendo en un producto profesional impulsado por el mercado», explica Vu Nguyen de WWF. «Y los ingresos de los pequeńos propietarios y la situación social están mejorando».

The, Luc y Ngu ahora ganan 30 millones de VND (1250 $) por hectárea al ańo de madera de acacia certificada por el FSC; alrededor del doble de lo que ganarían con acacia no certificada para virutas de madera. Esto les ha permitido realizar reparaciones en casa, renovar equipos e invertir en el próximo ciclo económico.

De acuerdo con el informe de WWF Impact in the Forest, apenas hay empresas que no incurran en la deforestación.
«El desafío es expandirse», dice Vu Nguyen. «Las áreas más grandes necesitan estar certificadas para satisfacer la demanda del mercado. Y es necesaria una inversión a nivel paisajístico y jurisdiccional para terminar con la deforestación. Empresas como IKEA pueden ayudar a impulsar el cambio regional, pero los agricultores y las comunidades siguen siendo fundamentales para alcanzar el éxito».

NEWSROOM  -  USA -  11 setiembre 2017